Corín Tellado, escritora infatigable, supo retratar como nadie a lo largo de miles de novelas las venturas y desventuras del noviazgo y del matrimonio en la España de la segunda mitad del siglo XX. Y los lectores la siguieron masivamente como lo demuestran los cuatrocientos millones de ejemplares vendidos en España y en Hispanoamérica. Este mes de abril, dos fechas significativas nos traen a la memoria su figura: el 11 de abril, el décimo aniversario de su fallecimiento y el 25 de abril, el 93 aniversario de su nacimiento (en 1926, en Viavélez, Asturias).

La misma Corín Tellado nos cuenta su nacimiento como novelista en el otoño de 1945. Su padre, Guillermo Tellado, primer maquinista de la Marina mercante, sufría una grave enfermedad pulmonar diagnosticada tardíamente, que después fue imposible curar con los medios de la época. El enfermo no era asistido en el hospital, sino en su casa de Cádiz, bajo los cuidados de su esposa, Manuela López. Una noche, la joven Corín vino en ayuda de su madre porque tenía una idea en mente y pretendía pasarla al papel en las horas silenciosas de la noche. En una salita anexa al dormitorio, sentada en una silla baja, con un cuaderno del colegio sobre las rodillas, mientras velaba a su padre iba plasmando con tinta roja una historia de marinos. Al ver que de su pluma salía la estructura de una novela se puso de rodillas y con un gesto quizá un poco teatral dijo: "Gracias, Dios mío. Ya sé que puedo ser escritora". Fue así, de manera sencilla y familiar, como nace la creadora y narradora de historias, hasta convertirse en una trabajadora que se introduciría en el ambiente masculino, como era el mundo de los libros, en una época en la que la sociedad patriarcal recomendaba a la mujer la custodia del fuego del hogar.

Todas las historias salían de su imaginación, nutrida por sus lecturas y lo que veía a su alrededor. Y en aquella España de la posguerra se veía mucho dolor, jóvenes embarazadas abandonadas por sus novios, padres egoístas que destruían la felicidad de sus hijos, envidia y traiciones, orgullo y celos, mentiras y calumnias. Todo este sufrimiento, la autora lo convertía en material novelable que los lectores comprendían muy bien por haberlo visto de cerca.

Ante el dolor que hace sufrir a los personajes de sus novelas, Corín Tellado no propone como solución la venganza ni la huida, sino el sentimiento amoroso que puede, según la novelista, transformar el mundo. Por eso las novelas de Corín Tellado sirvieron de "código amoroso" para los lectores de aquella época. La novelista expone la teoría de que el amor lo puede todo, incluso transformar a las personas; dando una imagen tan optimista del mundo y de la sociedad que los lectores están dispuestos a aceptarla totalmente y es posible que este raudal de energía positiva que reciben los ayude a soportar la cruda realidad y quizá, en algunos casos, a transformarla. Aunque el protagonista parezca al principio "rudo y maleducado, grosero y basto", el amor lo transformará en "delicado, exquisito, suave y persuasivo" (No te engañes a ti misma, 1968). Es la misma teoría que el autor de cuentos francés Charles Perrault expone en su cuento Riquete el del copete (Riquet à la houppe) como indica en su moraleja. "Claramente se ve en este cuento -que más que cuento parece historia verdadera- que el amor lo embellece todo. Y aquello que no pudieron todos los encantamientos de la naturaleza lo logrará siempre el invisible atractivo del amor".

Corín Tellado sabe que no hay nada sencillo en la vida y presenta la idea de que el amor es tan poderoso que aniquila la voluntad del varón, pierde su energía, se hace débil, por lo que teme enamorarse, y aparecen las palabras "claudicación", "flaqueza", "humillación", "derrota", y el protagonista rechaza el amor y el romanticismo temeroso de que menoscaben su fortaleza masculina. Por otra parte, las jóvenes también son recelosas y no confían en las promesas de los hombres. A pesar del rechazo, ambos tienen que llegar al matrimonio, protegido con amplias medidas desde el Gobierno para aumentar la natalidad y proporcionar estabilidad personal al hombre trabajador. Por todo esto, Corín Tellado va a ofrecer en sus novelas una Educación Sentimental a la española, dando a conocer a sus lectoras lo que el hombre español quiere encontrar en su esposa.

Las jóvenes protagonistas recibirán consejos de las personas mayores: "Estás dando muestras de ser una mujer que no conoce con exactitud todos los deberes de esposa", dice a la protagonista su madre en Mi felicidad eres tú, de 1966. Si la joven es huérfana será, por ejemplo, el párroco quien le aconseje oración y paciencia y le dirá: "Cuando una mujer se casa tiene deberes que cumplir", como en Su pecado, de 1954.

Lo único que compensaría a la mujer de esa sumisión que le requiere el matrimonio es la posibilidad de vivir una gran pasión, por eso una protagonista dice: "No quiero riquezas, pero sí un amor infinito y vigoroso que lo aplaque todo. Quiero pasión, una pasión que me diga claramente por qué una mujer debe perder la libertad para someterse a un hombre" (Ella entre los dos, 1958). Porque la protagonista sabe que cuando llegue el matrimonio tiene que abandonar sus ocupaciones de soltera para dedicarse en exclusiva a su hogar, marido e hijos. La mayoría de las jóvenes no se habían preparado para desempeñar ninguna actividad específica, cuidaban niños o eran dependientas. Aquellas que realizaban alguna actividad profesional, como peluquera o telefonista, también la abandonaban, así como las que seguían estudiando o ya habían terminado con gran ilusión alguna carrera de grado medio y eran maestras o enfermeras.

Pero la novelista va más allá, y haciendo uso de su imaginación presenta a algunas protagonistas poseedoras de grandes carreras: ingeniera, heredera de astilleros navales, médica, directora de clínica, abogada, arquitecta? Todas se rinden ante el matrimonio, abandonan sus puestos de responsabilidad y dejan que sea el marido quien se haga cargo de la economía del hogar y tome las decisiones profesionales.

Estas profesiones no estaban aún generalizadas entre las mujeres, no solo en España, sino en los demás países occidentales. En los Cuadernos para Filosofía y Ética, el estudio titulado Roles masculino y femenino (1992), escrito por Agurtzane-Torrealday, contiene una estadística de 1969 que muestra el porcentaje de mujeres ingenieras: en Estados Unidos, 0,07% y en Gran Bretaña, 0,06%. En cuanto a las mujeres abogadas en ejercicio, en Estados Unidos, un 3% y en Gran Bretaña, un 4%. Esta misma encuesta cita para España un porcentaje de analfabetismo del 18% para las mujeres y el 7% para los hombres. Por todo ello, vemos que estos grandes títulos académicos son fruto de la imaginación de la novelista, pero ayudaron a sus lectoras a soñar con el progreso y con la emancipación cultural de la mujer; quizá sus hijas y, sobre todo, sus nietas ya han alcanzado el nivel intelectual de aquellas protagonistas que Corín Tellado había imaginado para el tercer cuarto del siglo XX.

A partir de 1976, con el cambio político en España, aparecen nuevos conceptos en las relaciones sociales y de pareja; se introducen cambios en las costumbres, en la manera de pensar y de actuar, y las novelas de Corín Tellado también muestran esa evolución como reflejo de la vida en la sociedad española.

La autora reacciona contra la férrea moral de la época anterior que exigía a la joven llegar al matrimonio sin experiencia alguna ni conocimiento sobre el sexo, lo que había originado tantas experiencias negativas a las jóvenes esposas, por lo que en sus novelas, Corín Tellado comienza a introducir las relaciones prematrimoniales (Hago lo que quiero, 1978).

A la novelista le gusta situar la acción de sus novelas en el extranjero, esto les da un tinte cosmopolita y ayuda a los lectores a soñar con países lejanos, pero lo que ella describe son siempre las costumbres y la mentalidad del pueblo español. Por más que la acción se desarrolle en Boston (Hay algo más que deseo, 1979), el protagonista cena como un español, jamón y un chorizo frito con aceite, con pan y vino, y piensa como un español, que no formará una familia hasta que no gane más que su novia.

A principios de 1977 desaparece la prohibición gubernamental de introducir connotaciones políticas en sus novelas, y en el mes de abril ya estaba en las ondas el serial radiofónico Lorena, escrito con el fondo de la transición política en España. Aunque, en este caso, fue la censura editorial quien la despojó de las alusiones a los cambios políticos que acababan de producirse en el país, con gran desilusión por parte de la autora.

Otro cambio de legislación se produjo el 19 de febrero de 1978, al desaparecer del Código Civil español el delito de adulterio de la mujer casada. Dos meses después, en el mes de abril, ya aparece este tema en una novela de Corín Tellado (Cuéntame qué pasa, 1978). Tres años después, el caso del juez que creó jurisprudencia al reconocer un delito de violación dentro del matrimonio aparece inmediatamente en la novela Nos separan los celos (1981), en la que la protagonista expone este problema ante un abogado para que se haga cargo de su caso y obtiene la anulación del matrimonio, ya que aún no se podía conseguir el divorcio, puesto que la ley no llega hasta el año siguiente, en 1982. A partir de esta fecha, con la aprobación en España de la ley del Divorcio, tanto el hombre como la mujer tienen otra oportunidad para ser felices, y la autora ya no tiene que imaginar un accidente mortal que haga desaparecer al cónyuge que hacía desgraciada a su pareja y que impedía que pudiera encontrar la felicidad.

Si en la primera época Corín Tellado había insistido en el poder transformador del amor, en los últimos años del siglo XX y hasta su fallecimiento, la autora va a contar con detalle en sus novelas la evolución intelectual y profesional de la mujer en la sociedad española. La mujer, después de casada, continuará ejerciendo la profesión para la que se había preparado, lo que le permite compartir en el hogar el poder y la autoridad con su marido. Estas protagonistas ya no son las jóvenes que soñaban, como en épocas anteriores, con acceder por su profesión y su trabajo a un mundo de hombres del que tendrían que salir al casarse, sino que en las últimas décadas las protagonistas viven en un mundo que pertenece por derecho propio tanto a los hombres como a las mujeres.

La biógrafa experta

María Teresa González, catedrática de Francés jubilada y doctora en Estudios de la Mujer, es una de las principales expertas en la obra de la escritora Corín Tellado, de cuyo nacimiento se cumplieron 93 años el pasado día 25.

Corín falleció hace justo una década y fue, después de Cervantes, la autora más leída en español. En este artículo, su biógrafa detalla cómo evolucionó en sus obras su concepción del amor.