Toni Acosta, de nuevo metida en el rol de madre de familia tras las recientes entregas de Padre no hay más que uno, defiende en Poliamor para principiantes a las esposas aburridas y su habilidad para resistir: «Las mujeres tenemos una capacidad de adaptación brutal». «Puede que estés súper aburrida de tu marido y de tu matrimonio, pero ahí te quedas, porque te llenan otras cosas; cuando ves a una pareja que lleva casada 25 años, muy pocas se salvan, la mayoría están aburridísimas», añade la actriz canaria.

Ese es el leitmotiv de su personaje en la comedia coral Poliamor para principiantes, la 25º incursión del veterano director madrileño Fernando Colomo en la comedia, y que llega este fin de semana mismo a los cines, esta vez con un reparto coral que encabezan María Pedraza (Amanda) y Quim Ávila (Manu). La cinta cuenta la historia de Manu, un youtuber talludito que vive con sus padres, Tina (Acosta) y Satur (Karra Elejalde) se enamora a rabiar de Amanda, una joven que practica el poliamor. Amanda vive con Claudia (Lola Rodríguez), una chica trans, y es novia de Álex (Eduardo Rosa), coach y «cuerpazo» oficial del grupo; además, cría a los hijos de una pareja con la que también mantiene relaciones, Marta (Cristina Gallego) y Esteban (Luis Bermejo), médicos acomodados.

Mientras todos ellos conectan y se conocen, Satur está empeñado en que Manu se haga rico y famoso con sus vídeos, sobre todo, para ver si así se va de casa y le deja disfrutar de su mujer, Tina (Toni Acosta), una ejecutiva que cada vez siente menos deseo sexual por él. «Es que ella está aburridísima, su marido es soporífero», explica Acosta, que partió de esta idea para su personaje después de una improvisación con Inma Cuevas quien, en su papel de «gurú» de esta nueva forma de entender la sexualidad y la vida, le preguntaba a Tina cómo era su marido. «Aburridísimo», responde ella en una de las escenas más divertidas.

«Me encanta la evolución de Tina, porque es su marido el que llega con propuestas, pero es ella la que se adapta y disfruta el cambio», apunta Acosta. Reconoce que ella ha descubierto los términos que definen los distintos estados del poliamor gracias a la película; «No sabía, por ejemplo, que era una filosofía que tiene su propia ética: la de la no-monogamia, que permite querer a otros, pero con unas normas. Con muchas normas, si quieres que salga bien».

Aunque la carrera de Toni Acosta ha estado siempre vinculada a la televisión, donde se dio a conocer como Vera Muñoz en la serie Policías, en el corazón de la calle, la actriz ha participado hasta ahora en 16 películas y en una decena de obras de teatro. Y pronto estrenará en Madrid, en el Teatro de La Latina, Anfitrión, que presentó en la LXVI edición del Festival de teatro clásico de Mérida. Sin pensárselo mucho, dice, se ha «liado la manta a la cabeza» y empieza ya otro rodaje, además en Tenerife, su tierra natal. Se trata de otra comedia, Todos lo hacen, segundo largometraje de Alberto Martínez, que presentará su primer largo en el próximo Festival de Málaga, Bla, bla. cat, donde Acosta presentará la gala de inauguración.

Tiene también pendiente de estreno la película Espejo, espejo, de Marc Creuet (El rey tuerto), donde tiene un pequeño papel, pero muy deseado por la canaria, porque le «encanta» el «peculiar universo de Marc». Ahora tiene un programa de radio y más de 330.000 seguidores en Instagram. Considera que rodar la comedia familiar El mejor verano de mi vida (2018), donde también interpretaba a una madre luchadora y harta de un marido marcó un cambio en su carrera.