"Es un honor estrenar este espectáculo junto a Benito Cabrera porque es un músico al que admiro mucho". Así de feliz se muestra el bailarín catalán Jep Meléndez, que esta noche estrena A pies y manos con el músico que se ha convertido en uno de sus grandes aliados sobre el escenario. Esta nueva propuesta aúna la percusión corporal con el claqué y el timple para ofrecerle a la tradición canaria una estética contemporánea. Este estreno llega hoy a El Sauzal y girará próximamente por el Espacio La Granja y el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria en noviembre, La Laguna en diciembre y Lanzarote el próximo mes de enero. "Es una propuesta nueva, incluso para la gente que nos había visto antes, porque es una idea muy cruda y puede ser muy atractivo", afirma Jep Meléndez, quien no duda en invitar al público a volver a disfrutar de la cultura en directo.

¿Cómo surge la posibilidad de realizar esta colaboración con Benito Cabrera?

Siempre he estado trabajando con Benito en diferentes proyectos. Coincidimos en 2008 en un proyecto para la Expo de Zaragoza y retomamos el trabajo conjunto en 2018 a través de un proyecto de la Fundación César Manrique, que nos propuso hacer un diálogo artístico. Ese proyecto estaba basado en los pies y el timple y nos acompañamos de Tomás Fariña para tener una base armónica. A partir de esa propuesta, que nos gustó tanto hacer, nos animamos a ampliar el formato y hacer una propuesta escénica más completa.

¿Y desde cuándo preparan esta actuación?

Llevamos desde octubre del pasado año preparando el proyecto. El primer diálogo lo hicimos en septiembre de 2019 y la idea era haber estrenado en marzo o abril pero lo tuvimos que parar.

Dejando a un lado el parón que ha provocado la crisis, ¿han aprovechado estos meses para seguir perfilando la propuesta?

Hemos añadido un tema nuevo y nos ha dado tiempo a trabajar mucho más y mejorar la propuesta de iluminación y sonido. Sin embargo es una propuesta muy sobria, a modo de diálogo, y solo hay cuatro elementos escénicos.

Ese diálogo ¿condiciona también la forma de trabajar, que se hace de un modo más grupal?

Sí, buscamos un diálogo lineal a través de propuestas y contrapropuestas. Yo propongo cosas más rítmicas y relacionadas con la danza y Benito aporta las composiciones. Además, hemos incluido una canción compuesta específicamente para el espectáculo y el resto de temas también se estrenan porque han sido revisitados. El que se ha compuesto específicamente para este proyecto es una revisitación del baile del pastor de El Hierro. Hemos trabajado a través de un sistema muy diferente porque no trabajamos con un guion o con un director. La forma de diálogo es muy interesante para nosotros porque nos ha facilitado crear nuevos espacios para poder combinar el timple, la percusión corporal y el claqué.

¿Ese diálogo dejará hueco a la improvisación cuando se suban al escenario?

El claqué es una disciplina que juega mucho con la improvisación así que dejamos una parte abierta muy pequeña para ello, aunque menos que en otros espectáculos que he hecho anteriormente. El folclore está basado en patrones muy claros y característicos pero hemos dejado algunos huecos en varios temas para improvisar y para establecer un diálogo nuevo cada día. También hay otras partes que están más cerradas melódicamente, e incluso en esos temas yo sí que juego un poquito con la improvisación.

¿Cómo descubrió usted que casaban también el folclore canario y el claqué?

Yo empecé a trabajar con el folclore en 2007, cuando llegué a Tenerife. Venía de trabajar con Mayumaná y otras compañías y en la primera propuesta que me hicieron decidí precisamente abordar el folclore canario porque me encanta. Desde entonces he propuesto muchas veces unir el claqué con los patrones rítmicos de un tajaraste, por ejemplo. A raíz de entrar en contacto con Benito Cabrera fue cuando volví al folclore. Mi idea es trabajar con los elementos básicos, revisitar el folclore sin cambiar las estructuras pero sí la composición de elementos. Yo hago desde el patrón del baile del tambor de La Gomera, a un tajaraste con claqué y me atrevo un poco con la melodía de las folías con claqué, a ver qué le parece al público.

Y esta fusión, ¿qué le parece al público canario?

Hay de todo. En el folclore canario lo que menos se ha revisitado es el baile. A los puritanos siempre les escandaliza pero yo creo que es una nueva vía. Mucha gente que no conoce lo que hacemos nos ve y nos comenta que es la combinación es rara pero atractiva. Es una nueva forma de acercarse a otro tipo de público. Desde la óptica del público joven, el folclore se ve como algo para personas mayores y dar una vuelta nueva y meter aires nuevos, con respeto siempre, es interesante y da una nueva visión. Yo siempre me he encontrado con una respuesta muy buena.

¿Por qué ha optado por trabajar con el folclore canario y no con otras tradiciones?

El claqué y cualquier otro tipo de danza se puede fusionar con cualquier música porque precisamente es lo que buscamos: crear espacios sin fronteras que nos permitan trabajar. Yo he bailado con muchos tipos de música, desde flamenco hasta jazz o música brasileña. Pero el folclore canario es mucho más rítmico, más adaptable y más amable al meter una onda percusiva. Yo soy catalán y con una sardana no se me ha ocurrido hacerlo porque es otro tipo de forma melódica y rítmica y parece que el folclore canario lo acepta muy bien.