La declaración del estado de alarma pilló a Jaume Balagueró en plena postproducción de Way Down, su próxima película, un thriller cuyo estreno ha tenido que retrasar al 2021 por culpa de la pandemia. La cuarentena la dedicó a tomar notas de su siguiente filme, que será de “terror puro y duro”, pero no estará inspirado en el confinamiento. “El encierro no fue nada inspirador ni glamuroso, no me apetece escribir sobre esa experiencia”, advierte el director.

En esa próxima “película de miedo”, que a estas horas solo tiene forma de guion, será imposible reconocer la marca del covid-19, pero el realizador confiesa sentirse incapacitado para imaginar escenarios de ficción en este momento sin tener presente la sombra del coronavirus. “¿Y si esto se alarga en el tiempo? Será raro ver a los personajes sin mascarilla, salvo que la historia esté ambientada en la vieja normalidad. Es todo tan raro…”, reflexiona Jaume Balagueró.

El realizador confiesa sentirse incapacitado para imaginar escenarios de ficción en este momento sin tener presente el coronavirus

Pero hay algo que el cineasta sí tiene claro a estas alturas de la pandemia: al género no le será más difícil inquietar al público después de lo vivido, ni este se volverá más exigente tras esta experiencia. “Nuestras miradas van a estar contaminadas por el coronavirus, pero seguiremos disfrutando del placer de ver una película de terror”, prevé el director. En su opinión, las únicas que tendrán que actualizar sus códigos serán las películas que jueguen a imaginar el fin del mundo. “El cine distópico se distinguía por forzar los límites de lo creíble. Solo hay que ver cualquier película de zombis. Pero ahora tendrán que ir más allá. La gente ha visto el apocalipsis en directo”, señala.