El Día Europeo de la Música regresa a Tenerife y el Espacio Cultural Aguere acogerá parte de la programación de esta jornada en la que participan hoy los catalanes Chaqueta de Chándal.

Tenerife se suma un año más a la celebración del Día Europeo de la Música, que tiene lugar cada 21 de junio, y en esta ocasión el Espacio Cultural Aguere de La Laguna acoge dos días consecutivos de conciertos. El grupo barcelonés Chaqueta de Chándal y los grancanarios y Ant Cosmos se suben hoy al escenario, a partir de las 20:30 horas, mientras que la catalana Anabel Lee y los tinerfeños We were heading North harán lo propio mañana. Las entradas ya están a la venta en Tickety. Se pueden adquirir pases para cada día al precio de 10 euros o un bono de 15 euros para las dos citas. Chaqueta de Chándal, formado por Guillem Caballero (voz y teclados), Natalia Brovedanni (voz y guitarra) y Alfonso Pérez Méndez (batería y coros) llegan a Tenerife con su reconocida trayectoria con la que dan vida a un rock energético, que es un cruce ortopédico entre Neu!, la Polla Records y los Brincos.

¿Con qué sensación llegan a Tenerife para ofrecer un directo tras el confinamiento?

Llegamos a Tenerife con energía y con una ilusión brutal. Tenerife era una de las actuaciones que ya teníamos cerradas cuando empezó la pandemia y hemos tenido que esperar todo este tiempo para poder actuar. Yo nunca he estado en Canarias así que las ganas son dobles en mi caso. Estamos preparando un directo que tendrá tanto canciones nuevas como canciones de disco anterior.

Después de tanto tiempo sin actuar debido a la pandemia, ¿se suben con la misma energía al escenario en estas nuevas actuaciones?

Exactamente. En Madrid hemos tocado en días recientes, parece que la cosa se anima poco a poco. Y a medida que vamos dando conciertos, más ganas se nos acumulan para los siguientes. Hay una necesidad enorme de salir y compartir en los escenarios. Y poder hacerlo ahora en las Islas genera un impulso doble, sin duda.

¿Cómo presentaría usted a la Chaqueta de Chándal?

Somos un grupo de canción protesta contemporáneo, con letras de punk adolescente, pero con una edad suficiente como para entender los periódicos y las noticias de actualidad.

Parece una fórmula perfecta para los tiempos que corren.

Pues realmente creo que sí. A medida que uno madura, las personas nos vamos dando cuenta de muchas verdades que en su momento podíamos leer pero que no las valorábamos. Son todas esas verdades que no se saben leer entre líneas.

¿Cuál es para usted la mejor parte de subirse a un escenario?

Sobre el escenario suele pasar todo muy rápido y muchas veces es muy difícil darte cuenta de lo que realmente está pasando. Lo mejor es compartir emociones con los compañeros y amigos de la banda, ver miradas atentas desde el público, disfrutar de los aplausos y que los asistentes reciben el mensaje atendiéndolo y apoyándolo.

Cuando la Chaqueta de Chándal se formó con componentes procedentes de otras formaciones, ¿tuvieron alguna duda de que el proyecto pudiera funcionar, que los integrantes pudieran encajar?

Creíamos que iba a funcionar porque nos conocíamos hacía mucho tiempo y también hacía mucho tiempo que éramos muy amigos. Guillen y Alfonso trabajan juntos en un bar y compartían un montón de horas y yo me acercaba a jugar al ping pong con ellos todas las noches. Antes de unirnos a tocar se puede decir que ya teníamos nombre para el grupo y letras, cuando no habíamos ni ensayado. Teníamos claro que entre nosotros iba a funcionar, lo que no estaba tan claro es si del otro lado, en el del público, hubiese gente que estuviera interesada en nosotras. Pero por suerte esa parte también se está dando muy bien, y eso es lo bonito. El proyecto no fue creado con la finalidad de gustar, era una forma de estar con los amigos, así que la satisfacción en este caso es doble.

¿Cómo es el proceso de composición de sus canciones?

En el disco que tenemos grabado se trabajó mucho en la sala de ensayo. Guille suele llevar las letras y el resto nos vamos adaptando y colaborando. Durante la pandemia, el proceso fue un poco el mismo, pero se hizo de una manera más digital, sin tanto contacto en el cuarto de ensayo.