Los reporteros gráficos –o fotoperiodistas, según a quién se le pregunte– son en buena medida los garantes de la información. Están presentes en todos los momentos importantes de la sociedad, plasman presentaciones, sucesos, actos culturales y momentos dramáticos. Siempre están ahí, habitualmente vestidos de oscuro porque son una suerte de “camaleones” que necesitan ver pero es mejor que no sean vistos.

El Parlamento de Canarias celebró ayer un foro que dio el protagonismo a los que habitualmente no lo tienen: los fotoperiodistas de las Islas. Sin ellos y sus cámaras muchas cosas pasarían sin que nadie se entere y no habría historia visual que recuperar en la hemeroteca. La memoria de los pueblos descansa, principalmente, en sus medios de comunicación.

Titulado Fotoperiodismo y política. Retos y perspectivas, el acto sirvió también para que todos los profesionales de la fotografía de prensa rindieran homenaje a Cristóbal García, compañero de Efe fallecido hace apenas dos meses. “Cristóbal sigue aquí porque deja toda una vida de trabajo; fue un grandísimo profesional y un gran compañero”, recordó Delia Padrón, fotógrafa del periódico EL DÍA.

Padrón participó junto a un histórico de la profesión, Trino Garriga, en la primera de las mesas del foro, titulada Del reportero gráfico al fotoperiodista. Este primer encuentro contó con el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, como moderador. “Celebramos nuestro 40 cumpleaños como institución y para hacer un repaso por estas cuatro décadas de parlamentarismo es más fácil, y quizás más certero, acudir a las imágenes captadas que a las actas o a la literatura parlamentaria”, aseguró el presidente de la Cámara.

Trino Garriga habló de sus primeros pasos en la fotografía. Considerado el primer reportero gráfico de Tenerife, nació y vivió “entre cubetas de revelado”. “Yo quería ser fotógrafo, como mi padre, que tenía un estudio”, aseguró. Para Garriga, el reportero gráfico  –como a él le gusta denominarse– es el “fotógrafo más completo que puede haber. Puede hacer una boda y una comunión pero también puede cubrir la llegada de una patera o un partido de fútbol. Es único; eso no lo puede hacer ningún otro”.

Padrón, por su parte, habló de los orígenes de la fotografía y del impulso humano por recoger lo que acontece a su alrededor. “El hombre siempre quiso plasmar lo que sucedía, desde Altamira”, indicó. También recordó los distintos cambios que ha vivido la fotografía de prensa, sobre todo con la llegada de la fotografía digital en 1990. “Ahora nos enfrentamos a otro problema, el de las redes sociales y su monstruoso bombardeo de imágenes. Tenemos el deber de enfrentarnos a eso con nuestra profesionalidad y marcar la diferencia, que el público tenga esa garantía a la hora de escoger dónde se informa”, aseguró.

María Pisaca: "Hay demasiada gente sacando fotos y el público en realidad ya no sabe lo que está viendo. Yo nunca había recibido tanta agresividad verbal como durante la cuarentena"

La siguiente mesa estuvo moderada por el fotoperiodista de Diario de Avisos Fran Pallero. Participaron en el encuentro otros dos redactores gráficos del periódico EL DÍA, María Pisaca y Andrés Gutiérrez. Estuvieron acompañados, además, por Arturo Rodríguez y Ramón de La Rocha. Juntos analizaron la situación del gremio y reflexionaron sobre si la sociedad entiende y valora el papel que juegan como garantes del derecho a la información. Coincidieron en la necesidad de recuperar para los medios la figura del editor gráfico y hablaron sobre el importante reto de plantar cara a la desinformación y a la sobreexposición de imágenes procedentes de teléfonos móviles. “Hay demasiada gente sacando fotos y el público en realidad ya no sabe lo que está viendo. Yo nunca había recibido tanta agresividad verbal como durante la cuarentena; en realidad la gente nos recibe según sus propios intereses y lamento decir que últimamente se nos está perdiendo un poco el respeto como profesionales”, aseguró Pisaca sobre la imagen pública de los fotoperiodistas.

Gutiérrez fue crítico con los impedimentos que muchas veces se encuentran a la hora de poder desarrollar su trabajo. Puso como ejemplo lo sucedido durante el estado de alarma, cuando les fue imposible acceder a los hospitales. “Encontramos muchos bloqueos institucionales. Desde el 14 de marzo han pasado 242 días y solo hemos podido entrar en los hospitales una vez”, lamentó.