Javier Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 1968) prepara una doble sorpresa para este 2021 que acaba de empezar. El ganador del premio Alexandre Dumas con la novela histórica Baraka regresa con dos nuevas publicaciones. Por un lado, publicará en breve una nueva entrega de la serie de novelas protagonizadas por el investigador Mat Fernández. Se titula De un país en llamas y llega acompañada de otra creación, Indivisa Manent. Esta última es “un noir rural muy violento, con tintes tarantinianos. La trama comienza en un funeral y un fin de semana en una población aislada del norte de la isla”, adelanta.

¿Cómo se presenta este 2021 para un escritor?

El año 2020 fue la mezcla de cualquier predicción maya, con la maldición de Tutankámon por haber desenterrado a Franco y las siete plagas de Egipto que empezaron con la quiebra del turoperador Thomas Cook, con el Carnaval empanado con arena del Sáhara, las langostas, la pandemia, el 0 turístico… ¡Vamos!, la tormenta perfecta. El escenario ha cambiado. Los autores debemos ser conscientes de que en la promoción de nuestra obra en este momento están cerradas muchas puertas que antes permitían llegar al público. Hay que adaptarse. Olvidarnos de un pasado que nunca volverá y mirar a la cara al mundo real en que estamos insertos. Quiénes lo hagan serán capaces de sobrevivir a los efectos colaterales en el mundo de la cultura de la pandemia. Y con respecto a mí, sea lo que sea que esté buscando, estoy seguro de que no llegará de la forma que espero. Así que estoy preparado para sorprenderme.

Tengo entendido que tiene dos publicaciones pendientes para los próximos meses y una de ellas es una nueva entrega de la saga de Mat Fernández. Háblenos de esta novela.

De un país en llamas es una novela que respira aire libre por los cuatro costados de la mano un Mat Fernández que nos descubre el laberinto de una Canarias construida desde las esferas del poder, allí donde una conciencia limpia es señal de mala memoria. En la historia se perciben dos ejes unidos por la corrupción política y una investigación que avanza en un presente acosado por la historia y una regeneración del nacionalismo en Canarias para asaltar el poder. Es una historia de mitos, en la que toda leyenda tiene algo de verdad. Aunque, a fuerza de acariciarla, acabe por morder. El personaje, don Mario, es indescifrable. Para él, el poder no puede ser solo impuesto, debe nutrirse del consenso, hundir las propias raíces en el interior del alma de la ciudadanía. Es un predestinado, que consigue convertir su existencia en un destino. Un objetivo que no está al alcance de todos. Cada hombre tiene una historia. Una nación también.

¿Y cómo se imagina usted Canarias en el futuro?

Sería mejor contestarte cómo me gustaría que fuera Canarias. Algo similar a Costa Rica o Puerto Rico, un estado libre asociado desde nuestra geopolítica tricontinental, nuestro Tropic y todas las ventajas que nunca hemos sabido sacarle fruto. Estamos a la espera de un liderazgo que nos conduzca a ese puerto. Estamos ante un faro entre la niebla. Quien encienda las luces más potentes puede ayudar a los barcos de la política canaria a encontrar el rumbo correcto y el que se pase de listo con la linterna puede enviarlos hacia los mortales farallones. Pero es hora de empezar a apostar por nuestra identidad como nación.

¿Y la otra novela que va a publicar? ¿También está encuadrada en el género negro?

Indivisa Manent es un hardboiled. Un noir rural muy violento, con tintes tarantinianos. La trama comienza en un funeral y un fin de semana en una población aislada del norte de la isla. Es la historia de un ajuste de cuentas dilatado una década y la visión del protagonista de cómo volver a equilibrar la balanza, porque la cuestión para él siempre ha sido cuándo. Por eso, jamás debieron confundir su silencio con un signo de debilidad. Nadie planea una venganza en voz alta.

¿En qué fecha aproximada podremos verlas en las librerías?

En primavera. Además, De un país en llamas viene con un prólogo de uno de los autores referentes hoy en día del noir e Indivisa Manent con un premio debajo del brazo. Hasta ahí puedo leer que nos decía Mayra Gómez Kemp. Yo tengo con mis novelas una costumbre, siempre las suelo presentar al premio Benito Pérez Armas, si no lo gano, que nunca lo he ganado, sé que la novela es buena y va a ganar algún premio.

¿Ha sido coincidencia o ha esperado a este año para publicar estos dos proyectos?

No creo en las casualidades. Existen solo las causas. La pandemia me ha permitido centrarme en estos dos proyectos y en una novela de ciencia ficción. Ahora, tengo ganas de ver negro sobre blanco en los escaparates de las librerías.

En 2020 lanzó una edición especial para Kindle de El sueño de Goslar. ¿Cómo fue la acogida?

Muy buena, El sueño de Goslar fue una novela que me permitió dar el salto al mercado nacional y descuartizar en clave pop la novela negro criminal. Pero esta historia no hubiera quedado consolidada sin Guada Martín Santana, responsable de ATTK Editores, primera editorial eminentemente digital en Canarias y, ante todo, una gran amiga.

¿Cree que propuestas como el Tenerife Noir cobrarán fuerzas renovadas en sus ediciones de este año tras haber atravesado tantas dificultades el año pasado?

Como padre fundador, lo fundamental era celebrar la edición de este año. Dar continuidad a este sueño multidisciplinar de la cultura en estas islas. Es un festival consolidado con profesionales y expertos detrás. Un festival que suma y atrae cada vez más y con una proyección fuera de la isla muy potente.

¿Qué está leyendo ahora? ¿Qué títulos le han cautivado en los últimos meses?

Deepak Chopra, el sincrodestino y el universo cuántico. Me sirve para ambientar la novela que estoy en este momento escribiendo, una novela de ciencia ficción en el año 2121: Ab aeterno.