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ANDRÉS CALAMARO COMPOSITOR, CANTAUTOR, MÚSICO Y PRODUCTOR

"Lamento estar perdiendo la percha que tenía hace 20 años"

Anoche volvió a Tenerife para ofrecer un concierto dentro de la agenda del Festival Mar Abierto 2019, un espectáculo que destiló la esencia de un personaje que lleva más de cuatro décadas coqueteando con la música. "El paso del tiempo no conforma a nadie pero es inevitable", confiesa el argentino Andrés Calamaro (1961) en una entrevista en la que incide en el hecho de que "ser un músico amateur es muy buen plan". Compositor, cantautor, músico y productor, el bonarense concentra en una frase su existencia artística: "Lo que hacemos es como pintar un cuadro y quemarlo después, la mayor parte del tiempo".

¿Cuáles son las sensaciones de un músico que lleva en este negocio desde hace más de 40 años?

Creo que las giras parecen más largas. Las sensaciones que importan son las del escenario. Mi sensación verídica es un cierto deseo de empezar con la música desde cero, no sé cómo explicarlo. Me gustaría estar envuelto en música próxima; un tiempo sin tiempo.

¿Qué le ha dado la música a su vida?

Literalmente vivo de la música. Además, tengo mucha afición, me gusta más la música que mi música, como es natural y, sobre todo, la de personas honradas.

¿Y qué le ha quitado?

No sé cómo contestar, pero no quiero ser demasiado literal respondiendo. La música no nos quita nada, nos quitan por todos lados pero la música siempre ofrece algo. El destino del canto es más complejo. Peores cornadas da el hambre.

¿Volvería a repetir los pasos, desde esos primeros años acompañado por un bandoneón y una guitarra?

Intentaría mejorar en todo, paso a paso. Respeto algunos destellos, o triunfos merecidos en directo y en grabaciones, pero me ofrecería a hacerlo de nuevo y mejor.

¿Alguna vez estuvo cerca de irse para siempre?

Creo que todos estamos cerca de irnos para siempre. No sabría ni de dónde irme. Para algunas familias irse es un mandato ancestral; nos estamos yendo desde hace siglos.

¿Le asusta la retirada?

No tanto. Me gusta la vida sin trabajar. Retirarse de la música es un cambio de registro, enfocarse en otras cosas y en la música. Ser músico amateur es muy buen plan.

¿Y el paso del tiempo?

Mi madre cumplió 98 años en abril. El paso del tiempo no conforma a nadie pero es inevitable. Lamento estar perdiendo la percha que tenía hace veinte años.

¿Alguna vez imaginó el rock argentino sin Calamaro?

Si, claro? Es el rock que escuchaba con quince años. Conocí el rock argentino sin Calamaro y era muy bueno. Lo sigue siendo, a pesar mío.

Si fue así, ¿cómo sería ese rock?

Hay escuelas y hay maestros en Argentina. Se puede construir el rock sin mi intervención, lógicamente. Hay suficiente historia, suficiente discografía, y suficiente afición como para existir sin mi modesta interferencia.

¿Tiene alguna "deuda artística" por saldar?

Me gustaría seguir inventando y grabando música, ensayar sin salir de gira, brindarme a la música sin un objetivo. Me entusiasma intentarlo.

Compositor, cantante, productor? ¿Dónde disfruta más?

Creo que lo que más me gusta es ensayar; creo que me gustaría grabar discos y no publicarlos. Lo intenté varias veces y se disfruta.

Usted ha probado las dos variantes de la música: como solista y en grupo. ¿Cuál disfrutó más?

Son distintas épocas, me gustó mucho tocar en grupos. Creo que siempre fue mi idea original, por así decirlo. De solista es una gran responsabilidad. No se trata solamente de disfrutarlo.

¿Alguna vez pensó eso de "mejor solo que mal acompañado"?

Personalmente sí, como todo el mundo. En la música no, nunca lo pensé. Conocí gente extraordinaria. Aprendí tarde a estar solo, pero el trayecto no estuvo mal, tampoco me quejo.

¿Siempre compuso lo que le apeteció o en algún momento lo comercial maniató su creatividad?

No soy un verdadero compositor, el rock refluye y mis acordes sencillos sirvieron para grabar canciones. Lo que hacemos es como pintar un cuadro y quemarlo después, la mayor parte del tiempo.

¿Cuántas veces se ha reinventado?

Es diferente grabar un disco que ensayar con un grupo. Grabar es elegir entre cincuenta discos posibles, es otro terreno para inventar y otra forma de tomar desiciones. En el ensayo somos la continuación de lo que éramos en el ensayo anterior, así hayan pasado años.

¿Tiene la sensación de que hay Calamaro para rato?

Necesito mucho de mí para llegar al final de esta gira. No sé los demás, pero mi sensación es que quedan muchas cosas por hacer. Incluso las pequeñas cosas pueden ser grandes.

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