Atlanticidad reflexiona acerca del imaginario compartido entre Canarias y el Caribe. La joven tinerfeña Lilia Ana Ramos pone en marcha estos días una campaña de micromecenazgo a través de internet para hacer realidad este proyecto editorial que, a través de la postfotografía y textos personales e históricos, muestra una realidad poco conocida fuera de las Islas, "libre de la exotización impuesta por el ojo ajeno", tal y como indica la joven creadora.

Hija de padre gomero y madre tinerfeña, Lilia Ana Ramos, que nació en esta isla, vivió durante dos décadas en la Península. Allí se percató de que la imagen con la que cuentan muchas personas sobre los canarios "no tenía nada que ver con mis experiencias vitales ni con lo que ha vivido mi familia o muchas de las personas que conozco en las Islas", relata la joven creadora. "Me frustraba no poder explicar que la manera en que me representaban me parecía deformada", continúa Ramos, quien no obstante encontró en la fotografía la manera perfecta de expresarse.

Una pregunta rondaba en aquella época la mente de la tinerfeña: ¿Cómo puedo mostrar mi visión de las Islas? Así, pensó que hablando de algunos conceptos personales e íntimos y apoyada además en grandes temas conocidos por todos, como la migración, colonización o idiosincrasia, lograría hacerse entender. Y así fue cómo nació Atlanticidad. El proyecto surgió hace ya tres años de la mano de largas lecturas sobre el arte de la fotografía y el discurso que se podía crear alrededor de las imágenes.

De este modo, Lilia Ana Ramos emplea la postfotografía en este proyecto, en el que se ha valido de imágenes de lo más variadas para dar forma a su propio discurso. El Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife y el Centro de Fotografía Isla de Tenerife han sido algunos de los lugares visitados por la creadora, quien también ha buscado resignificar estas imágenes a través de sus propios textos. Así, la tinerfeña invita al público a mirar las imágenes que ella ha recopilado, a leer a continuación los textos redactados de su puño y letra y a volver a examinar las imágenes. "Este proceso te permite ver las cosas de manera diferente. A mí me sirvió para pensar y cuestionar ciertas representaciones a través de las propias historias familiares", indica la joven.

Pero Lilia Ana Ramos ha querido estructurar este discurso vinculado también a otra zona del planeta. Latinoamérica forma parte de la historia personal de la joven tinerfeña, cuyos abuelos maternos emigraron hace décadas a Cuba y donde aún hoy vive parte de su familia. Ramos indica que "la respuesta superficial para explicar por qué he elaborado un proyecto sobre el imaginario compartido Canarias-Caribe podría ser que hay una afinidad en nuestra manera de hablar, en nuestros gustos musicales o en nuestra arquitectura y climas. Pero la respuesta estructural se hunde en las raíces con las que cuentan los procesos similares de conquista y colonización, el sincretismo, la creación de sociedades mestizas, los flujos migratorios o las rutas comerciales y culturales que se establecen entre ambos territorios en el marco del Atlántico como punto de encuentro, a veces forzado, a veces voluntario, entre África, Europa y América".

De este modo, la joven recuerda que el concepto que da nombre a su proyecto, Atlanticidad, es un término acuñado, entre otros, por el pensador canario Juan Manuel García Ramos. No obstante, son muchos los autores que indagan en esa idea de viajes de ida y vuelta, como por ejemplo Paul Gilroy, Benítez Rojo o la filósofa tinerfeña Larisa Pérez.

Después de tres años de trabajo recopilando todo el material que forma parte de Atlanticidad, Lilia Ana Ramos inicia ahora una nueva etapa. Mañana dará comienzo la campaña de micromecenazgo a través de la página web www.verkami.com. Con ella, la joven espera poder recaudar 3.000 euros a lo largo de 40 días para poder imprimir el libro al que ha estado dando forma en los últimos tiempos. Ramos ha estado trabajando junto al diseñador grancanario Aythami Castellano para dar forma a estos tomos y su objetivo es poder lanzar unos 150 ejemplares de este libro que reúne pintura, recortes de prensa, imágenes de archivos familiares y textos elaborados por la autora.

Muchas historias han tenido que quedarse a lo largo del camino. "Algunas fotografías, como una de mi bisabuelo, finalmente no estarán incluidas en el libro", explica Ramos, quien no obstante ha podido descubrir secretos de su familia a través de la correspondencia que inició con sus familiares cubanos con motivo de este proyecto: "Gracias a ellos supe que nuestra tatarabuela murió y fue enterrada allá".

Ramos explica que "el trabajo de resignificación de las imágenes lo realizo a través de textos personales divididos en ocho capítulos de temas que han unido a Canarias y América Latina durante décadas", como es el caso de la emigración, que tan de cerca ha tocado a su familia. De hecho, la imagen de la portada del libro está muy relacionada con este tema. En ella se puede ver al padre de Lilia Ana Ramos colgado de una palmera durante una de sus estancias en Venezuela. La joven reconoce que es una de las imágenes favoritas de aquellos años y la acompaña de un texto en el que rememora una vivencia: "Una vez mi padre reconoció el acento venezolano de unas mujeres en una agencia de viajes. Comenzaron a hablar de sus experiencias como migrantes y terminaron convirtiéndose en amigas de la familia".

De este modo, la joven destaca que una de las cosas que más le ha llamado la atención a lo largo de este proceso es que "se trata de temas recurrentes los que aparecen en este proyecto. Es el caso de la migración, por ejemplo, que estamos volviendo a vivir ahora pero desde otro punto de vista diferente al de nuestros abuelos". En este sentido, la tinerfeña puntualiza que "muchas personas actúan ahora de una forma hipócrita con este tema, cuando lo que tendrían que hacer es dar las gracias a sus antepasados, que tuvieron el valor de marcharse para que sus hijos y nietos pudieran tener un futuro".