Moria, en la isla griega de Lesbos, es el mayor campo de refugiados de Europa. Fue construido en 2015 para albergar a 3.000 personas y actualmente lo ocupan 20.000 personas que malviven, hacinadas y soportando condiciones infrahumanas, cobijadas solo bajo el plástico de unas lonas. Sin luz, con temperaturas bajo cero, sin las mínimas condiciones de salubridad y olvidadas por el mundo, por la Unión Europea y por el gobierno griego. Moria es el último rincón del planeta, una frontera sin salida ni esperanza.

La productora canaria Unahoramenos se ha propuesto mirar hacia donde otros prefieren no dirigir la vista y prepara el estreno de una obra de teatro que ha despertado el interés del sector. "No para de levantar expectación entre programadores nacionales e internacionales. Se está comentando mucho", reconoció el director, Mario Vega.

Moria es también el nombre de esta apuesta de teatro inmersivo que se presentará en Tenerife el próximo 23 de abril dentro de una propuesta que está dando muchas alegrías a los amantes del teatro: la Muestra Escénica Iberoamericana (MEI). Será en el Teatro de El Sauzal, como es habitual en este proyecto del Instituto de Artes Escénicas de Tenerife. Aún no se han puesto las entradas a la venta.

Moria es un valiente paso más en la senda que la productora canaria inició en 2015 con Me llamo Suleimán, que hablaba del drama de la inmigración. Un camino que continuó en 2016 con Los Malditos, una historia sobre la esclavitud contemporánea. "Llevábamos tiempo pensando en la posibilidad de enfrentarnos a un espectáculo en torno al tema de los refugiados. Es algo sobre lo que habíamos investigado muchísimo. Cuando decidimos hacerlo realidad, vimos que lo interesante sería tener una vivencia en torno al tema de los refugiados. No solo durante el proceso creativo -que es lo que hicimos- sino en la forma de transmitirlo al público", recuerda.

Por ese motivo, parte del equipo de la producción se trasladó durante la segunda semana de enero hasta el campamento de refugiados, un viaje en el que estuvieron apadrinados por Médicos Sin Fronteras. La ONG, que sigue trabajando en la zona y atendiendo a los refugiados, decidió hace años abandonar el campamento en señal de repulsa por la actitud de la comunidad internacional. "Cuando le planteamos la idea, vieron los cielos abiertos. Han entendido que es una línea de colaboración muy interesante", detalla. Hasta Lesbos viajaron, además de Vega, el director de producción, Valentín Rodríguez, y el periodista Nicolás Castellano, que ha asumido la dirección de contenidos. También les acompañó la fotógrafa especializada en este tipo de desastres humanitarios, Anna Surinyach. Sus imágenes, captadas durante la visita, ilustran estas páginas.

El equipo creativo llevaba mucho tiempo trabajando en esta idea y preparando el espectáculo. Llegaron hasta Moria con la intención de buscar dos historias reales que sirvieran para ejemplificar las miles de historias y sus innumerables tragedias. Encontraron mucho más. "Lo hemos comentado, no estábamos preparados para esto. Ha sido un palo enorme, creíamos que íbamos metalizados y no lo estábamos. Cualquier drama que puedes imaginar palidece allí, lo que sucede es peor. Es terrible", confiesa el director de esta pieza.

Hicieron más de una decena de entrevistas durante su estancia en el campamento, a lo largo de casi una semana. Analizaron los casos y finalmente eligieron a dos mujeres: una iraquí y una afgana. Ellas serán la voz de Moria porque representan buena parte de lo que Unahoramenos quería contar. "Queremos plasmar lo que ocurre en el campo de refugiados y el viaje que hacen para llegar allí", detallan.

La pieza resultante será una experiencia de teatro inmersivo, una forma de "teatro envolvente" en el que el público es libre de elegir cómo vive la experiencia. Los espectadores no son, pues, pasivos, sino que forman parte de la puesta en escena y están sumergidos en la acción. Moria contará la historia de Zohra Amiryar y Douaa Alhavatem. La primera sobrevivió a cuatro bombardeos y atentados en su país, Afganistán. Perdió a su hermano en uno de ellos y vio cómo sus cuatro hijos acababan heridos antes de emprender el éxodo en busca de refugio. La segunda es una treintañera iraquí que huyó de Bagdad tras desaparecer su marido y temer que ella y sus tres hijos pudieran correr la misma suerte. Ambas viven en Moria y sus rostros, su voz y sus recuerdos formarán parte de esta experiencia teatral que tendrá lugar dentro de una carpa de refugiados. Allí, los 50 espectadores que podrán acceder a cada función experimentarán los olores, sabores y vivencias del campo de refugiados.

Dos de los rostros habituales en las creaciones de Unahoramenos, las actrices Marta Viera y Ruth Sánchez, serán las encargadas de contar la historia. "Combinaremos la imagen real de las mujeres que entrevistamos con el trabajo de las actrices", adelanta Vega.

Tras su estreno el 23 de abril en Tenerife, la pieza continuará un camino que incluye su distribución "nacional e internacional". Ya se está negociando su programación en espacios escénicos de Madrid y también está previsto su paso por el País Vasco. Moria no está pensando solo para Canarias, está "pensado para el mundo".

Pese al intenso trabajo de preparación previo y a haber viajado con la idea muy clara de lo que querían hacer, el equipo de Unahoramenos se enfrentan al abismo de intentar hacer justicia a lo que han visto, a las miles de historias y personas que fácilmente podrían haber sido también las protagonistas de este proyecto. "Lo que sucede es tan terrible que es muy difícil de contar", reconoce el equipo. Cada actuación, que además será apta para escolares a partir de los 14 años, irá acompañada de una mesa redonda, un ensayo abierto al público y una proyección.