Hace apenas unos días, Pablo López (Fuengirola, 1984) lanzó el que se convertirá en uno de los grandes trabajos de su carrera: Unikornio. Está encantado de entregar los diez temas que conforman el disco a sus verdaderos dueños, sus seguidores. Prepara una gira de pequeños conciertos de cara a abril de 2021. Con Canarias tiene su propia deuda y volverá en septiembre para ofrecer los recitales que no pudo dar en mayo.

Hablo con usted apenas unas horas después del lanzamiento de Unikornio. ¿Cuáles son las primeras sensaciones?

Siguiendo la línea de lo que intento hacer para ser más libre y feliz, antes de escuchar o leer esas sensaciones lo que he hecho es entrar en el coche de un amigo y poner cualquiera de los temas a todo volumen. Gozo de la libertad de que esas canciones ya no me pertenezcan. Me siento como un tipo al que le han robado un coche que le causaba problemas. Es uno de los momentos de los más dulces. Es un liberación, le da sentido la música.

¿Pero no hay ahí detrás también un poco de pena?

Qué va. Acaba de empezar la fiesta. Además, hemos anunciado que nos vamos a ir a tocar. El día 1 de abril arrancaremos en Palma de Mallorca y terminaremos en Sevilla. Estaremos tres meses haciendo algo que no hemos hecho nunca. Nos encanta seguir probando y aprendiendo. Queremos saber cómo es estar casi una semana en un mismo sitio. Visitaremos entre ocho y diez ciudades. Lo haremos para regatear , de una manera sana, las condiciones que vayan aconteciendo en los próximos meses. Tenemos experiencia porque ya nos fuimos de gira. Fue una pena que no pudiéramos estar en Canarias. Hemos querido probar la sensación de irnos a tocar y establecernos en el mismo sitio durante varios días. Podremos descansar más y disfrutar de los sitios. Veremos qué va pasando pero lo haremos con toda la legalidad y poniendo a la salud siempre por delante.

Entiendo que serán conciertos pequeños y varios recitales en una misma ciudad.

Exacto. Para que te hagas una idea, haremos tres días seguidos en la arrancada de Mallorca. Tiene una capacidad para 1.200 personas y lo haremos solo para unas 600. De esta manera también podremos reinventarnos y hacer de cada show algo diferente. Nos gusta esforzarnos. Si no, no seríamos felices. Vamos a ver qué tal. Ojalá que sea cual sea la situación, sea estable.

¿Y está previsto el paso por Canarias en esa gira?

Acabamos de sacar el calendario y no sé aún hasta qué punto está cerrado pero lo que sí que es seguro es que en septiembre estaré en Canarias. Haremos los conciertos que debimos hacer en mayo. Viéndolo con pragmatismo, serán mucho mejores de lo que pudieron haber sido en su día. Hemos vivido más, sentido más y llegaremos más vivos de alma. En Canarias eso se recompensa. Lo único que te puedo decir certero es que en septiembre estaremos como mínimo en Tenerife y Las Palmas y ojalá que venga la gente con la mitad de la energía con la que han venido siempre, con eso me conformo. Estoy loco por ir a tu tierra. Yo me planto en el Adolfo Suárez, aterrizo ahí, soy feliz y tengo un motivo más para escribir canciones. Si no paso por Canarias me quedo sin canciones.

Cuando sacó Mariposa contó que no le gustaba mucho hablar de las canciones, que prefería que las oyeran...

Ahora quiero contarlo todo, todo (risas).

Unikornio tiene una estructura diferente. Está dividido en dos partes.

Está dividido en dos actos. Uno se llama Mayday, con cinco movimientos, y el otro se llama Stay. Realmente no se ha hecho con pretensión. Las canciones son independientes, individualistas, pero pertenecen a la jerarquía de lo más hermoso que es la música. Me di cuenta cuando llevaba casi todo el grueso del disco escrito. Me alegra haber conseguido que los locos que me acompañan se suban conmigo a la locura que es hacer un disco en tiempos en donde parece que no tienen sentido. Es una historia que prefiero que descubra la gente y se la lleve a su terreno, que si tienen un ratito en esta vida tan ajetreada que vivimos lo escuchen hasta el final y se vayan introduciendo en él.

Mariposa sigue sonando. Fue un acierto presentarla como primer adelanto del trabajo.

Me ha dado muchísimas alegrías y me ha enseñado mucho. Ha sido un punto de inflexión. Fue una de esas canciones que me descubrieron que estaba contando una historia entera. Ahí empecé a pedir perdón antes de pedir permiso. Es un tema un poco rebelde, no se sabe quién es el villano y quién es el héroe. Me dio muchísimas alegrías, la hice junto a mi hermano, y estoy deseando tocarla en directo. Quiero saber por dónde me sale.

El disco, tiene un subtítulo que dice Once millones de versos después de ti. ¿Por qué?

Tiene mucho que ver con todo lo que ha pasado desde que el 4 de abril de 2013. De repente, empecé a entrar por el oído de la gente. Hasta el instante en el que terminé de escribir Unikornio, han pasado tantas cosas que es difícil condensarlas en canciones. Básicamente he crecido como ser humano y he envejecido sabiamente.

¿Se siente satisfecho?

Sobre todo estoy orgulloso de hablar de esta realidad y estoy tranquilo de cara al futuro. El largoplacismo más importante, el ahorro más necesario para mi, no está en el banco, está en el hecho de que yo dentro de 10 o 15 años escuche cualquiera de estas canciones y no me descubra como un mentiroso. Es la única manera de tener un recuerdo vivo sin tener que quejarme de su envejecimiento.