A Rosita y a mí nos preocupa mucho que Vds. no cuiden el césped. Pilar en su quehacer fuera y Juanito oyendo música, haciendo la novela, o entrando y saliendo. Y con los oídos siempre en el teléfono, y el césped abandonado. Aunque, Juanito, quiero recordar atendía las macetas de la casa de nuestra calle. Que los ingleses transeúntes vean que esos habitantes de 3 Nursery Grove quieren a su césped como a las niñas de sus ojos.

Nos vamos quedando sólo con los más viejos, las conversaciones se hacen más aburridas, y todo aparece más disgregado. Y esta huida continúa, nosotros aquí parados, repitiendo lo mismo como viejos loros.

Ya hablé con Pepe Arozena [abogado, compañero socialista, de la misma generación]… Su estancia en Suresnes ha sido importante y viene cargado de energía, satisfacción y oratoria. Las decisiones del Partido me han parecido muy buenas, realistas, en su mediodía. Me preocupa saber que es lo que han dicho [John] Osborne y [Kingsley] Amis [dramaturgo y escritor, respectivamente], tan reaccionarios ellos, desde los tiempos de la «Declaration».

Estuvo aquí la Royal Philarmonic Orchestra of London, con un buen programa y un director español muy britanizado. Los aplausos no acababan nunca. Pasamos una gran tarde.

E.W. [Eduardo Westerdahl] regresó muy contento de su asistencia al jurado de las esculturas en las autopistas españolas. De dietas le dieron 50.000 pesetas. Pedro García Cabrera se marcha hoy a Madrid. Allí le han preparado un recital, creo que en el Ateneo, de su último libro. La ayuda de Fernando [Delgado] y [José Luis] Toribio a nivel de las «public-relations» sería muy importante. Y Pedro se lo merece. Es nuestro mejor poeta.

Como habrás visto este año no fui al Premio Planeta. La verdad es que no me interesaba. Y tenía mucho trabajo aquí con el libro de Tusquets [La facción surrealista de Canarias] que me tiene más arriba de la coronilla.

No dejes de ir algún domingo a los oficios de la catedral de Lincoln. Te haces protestante y te quedas tan bien. Pero no anglicano sino metodista, que es la liturgia del partido laborista, al menos la oficial. Ya sabes cuál es la razón. Los metodistas enemigos de la iglesia oficial apoyaron siempre a los grupos extremos políticos del siglo XIX.

Harold [Wilson, primer ministro laborista de la época] sigue muy bien en su puesto, como verás. Hasta Pepe Arozena lo reconoce.

El cuadro [de Óscar Domínguez que poseían] aún no se ha vendido. Con ese dinero pensamos ir de viaje y llegaremos, cómo no, hasta Inglaterra, incluido Lincoln en el itinerario.

Me alegra la amistad con [Guillermo] Cabrera Infante, ese incordio de la Revolución Cubana. Le puedes traspasar esa relación a Luis Alemany, le gustaría mucho.

Me alegra verte contento con tu escritura, lo que quiere decir que todo va bien, la literatura inglesa te puede servir de gran equilibrio. Acaso tú no quieres ningún equilibrio. A lo mejor tienes razón.

No leas los periódicos y échate a la calle, habla con tu inglés a los ingleses, descúbrelos en sus guaridas, victorianas, isabelinas o laboristas, da lo mismo.

Emilio Machado hizo una exposición en la Casa de Colón de Las Palmas. Se empeñó en llevarnos a Eduardo W[esterdahl] y a mí y fuimos con todos los gastos pagos. Eduardo presentó la exposición con Juancho [Armas Marcelo]. Yo, detrás, porque también asistió el Ministro de E[educación] y C[iencia] de paso por Gran Canaria. Estuvimos dos días. Iré también a Las Palmas, ya está bien, con motivo de la Feria del Libro, el 12 de Diciembre. Daré una conferencia, la de «La coartada de la N.E.C», de Madrid. Me la pagan bien.

Cuando regresen me darán unas clases de ese idioma que yo leo pero que hablo mal, lo que es un absurdo a nivel de lengua. Bueno, ya está bien, con estas cartas no se llena ese vacío grande que los dos nos han dejado.

Ya terminé el libro, pero aún no he encontrado la mecanógrafa que me lo ponga en limpio, para dictárselo.

En tan poco tiempo han pasado muchas cosas, y yo sin escribirles. Trabajo muy atrasado. Lo de José Domingo, para qué hablar [amigo personal, crítica de literatura española en Ínsula; vivió años en Tenerife y terminó sus días en Barcelona]. Luego la necesidad de terminar el libro sobre La facción surrealista española de Tenerife, que ya está acabado del todo, puesto en limpio, encuadernado para la editorial. Lo que me parece un sueño. Ha resultado grande, unas cien holandesas de texto mío y unas setenta dedicadas a la Antología. Una obra bastante grande, de tamaño, como verás, yo creo que no está mal del todo, no es un quehacer crítico, sino un reportaje, un testimonio de la época, creo que está dictado con humor. Todo me ha resultado complicado, que si la mecanógrafa, tenía que venir a casa, muy deficiente, por cierto, con su buena voluntad nada más.

Todo se ha complicado, he estado malo con una gripe larga, aún no salgo de noche, con nueve tubos de antibióticos, con Rosita sola en casa y yo con fiebre. Un desastre. Fíjate como he estado de cabeza que este mes no mandé la crítica para ÍNSULA, un hecho insólito.

Cada carta de Vds, era una lámina de niebla cordial que nos llegaba de un país distinto. Hasta nosotros, viviendo de una manera provisional, hosca, antipática, llena de mentiras con tantas palabras. Prefiero los silencios distantes ingleses.

Ayer fue el cumpleaños de Rosita, no se lo dijimos a nadie, estaba bastante cansada con mi enfermedad, de todas maneras vinieron varios amigos, los de siempre.

Te pregunto en qué poema de John Keats aparece citado el vino de malvasía.