Músicos silenciados por partituras políticas

El revuelo que ha provocado la cancelación por parte de las autoridades madrileñas del concierto que Luis Pastor y su hijo Pedro iban a ofrecer con ocasión de las fiestas de Aravaca constata que la censura sigue estando en plena vigencia y que, además, se utiliza como un arma arrojadiza para silenciar a los adversarios. Tanto como la exclusión de las programaciones y de los circuitos: el silencio.

Porque la música es un vehículo comunicador de primer orden, capaz de contagiar pensamientos y opiniones, de contaminar conciencias y quien sabe si hasta de provocar revoluciones, de ahí que la obra de un cantautor se recite y permanezca viva en el ideario y se repita hasta acabar convertida en el himno de una época.

Una situación similar a los Pastor han padecido artistas como Rozalén o Rayden, con actuaciones programadas para las fiestas de San Mateo, en Oviedo, que con la llegada del nuevo equipo de gobierno han visto cómo se cancelaban sus concierto.

La manchega, de tintes protesta, no escondió su indignación: "El nuevo gobierno de la ciudad ha decidido que no tocamos", una situación inédita para ella. "Es la primera vez que nos pasa algo así".

Idéntico estupor manifestaba el madrileño Rayden, un músico que también advertía en redes sociales que su actuación en Asturias "no podrá ser por un cambio de gobierno que ha preferido orientarlo a otras preferencias personales. Estoy muy triste pero así son las cosas".

Pero lejos de quedar aquí, la lista de damnificados se amplía. El pasado mes de julio, el nuevo Ejecutivo municipal madrileño, formado por PP y Cs, cancelaba el concierto de la banda Def con Dos programado por el anterior consistorio de Ahora Madrid como parte de las fiestas de Tetuán.

La razón, que no eran "dignos de una institución que representa a todos los madrileños", por cuanto su cantante, César Augusto Montaña, "ha sido condenado por el Tribunal Supremo por enaltecimiento del terrorismo" y "no avalará actitudes que fomentan el odio y el ensañamiento con los que más han sufrido".

Pero los hay de todos los colores. En 2015, el concierto de Matisyahu en Rototom Sunsplash de Castellón fue cancelado, a partir de una campaña iniciada por BDS País Valencià, que acusó al artista en Facebook de "sionista" y de justificar el Estado de Israel "que practica el apartheid y la limpieza étnica".

La política popular Esperanza Aguirre también ha dejado sus perlas en lo que a censura se refiere. En 2012, siendo presidenta de la Comunidad de Madrid, canceló el concierto que pensaban dar Reincidentes, Porretas, Boikot y Yesca en Casarrubuelos. Y un año después, en 2013, su discípulo, Ignacio González, como máxima autoridad de la comunidad, canceló dos festivales, dejando en silencio a más de 10 artistas y a un público que se quedó con las ganas.

La 'cantada' del puertorriqueño Manny Manuel

Tras la lamentable actuación del artista puertorriqueño Manny Manuel en febrero de este año, que provocó su expulsión del escenario con ocasión del Carnaval de Las Palmas, el Ayuntamiento de Santa Cruz canceló la actuación que tenía concertada con el cantante para la noche del Lunes de Carnaval en la capital tinerfeña. Idéntica medida tomaba el consistorio del Puerto de la Cruz, que supendió el concierto previsto para el 8 de marzo dentro del programa de su Carnaval Internacional.

El Cabildo de Tenerife y su 'recorte' a Maluma

El entonces presidente del Cabildo, Carlos Alonso, anunciaba en agosto del año pasado que la institución retiraba la "pequeña ayuda" asignada en forma de patrocinio para la celebración del concierto en septiembre del cantante colombiano Juan Luis Londoño, conocido como Maluma, como veto por los contenidos machistas y vejatorios de algunos de sus temas.

El colombiano J. Balvin, reprobado por asociaciones

El cantante colombiano J. Balvin cancelaba dos actuaciones previstas para el mes de agosto de 2018 en Canarias: el día 10 en Güímar y el 11 en El Paso, La Palma. Varias asociaciones reclamaron que no se aportara dinero público a un espectáculo que contiene letras machistas.