En homenaje a su padre

La Misa de Gloria de Pietro Mascagni es una obra que no se programa con asiduidad, tanto es así que mañana, martes, a las 19:30 horas en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional, va a ser la primera vez que la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) la interpretae, bajo la dirección de maestro Víctor Pablo Pérez y con un elenco integrado por Airam Hernández, tenor; Joana Machado, mezzosoprano, y José Antonio López, barítono, "No la conocía y ciertamente me ha resultado una pieza maravillosa", confiesa el cantante tinerfeño. Porque Mascagni se ha hecho popular, sin duda, con la ópera Cavalleria rusticana, y esta misa desprende su más puro estilo romántico. "Es la primera vez que la canto, pero soy de hacer o rescatar piezas olvidadas, de interpretar autores vivos...". En lo emocional, esta misa le llega al tenor en un momento muy especial. "Hace un par de semanas falleció mi padre", confesaba emocionado. Tuvo que cancelar un concierto programado en Tenerife y la de mañana va a ser la primera pieza que cante después de tales circunstancias. "No sé si con cosas del destino, pero mientras iba trabajando la obra la he sentido como un auténtico bálsamo. Va a ser un homenaje a mi padre", concluía.

Está siendo una temporada florida para el tenor tinerfeño Airam Hernández (El Rosario, 1983), un tiempo en el que ha continuado desarrollando sus condiciones vocales y también interpretativas.

Este particular y sonoro recorrido comenzó el pasado mes de agosto con la recuperación de una obra como Sardanápalo, la ópera inconclusa de Listz, y continuó a lo largo de los meses de septiembre y octubre dando voz a Alfredo en La traviata, junto a artistas de primer nivel, como los casos del director Teodor Currentzis o el productor Robert Wilson.

A comienzos del pasado mes de marzo debutaba con notable éxito Caruso a Cuba, en el Opera Forward Festival de Ámsterdam, una obra del compositor holandés Micha Hamel en la que asumió el rol del mítico tenor italiano y que fue considerada el acontecimiento lírico del año. Entre finales de abril y comienzos de mayo, interpretó al Fenton del Falstaff, de Verdi, en la Ópera de Dallas, convirtiéndose así en el único cantante español en pisar ese escenario durante la presente temporada.

Tras cantar mañana, martes, la Misa de Gloria de Pietro Mascagni en el Auditorio Nacional de Madrid, con la Orquesta y Coros de la Comunidad, bajo la direccción del maestro Víctor Pablo Pérez, desde finales del próximo mes de septiembre y hasta comienzos de octubre se subirá a las tablas del Teatro Capitol de Toulouse para encarnar el papel del Pollione en la ópera Norma, de Bellini, y también se convertirá de nuevo en Alfredo en la mítica producción de La traviata, con montaje de Carsen, en La Fenice, durante la última semana de octubre y los primeros días del mes de noviembre, mientras que a finales de ese mismo mes será el Nemorino de L'elisir de amore en el teatro de Verona.

"Lamentablemente no puedo desvelar aún algunos de los títulos que voy a hacer", confesaba Airam Hernández. Debe mantener silencio por exigencias del guion, dado que todavía no se han anunciado ciertos carteles de las temporadas 2019/2020 y hay que ser respetuoso con los tempos.

No obstante, descubre que se trata de unos roles que para él van a suponer un gran reto personal. Por ahí andan el Cover de Così fan tute, que lo llevará hasta el Metropolitan de Nueva York (MET), y Sardanápalo, de Listz, que hará en la Ópera Nacional de Budapest

"He decidido que en los meses de junio y julio no voy a asumir ningún proyecto para de esta forma poder trabajar bien y en profundidad cada rol", señala Airam.

Además, desde mediados del mes de agosto se irá a trabajar con su maestra a Roma para así preparar a conciencia el concierto de Toulouse. "Esta es una profesión en la que no se descansa", subraya el tenor, y es que cuando los cantantes no están sobre un escenario, hay que entender que viven enfrascados, estudiando partituras y asumiendo los papeles de las voces protagonistas.

"Los tiempos entre una y otra producción los suelo ocupar en montar nuevos proyectos", explica Airam Hernández, quien ya avanza que la temporada 2019/2020 llega cuajada de excelentes trabajos y que, en consecuencia, va a resultar muy exigente.

El tinerfeño es de la idea de que un tenor, cualquier voz, no debe encasillarse en ligero, lírico, spinto, dramático, rossiniano... "Considero que un instrumento como es la voz siempre se encuentra en pleno desarrollo, moviéndose y evolucionando, y eso es una virtud de nuestra profesión".

Tanto es así que "un año puedes cantar repertorio rossiniano y la voz se desarrolla hacia un estilo más lírico, pero lo cierto es que los teatros tienen una idea de los roles que te pueden ofrecer".

Se define como "tenor lírico con un timbre brillante; tengo facilidad para la coloratura, hago también repertorio contemporáneo y, poco a poco, voy añadiendo más papeles". Algunos proyectos que ya está preparando tienen nombre propio: el Rodolfo de La Boheme (Puccini) y el Don Ottavio de Don Giovanni (Mozart).