Parecen dos amigas que se conocen de toda la vida, hablando con confianza entre ellas; ahora paseando por La Habana Vieja, a propósito de una sesión de fotos que servirá para promocionar el concierto al que Olga ha invitado a Ivette Cepeda en dos ciudades del archipiélago natal de la cantante canaria. Uno de ellos en Las Palmas de Gran Canaria, en un concierto -"Concierto para la ciudad"- que Olga y Mestisay llevan ofreciendo desde hace cuatro años a sus conciudadanos, en donde invitan a artistas internacionales para afrontar juntos un repertorio con un contenido artístico específico y singular. La segunda de las presentaciones se producirá en el Teatro Leal de La Laguna, donde Mestisay presenta cada año un espectáculo que replica al de Las Palmas.

En esta ocasión, la afortunada excusa será la celebración de los 500 años de la fundación de La Habana, la ciudad donde vive y trabaje Ivette y donde Olga tiene numerosos amigos tras haberla visitado en casi una decena de ocasiones a lo largo de su carrera.

Se han juntado un caluroso domingo habanero aprovechando la estancia de Olga en la capital de la Gran Antilla para recoger el premio internacional con el que la obsequió la organización de la feria Cubadisco. Fue por su más reciente producción discográfica, Vereda tropical, y ese fue el primer contacto que mantuvieron ambas artistas, ya que Ivette fue invitada -con el concurso de la disquera cubana Egrem, coproductora del disco- a grabar una canción de Lecuona a dúo con Olga en el fonograma premiado.

"Yo tenía algunas referencias de Olga, pero aquel encuentro en el estudio 18 de Egrem, fue emocionante porque nos vimos cantando juntas desde el primer instante como si lo hubiésemos hecho desde niñas", confiesa la cubana, que se ha convertido en una fan de su amiga isleña y de su repertorio. Olga comenta que la descubrió cuando la canaria estaba actuando durante unas semanas en Miami: "Descansaba en el hotel con la tele encendida y y vi que la entrevistaba el escritor Jaime Baily, que semanas antes me había entrevistado a mí. Me puse a averiguar en un canal de videos musicales sobre ella y me encantó su textura de voz, así que cuando nos planteamos grabar en La Habana con algunas colaboraciones, no dudé que una de ellas tenía que ser Ivette".

La cooperación entre artistas nos es algo que se suela dar de forma natural; la historia de la música se precia de infumables colaboraciones en grabaciones discográficas. "Claro, influye mucho la química personal y que ambas voces sean complementarias en sus timbres", argumenta Olga. Ivette piensa que, además, debe existir un fondo de armario más o menos común en cuanto a gustos musicales, porque, explica, "la forma de cantar de uno la conforman especialmente las raíces y los ejemplos musicales en los que nos miramos cuando nos estamos formando como intérpretes".

En este sentido ambas son reconocidas en sus países por una forma muy pasional de cantar: Yo no me doy cuenta, confiesa la cubana. "Yo pienso que es una cosa que nace de la gente. Para mí es algo que la gente me da a mí. No me doy cuenta porque ni siquiera en mi vida personal creo ser una gente con esas características". Olga, sin embargo, se reconoce pasional en todos los ámbitos de su vida:, "Yo canto como siento, como vivo. Reconozco que soy una persona temperamental, que me gusta comprometerme con la vida, que estoy atenta siempre a los míos, que amo con la misma intensidad que canto. De igual manera me entrego al público, con mi verdad por delante, no puedo fingir".

Camino de una terraza, pasamos por delante de un lugar emblemático de La Habana, La Bodeguita de en Medio; desde la calle se oyen las voces a coro de los turistas que inunda el local con sus mojitos en la mano y con ánimo desigual a la hora de mover las caderas al son de la música.

De fondo suena Lágrimas negras, interpretado por el trío residente en el local. Casualmente, uno de los músicos de la formación, cantante y maraquero, es Gilberto Noriega, natural de Güira de Melena, cuna de músicos tradicionales. Gilberto es padre del popular Totó Noriega, percusionista afincado en Canarias y responsable de dirigir la banda de músicos que acompañará a las dos cantantes en sus dos actuaciones en el Archipiélago.

En los dos conciertos que ofrecerán en Canarias, Olga quiso elegir un repertorio ligado a La Habana. Manolo González le sugirió que abordara un repertorio con canciones, muy populares en Canarias, de la vieja y la Nueva Trova cubana. Canciones de Silvio, de Pablo, de sus amigos Pedro Luis Ferrer y Carlos Varela entre otros. Olga recuerda que conocieron a Varela durante su primer viaje a La Habana, cuando el cantautor cubano aún era desconocido para el gran público de su isla natal. "Fíjate que ahora se cumplen treinta años de su primer disco Jalisco Park, que es como el Mediterráneo de Serrat en Cuba porque retrata a todo una generación. Ese disco fue grabado en Canarias, gracias a que ayudamos a traer a Carlos", recuerda Olga con cierta nostalgia.

Ambas cantantes se caracterizan por no hacer concesiones vacías en sus repertorios. La cantante canaria se crió en la música tradicional, pero pronto se hizo con un cancionero propio, sustentado sobre todo en las populares canciones de su compañero Manolo González. "Yo lo tengo claro desde hace mucho" subraya Olga; "hay cosas que no haría por seguir cantando, aunque sienta que nací para ello. Canto canciones que creo que representan mi forma de cantar, que es mi forma de ser, y que representan en algo el lugar de donde vengo. Comprendo como espectáculo televisivo esos concursos de cantantes que arrasan en audiencias, pero me parecen un peligro para una carrera seria y son una máquina de destrozar cabezas de artistas jovencitos". Sin embargo, reconoce que olfatea y se sumerge en repertorios y estilos que le son afines, aunque ha tenido la suerte de tener a su lado a alguien que escribe canciones a su medida.

"A mi tampoco me interesan seguir las modas como un mantra; creo que en esto hay que ser coherente", apunta Ivette que, siendo fiel a sus gustos, tiene también los oídos abiertos a otros estilos. La ayuda su marido y director musical de su banda, José Luis Beltrán, que la acompañará a su periplo canario. "Trabajé en cruceros hace años; es una cosa increíble, porque cada semana se bajan dos mil personas y en esos meses conoces? ¡imagínate, cuántas personas! Reconoce que fue una etapa de su vida donde se trabajó muy duro pero que aprendió mucho de la experiencia: "A pesar de toda la información que uno puede adquirir hoy día, te das cuenta de que es insuficiente, te das cuenta de que, como artista, uno quiere pasarse la vida averiguando lo que hace otra gente, y que hay mucho arte en el mundo entero y la vida no te alcanza ni siquiera para enterarte".

Para la cantante cubana, muy querida y admirada en Cuba, esta pequeña gira que Canarias a la que le han invitado Olga Cerpa y Mestisay cuenta, además, con un añadido emocional muy importante: aquí viven dos de sus hermanas y a una de ellas hace más de diez años que no ha podido verla. "Imagínense la emoción que me embarga desde que me escribieron para ir? Poder ver a mis hermanas y, a la vez, cantar algunas de mis canciones y otras de un repertorio que siempre me ha acompañado ante un público que no me conoce en su mayoría. Y eso unido a hacerlo de la mano de Olga, tan respetada en Canarias!! Es un regalo del cielo".

Olga subraya la importancia que tiene este concierto en los últimos años de la biografía profesional de Mestisay, a propósito de las invitadas y las propuestas que han venido desarrollando en los últimos años en Tenerife en Junio, coordinado con el concierto en Las Palmas. "Queríamos tener una presencia anual en Tenerife, preferiblemente en el Leal si la producción lo permitía, pero que fuese singular en lo artístico; poder producir algo invitando a alguien de fuera que estuviese dispuesto a jugar con la propuesta que hacíamos, que debía ser exclusiva para esa noche".

Y así ha sido a propósito del cartel de cada convocatoria: el espectáculo Mujeres con cajones con la cubana Albita Rodríguez y la peruana Eva Ayllón; "Vereda tropical", que estrenaron en directo antes de llevarla a disco, con la Banda Sinfónica Municipal y la trompetista Maité Hontelé; los inolvidables conciertos con Omara Portuondo o el mix de músicos africanos y uruguayos con el que encendieron las Canteras y la plaza del Cristo el año pasado.

El fotógrafo que sigue a las dos intérpretes por las esquinas de la vieja Habana dispara intermitentemente mientras estas siguen hablando de profesión, familia y amigos comunes.

Olga regresó al otro lado del Atlántico la misma noche del día en el que grabamos esta entrevista; la esperan otros compromisos profesionales y preparar los conciertos de Junio. Ivette marcha a provincias, a cumplir con conciertos programados, pero ya en su cabeza anda haciendo las maletas de unas islas que siente como suyas.

Será un concierto de trova, con entrada gratuita; mañana, sábado, 22 de junio, en el recinto escénico del teatro Leal, en el casco histórico de una ciudad que tanto tiene que ver con La Habana en sus vínculos coloniales. Organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento lagunero. Allí nos vemos.