La historia del Espacio Cultural El Tanque siempre ha estado sembrada de impedimentos. Su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), el pasado año 2014, parecía al fin marcar el final de una larga travesía por el desierto. Pero El Tanque siempre ha tenido un avance lento y no ha sido hasta este 2021 –y de la mano como siempre de la asociación Amigos del Tanque– que el proyecto de recuperación del entorno de la instalación ha comenzado.

Hace aproximadamente un mes que los vecinos de la zona se han percatado del inicio de unas obras que no son más que la restauración exterior de El Tanque y la construcción de sus jardines. Es, explica la presidenta de la asociación, Dulce Xerach, el primer paso de la que será “la primera zona verde de Cabo Llanos”. “En realidad lo que vamos a hacer ahora en el propio Tanque es básicamente pintarlo y renovar toda su iluminación exterior”, aclaró.

El comienzo de las obras no hubiera sido posible, insistió, sin el apoyo del viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Juan Márquez. “Es de esas pocas personas a las que le importa más la cultura que la política y desde que vio el proyecto decidió que había que llevarlo a cabo”, aclaró.

La intervención, tal y como aclaró ayer el propio Márquez, costará en torno al medio millón de euros y la fecha estimada de su finalización se ha fijado en el próximo mes de junio. “El Tanque es un referente del patrimonio industrial de la Isla y esta intervención forma parte del interés que ya hemos demostrado por inventariar y conservar este tipo de bienes”, explicó el responsable del departamento. “Nos parece especialmente atractiva la idea de crear este espacio verde en la zona y que además recuerde el tipo de agricultura que había en este enclave antes de la llegada de la refinéria, como las plataneras”, festejó. Márquez, que reconoce que todavía sería necesaria una fase posterior donde realizar algunas reformas interiores, asegura que esta intervención servirá “para atraer más visitantes a un espacio que es un referente desde el punto de vista histórico y cultural”.

Esta obra lleva la firma del prestigioso arquitecto tinerfeño Fernando Menis. El proyecto del entorno propone la urbanización de todo el perímetro de El Tanque “mediante la creación de una plaza-jardín de plataneras en toda la explanada de entrada, como reflejo del paisaje agrícola histórico que existió en estos terrenos previamente a la instalación de la refinería de Cepsa en esta zona en la década de 1930 e intentando algo que va más allá de la mera conservación y reutilización, operando desde una filosofía que permita al visitante leer un orden anterior, las huellas de la historia”.

La planta protagonista será la musa paradisiaca, un tipo de platanera de la que se plantarán en torno 200 unidades. Según consta en el proyecto, tiene un crecimiento rápido, con una altura de hasta 7 metros, y florece generalmente en verano. “Requiere una situación al sol por lo que el lugar elegido es ideal por su climatología”, explican. También hay previstos cipreses, flamboyanes y otras plantas y árboles de la Isla o adaptados a ella. Estas ideas son de todos los amigos del Espacio Cultural el Tanque, que no han parado de luchar para que la instalación tenga el protagonismo que se merece. Además la propia refinería ha cedido muchos de los materiales que se usarán en esta obra.