Acaba de ganar el Primer Premio (ex aequo) en el 47 Concurso Internacional de Guitarra Fernando Sor, que se celebró en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid hace dos semanas. Fue una "grata sorpresa" para el tinerfeño Luis Alejandro García, ya que se trata de un certamen con una larga trayectoria que reconoce su esfuerzo y el trabajo que lleva realizando desde que con 4 años cogió entre sus manos un timple que le regaló su padre.

Criado en un entorno donde la música popular apareció como un juego, fue a los 15 años, con su primera guitarra de estudio, cuando tuvo claro que quería dar un giro profesional. Ahí llegaron sus primeras masterclass y su posterior entrada al Conservatorio Superior de Música de Canarias. Talentos con proyección internacional como David Martínez y Rubén Abel Pazos lo motivaron lo suficiente para seguir subiendo peldaños.

Pero quizás por estar más cercano en el tiempo, considera que fue Alex Garrobé, "guitarrista magnífico, docente de una profundidad e inteligencia inmensa", quien lo ayudó a crecer durante el máster que cursó en 2017 en la Esmuc de Barcelona (con Matrícula de Honor). Este salto de calidad, en un año "duro yendo y viniendo a Barcelona" en el que completó Musicología (Premio Extraordinario de Fin de Carrera) en Tenerife, vino aparejado de un salto a nivel intelectual, en "cómo entender la música".

Para el Premio Fernando Sor, concurso abierto al que se accede por currículo, este titulado en Guitarra por el CSMC, también con Matrícula de Honor, se tuvo que preparar un repertorio "bastante comprometido, amplio y específico" sobre este compositor catalán nacido en 1778. Además, a lo largo de las tres fases eliminatorias, desplegó su buen hacer con propuestas como Fantasía Sevillana de Joaquín Turina, Variaciones sobre un tema de Scriabin de Alexandre Tansman; Sonata romántica de Manuel Ponce y Cataluña de Isaac Albéniz.

"Dedico de tres a cinco horas a practicar como máximo, depende del compromiso y del repertorio. No es sano estar todo el día. Otra cosa es estudiar: escuchar a Zimmermann o a Pires también es estudiar", relata sobre un proceso de integración que se enriquece con todo tipo de música y que le permite asimilar coloraturas y posibilidades que traslada con posterioridad a la guitarra.

Respecto a su evolución y planes futuros, se siente como si hubiera dejado atrás "los raíles" que le conducían durante la enseñanza: "Afronto mis siguientes pasos con ganas de crecer, más que en la interpretación, en todo en general". Integrado en el Canary Guitar Quartet, con el que ha sido premiado internacionalmente y ha publicado su primer trabajo discográfico, 21, apunta numerosos compromisos individuales, entre ellos cuatro giras propiciadas por su primer premio en el Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España, que incluye su debut en el Palau de la Música Catalana, dentro del ciclo El Primer Palau, en octubre. Asimismo, no descarta tener que vivir fuera de Canarias porque el mercado es limitado, "y más en guitarra clasica".

El joven lagunero también abarca la impartición de masterclass, en las que transmite a sus alumnos su experiencia a la vez que les inculca las ganas y su pasión por la música: "Es atrayente estar en el otro lado; mi vocación es la interpretación pero no me disgusta la enseñanza", confiesa.

El lagunero afronta cuatro giras propiciadas por otro primer premio