El lenguaje silbado como medio de comunicación entre las personas no es exclusivo de La Gomera y El Hierro, sino que también se utilizó en Tenerife y Gran Canaria hasta hace unos setenta años, y presumiblemente también en La Palma, Lanzarote y Fuerteventura, aunque no existen fuentes documentales que lo corroboren en las tres últimas islas. Por otro lado, algunos cronistas de la Conquista señalan que los guanches utilizaron este método.

Esta es la tesis que defiende el etnomusicólogo, investigador y silbador tinerfeño David Díaz Reyes, que representa a Canarias, junto al también maestro silbador Rubén Jiménez Sánchez, ambos miembros de la Asociación Cultural y de Investigación de Lenguajes Silbados Yo Silbo, en el Festival Grecoacte 2019 que se desarrolla desde el día 21 hasta hoy en la isla griega de Eubea.

Este encuentro también cuenta con la participación de representantes y especialistas de Francia, Marruecos, Grecia y Turquía, países en algunas de cuya regiones poco pobladas y terrenos inaccesibles se practica esta fórmula de comunicación, como ocurre en los Pirineos franceses, el alto Atlas, la isla griega de Eubea y el Valle Kuskoy, respectivamente, además de en La Gomera y ahora se recupera en El Hierro.

"Vamos a presentar una ponencia sobre el lenguaje silbado en Canarias, el silbo gomero y lo que se está investigando en El Hierro y en las restantes islas. También haremos una demostración del silbo en Canarias, al igual que lo harán los representantes de los demás países, que hablarán de la historia en sus respectivos pueblos, sus características y su uso", indicó Díaz Reyes.

Este entusiasta investigador de esta faceta de la cultura isleña, que ha publicado varios libros y artículos sobre el tema, aclaró que existen datos, documentación y testimonios etnográficos, entrevistas con personas que lo practicaron, además de los ya conocidos en La Gomera y en El Hierro, en Tenerife y Gran Canaria, donde desaparecieron hace unos setenta años, según sus cálculos.

"Lo de Tenerife y Gran Canaria no se conoce tanto. Son islas en las que hasta hace cien años se usaba bastante, sobre todo en zonas montañosas como Teno, Anaga, o Artenara, La Aldea o Tejeda en Gran Canaria. Quedan testimonios y grabaciones. En Tenerife hay más documentos, pero menos silbadores, quedaron algunos en Anaga y Vilaflor", explicó.

Al parecer, también hay indicios de que esta práctica existió en Lanzarote, Fuerteventura y La Palma, donde hay vagas referencias, pero no existe certeza documental, ni testimonios orales contundentes que así lo confirmen.

Las causas de su abandono son muy claras. "El silbo se perdió por el abandono de las actividades que lo hicieron útil: pastoreo y agricultura, sobre todo la agricultura como medio de supervivencia. Le vamos a añadir otros dos motivos importantes. El avance de los medios de comunicación, el teléfono móvil, el avance de las telecomunicaciones en general, incluso el coche. También la inmigración de canarios a Cuba y Venezuela, que fue muy grande en los años 50. La población joven que podía haberlo utilizado se fue y quedó menos, se abandonaron los campos y otras actividades. Luego empezó el boom turístico de los años 60. La gente se fue a vivir a zonas costeras y se dejó de utilizarlo de forma espectacular desde los años 60 para acá".

Este sistema de comunicación, que son conversiones de los fonemas de una lengua ya existente en silbidos, se ha mantenido vivo en La Gomera, donde también estuvo a punto de desaparecer en los años 90, pero hubo una serie de particulares y políticos comprometidos que lo potenciaron incluso en las escuelas, circunstancia que convirtió a esta isla en el espacio donde más se practica del archipiélago.

"Se trata de sustituir el lenguaje hablado por el silbado. Las diferencias son las maneras de hablar de cada isla. Hay personas a las que se les nota el acento herreño o gomero. Eso se detecta en el silbido, además de los vocabularios, porque hay palabras propias de La Gomera o El Hierro que no existen en otras Islas. Son características que las identificas", apuntó.

Esta ancestral manera de comunicarse la personas, que en condiciones óptimas (viento a favor, ausencia de ruidos y buena orografía) puede alcanzar entre los tres y los cinco kilómetros, también fue utilizada por los primigenios pobladores del archipiélago.

"Las indicaciones van por ahí. Cuando te pones a mirar y ves que los pastores bereberes del norte de África practican el silbo y sabes que la población canaria era de procedencia bereber..... También las crónicas de la conquista hablan del uso del lenguaje silbado por los guanches de Tenerife".

Abreu Galindo o Espinosa, entre otros, también aluden a que se utilizaba esta fórmula comunicativa en Gran Canaria y La Gomera, incluso hay una leyenda que habla del uso del silbo entre la población de El Hierro.

"Todo indica que la población indígena canaria silbaba y puede ser que trajera la técnica del norte de África. Eso se pensaba, pero desde que se descubrió que si había lenguaje silbado entre los bereberes de África las indicaciones mostraron que esta técnica la trajeron ellos de esta región africana", ratificó Díaz.

La realidad indica que, poco a poco, da la impresión de que el silbo, que también se emplea en comunidades étnicas de regiones de México, Brasil, Senegal, Vietnam, Alaska o Nepal, se está recuperando en la islas. La Asociación Yo Silbo ha impartido talleres en sus diez años de existencia a unas mil doscientas personas de todas las islas con ansias de aprender este genuino lenguaje tan antiguo como el hombre.