La música de Vivaldi y lo que transmite su universal obra Las cuatro estaciones encandiló hace mucho tiempo a la veterana actriz catalana Nuria Espert (Hospitalet de Llobregat, 1935), quien no dudó en aceptar la propuesta que le hizo la prestigiosa orquesta de música clásica La Tempestad para formar parte del espectáculo Vivaldi Natura: Las cuatro estaciones, que recorre cuatro de las islas canarias con motivo del Festival Canarias Artes Escénicas (CAE).

El papel de esta dama de la escena española en el montaje, que actuará mañana en el teatro Leal de La Laguna y el lunes, 30 de septiembre, en el teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma, consiste en declamar los sonetos que escribió Vivaldi y luego llevó al pentagrama para dar vida a Las cuatro estaciones, cuatro conciertos para violín que representan las cuatro estaciones climáticas del año cada día más difuminadas.

"Vivaldi escribió cuatro sonetos, uno para cada estación, primavera, verano, otoño e invierno. Parece ser que eso fue lo que le inspiró la melodía, no al revés. No escribió los sonetos después de haber escrito la música mágica, sino lo contrario", aclaró la intérprete, antes de destacar la calidad de la orquesta que la arropa, La tempestad.

"Es una orquesta magnífica. Toca las melodías y yo recito los sonetos que dan pie a Las cuatro estaciones. Ese es el formato, es muy bello. La orquesta es de primerísima y la música mundialmente famosa. Son de esas partituras sobre las que pasa la historia sin dejar una mota de polvo sobre ella. Los sonetos hablan de los cambios de la naturaleza y de cómo afectan al ser humano, cómo sus alegrías y sus desvelos dependen de ella. Los sonetos son frescos, maravillosos".

Para esta admiradora del compositor veneciano del barroco, la música es muy bella y cercana, "además la explica con esos sonetos ingenuos y hermosos. Habla de que el muchacho soporta los vendavales al lado de su amada, de que los pájaros reciben la primavera con conciertos maravillosos mostrando la alegría. Es muy bello y muy puro", refutó.

Hace ya muchas décadas que Espert sumó a su faceta como actriz en distintos géneros escénicos, tanto en teatro, cine y televisión, además del de dirección, los recitales poéticos dedicados a diferentes autores verdaderos maestros de la literatura universal.

Esa unión de la música y la poesía a través de su voz fue muy productiva con el músico Jordi Savall, experiencia dedicada al Siglo de Oro español y a autores como Jorge Manrique, San Juan de la Cruz, Cervantes o Quevedo.

"He hecho muchos recitales con Jordi Savall respetando la época, sus canciones, que cantaba su maravillosa esposa tristemente fallecida. Yo también cantaba y recitaba los poemas y Savall con los instrumentos acompañaba todas esas noches inolvidables. Fueron un recuerdo precioso que guardo con muchísimo cariño", confesó con esa sinceridad que concede la experiencia.

Este formato escénico también lo experimentó con Rafael Alberti en el año 1981, con el recital de poesía titulado Aire y canto de la poesía de España en el Teatro del Odeón de París.

"Fueron muchísimos recitales, más de trescientos, a lo largo de quince años en medio de mis representaciones teatrales por todo el mundo. Estuvimos en Nueva York, en Moscú... , hasta el último pueblecito español. Fue una etapa muy feliz de mi vida los recitales con Rafael".

En este sentido, comentó que la poesía le aporta mucho como persona y actriz. "Son todas ramas del mismo árbol, del árbol de la cultura y de la literatura. Estar al lado de Rafael leyendo su poesía, la de Lorca, la de Jorge Manrique, todos los grandes poetas de la historia de la humanidad, figúrese usted lo que aporta, una riqueza para la que no hay palabras para explicarla".

Tras su participación en el CAE, la artista catalana continuará con otro proyecto que comparte actualmente con Luis Pasqual y el Romancero gitano de Federico García Lorca, muy presente en la trayectoria de ambos. "Estamos de gira por Europa durante este año. Es más que un recital poético, un pequeño gran espectáculo".

Cuestionada sobre si le resulta más cómodo este tipo de montaje, señaló que "no elijo hacer algo en base a su facilidad, se elige porque se ha terminado un proyecto muy grande, que era Incendios con Mario Gas, y ahora me apetece poesía más pura y cercana y después aparecerá otra cosa y seguiremos con otra función, otro director, otra compañía. Esa es nuestra vida".

Con respecto a la situación actual del teatro, señaló que "todo dependerá de por dónde llevemos nuestro país, de qué caso le hacemos a la cultura, de qué nuevo hombre y mujer queremos tener en España, de qué imagen queremos dejar en este siglo XXI. Si se van a interesar por la cultura o más por los videojuegos. No se sabe. Se está creando un mundo nuevo que va mucho más rápido que nosotros".