¿Hay miedo al coronavirus en el mundo de la ópera?

El miedo actual de los artistas en general es el mismo que podría tener cualquier persona en estos tiempos... En todos los teatros que están abiertos, tanto en las producciones de ópera como en el sinfónico, se han adaptado las salas y las puestas en escenas. Además a los cantantes e instrumentistas se nos hacen pruebas de Covid continuamente... Nuestro miedo es otro, es el de no poder trabajar.

¿Lo peor está por venir?

Pues creo que desgraciadamente sí y no solo para nuestro sector. En el 2020 se ha ido tirando de las subvenciones pasadas pero... ¿qué sucederá con las próximas temporadas? A mí, por ejemplo, se me ha caído casi toda la temporada 2021.

¿Existe el riesgo de que acudir a una función operística se convierta en un artículo de lujo?

Yo soy cantante de ópera, de zarzuela, de sinfónico, de música de cámara... Lo englobo todo en la música clásica. Leonard Bernstein decía que la música es importante porque cuenta historias, pinta imágenes mentales en quien la escucha, transmite algo a través de los sonidos que emiten los instrumentos... La música describe emociones y sentimientos, cuanto mejor sea, más te hará sentir las emociones que el compositor sentía al escribirla. Y la ópera, al igual que el teatro, el ballet, y el arte en general generan eso: una mirada hacia el interior y miles de versiones de ver el mundo que nos rodea. Si eso es un artículo de lujo, mal vamos...

Una profesional con su trayectoria habrá visto muchas crisis y situaciones adversas, ¿qué tiene esta de diferente con respecto a las anteriores?

Las crisis y situaciones adversas a las que me he enfrentado a lo largo de mi carrera son batallas que he tenido que librar conmigo misma, en mi interior, afortunadamente no he vivido ninguna guerra. Pero esta batalla a la que nos enfrentamos es devastadora, pues es la primera vez en toda mi vida en la que me enfrento al cierre de teatros.

¿Se percibe el temor del gestor cultural a la hora de contratar? ¿Se han rebajado los cachés?

Los gestores culturales están haciendo verdaderos encajes de bolillos... Reorganizando las temporadas para adaptarlas a la nueva situación: menos artistas sobre el escenario y reducción de músicos en las orquestas. De momento no me han rebajado el caché, pero, como ya le he dicho, me han cancelado muchos proyectos para 2021.

¿Ahora tarda más en sonar el teléfono para ofrecerle un rol en una ópera, zarzuela o concierto sinfónico?

Pues curiosamente este último mes he trabajado mucho, pues ha habido cancelaciones de artistas extranjeros que no han podido salir de sus países. La situación actual es imprevisible.

¿Cómo es la “nueva normalidad” para una soprano?

Pues no existe normalidad, solo existe el estar preparado para lo que pueda acontecer con los imprevistos.

¿Qué hizo durante el confinamiento?

Durante el confinamiento estuve con mis hijos... Y sobre todo aproveché para terminar de escribir una novela en la que llevo inmersa casi dos años.

Cantante, madre, mujer de casa, ahora escritora... ¿Demasiados frentes para la conciliación familiar?

Pues precisamente en la novela hay un capítulo en el que una de mis protagonistas se queja y se plantea si esa misma pregunta se la formulan a sus compañeros varones. El día que Rafa Nadal, por ejemplo, tenga hijos... ¿le preguntarán con quién los ha dejado o le hacen esa misma pregunta a mis colegas canarios padres de familia?

¿Toca reinventarse?

En mi opinión esta bofetada mundial que es el Covid creo que nos coloca frente a muchas interrogantes: ¿nos dedicamos a lo que realmente nos gusta? ¿Compartimos la vida con las personas que queremos? ¿Nos amamos a nosotros mismos? A partir de ahí, si las respuestas son negativas, desde luego que toca reinventarse.

¿Eso es un sí?

Como le he dicho, yo hace tiempo que decidí no reinventarme, sino más bien no limitarme solo a ser Raquel Lojendio la soprano. Soy mucho más que eso. Soy una mujer que necesita expresarse y rodearse de belleza a través de todos los canales posibles.

¿No estará “maquinando” alistarse en un concurso de cocina?

Admiro a las personas que saben cocinar bien, a mí particularmente me encanta comer, pero odio cocinar. Prefiero aprovechar el tiempo para leerme un buen libro, o en mi caso, escribirlo.

Confía en volver pronto a la situación que había antes de marzo de 2020...

Ya nada será como era, porque ninguno de nosotros somos los mismos. Confío en que los políticos, los programadores, y el pueblo en general entiendan que el arte y la cultura no son pasatiempos, sino los pilares de cada país y el modo de abrir las mentes, de volvernos más inteligentes y por ende menos manipulables.