Avner Eisenberg, uno de los mejores clowns del ámbito internacional, presentará su clásico espectáculo Exceptions to Gravity (Excepciones a la gravedad) en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife y en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria los días 25 y 26 de octubre, dentro del XIII Festival Internacional Clowbaret.

El estadounidense Avner Eisenberg (Avner The Eccentric), uno de los mejores clowns del mundo, es un artista polifacético: es clown, malabarista, mimo y bailarín, un maestro a la hora de desafiar las barreras del lenguaje y la cultura conquistando audiencias en un sinfín de países.

Los próximos 25 y 26 de octubre traerá al Festival Internacional Clowbaret a Avner The Eccentric. ¿Qué tipo de experiencias le gustaría compartir con el público de las Islas Canarias?

Estoy emocionado por volver a las Islas Canarias. Estuve por última vez allí en 1994 y siempre he esperado volver. Tengo vívidos recuerdos de la calidez del público y de la belleza de las islas.

¿Cuánto ha podido perfeccionar las características del clowning a lo largo de los años de interpretación del espectáculo Exceptions to Gravity?

Me han dicho que fui el primer payaso solista en tocar en Broadway. Eso fue en 1984-1985. Desde entonces he estado actuando y enseñando en todo el mundo.

En esta performance, ¿es el clown el que hace al excéntrico o el excéntrico el que hace al clown?

Esa es una pregunta engañosa. Las técnicas del arte del payaso se derivan de una destilación de la vida y la vida sobre el escenario influye en la vida propia en el mundo real.

¿Qué le gustaría que la gente aprendiera de lo que usted hace, de su trabajo?

Hace años me tensé los ligamentos del pie y cojeaba. El director del teatro me preguntó si podría hacer el espectáculo esa noche. Por supuesto, le respondí. ¿Pero cómo?, continuó. Respondí: Nuestro humor se basa en reírnos de las desgracias ajenas. Si es viejo, gris, calvo y cojeando?.

Ser clown es ser capaz de encontrar soluciones complejas a problemas simples y soluciones sencillas a problemas complejos.

Diría que ser clown es un asunto muy complejo. Es decir, hay luces y sombras, si no hay tristeza no hay alegría? Primero tengo que decir que para mí no hay tal cosa como un clown; ahí está el verbo ser clown. Mucha gente se viste como un payaso, pero pocos hacen payasadas satisfactorias. Ser clown, como mencioné anteriormente, implica resolver problemas simples con soluciones complejas y encontrar soluciones simples a problemas complejos, ya que no se trata básicamente de felicidad o tristeza. Ser payaso consiste en reconocer la creatividad para resolver los problemas de la vida cotidiana.

Desde una óptica del clown, ¿cree que a la política internacional y la situación actual del mundo es para reír o llorar?

El payaso es esencialmente apolítico. Aborda la condición humana existencial más que la condición política transitoria. Por supuesto, la condición política es a menudo tan ridícula, poco innovadora y por momentos cruel, que el payaso no puede evitar señalar la desnudez del emperador.

La formación juega un papel importante en su carrera. ¿Cuál es, en su opinión, lo más importante a la hora de enseñar el arte del clown?

Un colega me preguntó una vez qué haría si el público no se ríe. Gracias a Dios, respondí, tengo suficientes problemas por ahí sin que la gente se ría de mí. La risa debe verse más como una interrupción de la tarea que uno está intentando lograr, que como la meta en sí. Porque cuando es el objetivo y no se consigue, estás atrapado, te pones ansioso y dejas de respirar congruentemente. Todos necesitamos respirar todo el tiempo, incluso cuando estamos en el escenario.