La Montaña de Tindaya (La Oliva, Fuerteventura) alberga la que posiblemente sea la mayor concentración de podomorfos del mundo. La presencia de grabados rupestres le ha valido su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) por lo que cuenta con la máxima figura de protección y de reconocimiento, aunque solo en la parte superior de la montaña. No obstante, su protección jurídica no garantiza su protección física, pues los podomorfos presentan problemas de conservación por encontrarse al aire libre, fruto de la erosión del agua o del viento, intentos de expolio, actos vandálicos y por las inminentes consecuencias del cambio climático.

Se trata, por tanto, de un patrimonio sensible y frágil, seriamente amenazado, que demanda acciones urgentes de documentación integral capaces de asegurar su supervivencia, por lo que, en paralelo a la digitalización en 3D de más de 224 grabados podomorfos, distribuidos en 111 paneles, el departamento que dirige Nona Perera ha encargado la documentación 3D de los paneles intervenidos por la población aborigen.

Además, se realizará un estudio integral por parte de la empresa especializada Arqueocanarias para la protección de todos los bienes arqueológicos y etnográficos que contiene este singular espacio. Se trata de la respuesta a la solicitud cursada por el Cabildo de Fuerteventura para que la totalidad de los elementos arqueológicos y etnográficos gocen de este reconocimiento y protección a través de la figura de BIC. En caso afirmativo, se podrá promover la ampliación de la delimitación hasta donde se considere necesario, completando e integrando la totalidad de los valores de Tindaya.