La escritora tinerfeña Dulce Xerach presentó ayer, en la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife, donde estuvo acompañada por el también escritor Mariano Gambín, la tercera entrega de las investigaciones de la inspectora María Anchieta, Secuestro en Hong Kong, que no será la última de esta colección que aglutina la novela negra y la de viajes, y que presenta personajes femeninos fuertes y dueños de sus vidas.

Tenía previsto una trilogía. ¿Hasta cuándo podremos disfrutar de María Anchieta?

Efectivamente pensaba que esta iba a ser la novela que cerrara el ciclo, pero al final me he enganchado tanto a los personajes que no los quiero dejar. La verdad es que estoy escribiendo una cuarta entrega, que estará centrada en Canarias, en particular en Fuerteventura, lo que la diferenciará de las anteriores, que eran destinos internacionales.

¿Cuando duerme sueña con los problemas a los que se tiene que enfrentar su protagonista?

Cuando duermo no, pero sí pienso en ellos muchas veces a lo largo del día, en cualquier momento. A veces voy por la calle y si pasa algo que me llama la atención, me pongo a pensar qué haría ella para resolverlo. Esto también me sucede con el resto de personajes, sobre todo los femeninos, como la jefa, Marina Tabares, o la amiga, Salma Kubichet.

¿En qué medida le han servido sus viajes y sus estudios sobre proyectos arquitectónicos a lo largo del mundo para construir sus historias?

En el fondo me gusta mucho escribir sobre Asia, cada vez que viajo allí me quedo fascinada por la velocidad a la que van y la vitalidad que tienen lugares como Singapur, Taiwán, Hong Kong, China. Este último libro, que también se ambienta en Oriente, se nutre de esas realidades. No se puede decir que invente demasiado, ni en arquitectura ni en las novelas, porque escribo a partir de esa realidad. La única diferencia es mi punto de vista, que es diferente al que podrían tener arquitectos con más formación. Yo no soy arquitecta, sino doctora en Arquitectura, a lo que sumo mis conocimientos de Derecho y mi visión del urbanismo de las ciudades. Haber estado en política también influye, porque voy pensando qué se podría hacer en los sitios que observo. En este caso, al llegar a Asia la mía es una mirada extranjera de alguien que llega de fuera y se encuentra situaciones sociales, políticas, económicas o culturales diferentes. En las novelas me pasa algo parecido, voy detallando esos edificios en los que he estado, esos hoteles que he conocido, esos lugares y ciudades que he visitado, y lo demás es inventar un poquito.

¿Qué es más difícil construir, un pabellón multiusos o una novela?

(Ríe) Un pabellón es muchísimo más difícil, porque hay que preverlo todo desde el principio.

¿Y entonces cómo es el proceso de construcción de sus novelas?

Mi editor, que trabajó con Gabriel García Márquez hace años en una editorial pequeña, La Oveja Negra, que publicó Crónica de una muerte anunciada, me contó la técnica que utilizaba el colombiano para empezar sus obras: primero creaba el guion como si fuera una película, y cuando lo tienes claro, uno por capítulo, te documentas y pasas a ampliar y enriquecer la historia. Así la llevas pensada desde el principio y evitas que derive hacia sitios inesperados.

¿Se ha planteado escribir algún guion de cine?

No. Dicen que mis novelas son muy visuales, que podrían ser fácilmente adaptadas al cine, pero no tengo tiempo. La literatura es un hobby fuera de mi labor como abogada y profesora universitaria. En los momentos libres que tengo, en vez de hacer deporte, escribo.

Habló con policías en la fase de documentación. ¿Cómo fue esa experiencia?

La verdad es que gracias a las novelas tengo ahora algunos amigos policías nacionales. Desde el principio me ayudaron a resolver dudas o me decían si la forma en que iba montando los casos era acertada. Además te dan otra perspectiva de los delitos, de lo que pasa en la calle, porque uno solo conoce lo que lee en los periódicos o ve en la tele. Hablamos mucho de qué pasó después, de los casos sin resolver o de cómo continúan investigando sin que nadie lo sepa. Es muy interesante conocerlos de cerca. Me ha pasado igual que a Lorenzo Silva con sus personajes Bevilacqua y Chamorro, con los que se ha hecho amigo de guardias civiles. Lo que intenta la novela negra de todo el mundo es tener credibilidad, ser realista, y yo quiero que cuando la lea un policía le resulte creíble.

¿Y les ha dado a leer sus libros a policías?

Sí, y me han alabado la credibilidad que consigo. Uno incluso llegó a afirmar que sabía quién era la jefa en la realidad, pero la imaginación de la gente adapta las cosas a su punto de vista, por lo que la novela no es lo que tú escribes, sino lo que el otro lee.

¿Qué libros le gusta leer?

Soy lectora compulsiva, y leo mucho ensayo, pero por la noche, para dormir y desconectar del mundo real y sus problemas, me encanta leer novela negra, de misterio, y, mientras disfruto, aprendo.

¿Cómo ve la literatura con la influencia de las redes sociales y la transformación digital?

Tiene futuro, y mucho, pero en digital, no en papel. Internet ha posibilitado que mucha gente que no leía ahora lo haga, al menos en pantalla, con historias cortas, pero que al final son cuentos cortos. El mundo se globaliza y el papel desaparecerá. Solo quedará para libros de estilo y con finalidad más visual que lectora. No puedes pretender que en un mundo de siete mil millones de personas se sigan fabricando con papel. Soy consciente de que su impacto es más difícil de medir, al igual que es complicado controlar la propiedad intelectual, pero el que no lo asuma peor para él. La primera que se está transformando es la industria editorial, y lo sabe.

¿No se plantea algún proyecto literario diferente?

De momento no, tampoco me atrevo. Fuera de la novela negra, escribo ensayos destinados a la universidad, sobre turismo cultural, pero ahí no tienes que inventar.

La Feria del Libro, hoy

El Espacio Agustín Espinosa acoge, a las 17.00 horas, la presentación de SBO Servicio Bibliográfico de la ONCE. Una hora más tarde, se presentarán los cinco libros de la Colección Índice. Tenerife Educa. Tenerife 2030 con Jorge González Arrocha, Antonia Molinero; los editores Ángeles Alonso, Francisco Pomares y Elsa López y los autores Víctor Marrero, Naira Marco, Ezequiel Herrera Gil, Daniel Bernal Suárez y Tomas Redondo Velo. A las 19;00 horas se presenta Nuestros 80's. Cuando las bandas urbanas morábamos las calles de Santa Cruz. A las 20:00, Jorge Fonte presenta Una isla a la deriva.

El Espacio Olga Rivero Jordán albergará la presentación del Premio Espasa de Poesía 2019: Huir de mí, de David Galán Redry, a las 18.00. Este maestro de Educación Infantil comenzó su andadura en la literatura dejando pósits con frases en el respaldo de su asiento del autobús.

En el Espacio Olga Rivero Jordán, a las 19.00 horas Antonio López Ortega, Ernesto Suárez y Rosa María Ramos presentan Rasgos comunes: Antología de poesía venezolana del siglo XX.

En el Espacio Alisio a lo largo de la jornada se presentarán Alma, de María Pérez; Premonición, de Mariano Gambín, y las novedades editoriales de Escritura entre las Nubes.