Carnaval 2024 | Concurso de comparsas

La comparsa Los Joroperos revalida el primer premio de Interpretación

El segundo fue para Cariocas, seguidos de Tropicana -al igual que el fallo de 2023-, y el accésit, para Rumberos.

Bahía Bahitiare, de Zara Díaz Mendoza, gana el primero de Presentación diez años después

Pablo Gutiérrez

Los Joroperos se alzaron por segundo año consecutivo con el primer premio de Interpretación y también segundo de Presentación, en un concurso donde marcaron la diferencia, tras un mano a mano con Cariocas, que se hizo con el segundo de Interpretación.

Al igual que ocurrió el año pasado, Tropicana logró el tercer premio de Interpretación, mientras que Rumberos cosechó el accésit en este apartado.

En Presentación, Bahía Bahitiare se alzó con el máximo galardón por primera vez después de diez años; el segundo fue para Joroperos, seguida de Tropicana, que logra doblete, al igual que Rumberos, accésit también en Presentación.

Premios Interpretación

1. Joroperos

2. Cariocas

3. Tropicana

Acc. Rumberos

Premios Presentación

1. Bahía Bahitiare

2. Joroperos

3. Tropicana

Acc. Rumberos

Premio El Chamo, de Río Orinoco

Juan Febles

Apertura y cierre trepitante del concurso de comparsas. Con unos Cariocas sensacionales, con efectos y cambios sensacionales, y con Rumberos que dejaron buen sabor de boca en el inicio del certamen para cerrar Joroperos, el otro gran soportal del certamen.

A las ocho de la tarde de este sábado 3 de febrero Helena Sampedro y Wendy Fuentes daban la bienvenida al escaso público que se dio cita al inicio del concurso de comparsas en el recinto ferial, máxime porque llama la atención que se colgara el cartel de entradas agotadas solo tres horas después de ponerse a la venta y no registrar ni media entrada de lleno al inicio de la velada.

Los primeros en subirse, fuera de concurso, la comparsa de cuerpo de baile Tropicana infantil, que celebra esta edición 28 años haciendo Carnaval y que dedicaron su actuación a la recordad Geni Afonso, la recordada coreógrafa y directora artística de Carnaval; la eterna sonrisa del Carnaval.

Presididos por Natalia González, lucieron una fantasía de su diseñador de cabecera, Jorge González Santana, y mostraron el trabajo desarrollo por su coreográfa Tanial del Castillo, que se estrena esta edición, y en percusión por Daniel Darias, que ya está al frente de la baturada desde el año pasado.

Y de Candelaria, con los niños de Tropicana, a La Laguna, con Joroperos, formación de cuerpo de baile que se retomó el año pasado con motivo de las bodas de oro de la comparsa lagunera y que ya habían salido al Carnaval en la década de los ochenta.

Bajo la dirección de Fernando Hernández, los niños de Joroperos están dirigidos por Yurena Mora y pusieron en escena una coreografía de Fran Morales, con Faly Alonso como director de la percusión y diseño de Borja Abreu. Aunque fuera de concurso, como ocurre con Tropicana infantil, la otra comparsa de la cantera, los niños de Joroperos sorprendieron con su exquisita selección musical y su decidida apuesta coreográfica. Viene fuerte la cantera.

Nada más comenzar, buen sabor de boca de la mano de las comparsas infantiles, que prometen futuro, aunque las exhibiciones lucirían incluso más con la mitad de tiempo, máxime cuando quedaban por delante cuatro o cinco horas de un concursos que se preveía intenso.

Con las presentadoras 'a gasoil', presentaron a los miembros del jurado, entre los que predominan expertos de canto lírico frente a los coreográficos, y precisamente los que tienen que puntuar el baile tienen dominio en clásico...

1.- Rumberos (1965)

Dirigidos por Juanjo y Rogi Monzón, los ganadores del primer premio de Presentación la pasada edición abrieron a las nueve menos cuarto de la noche el tiempo de concurso con una fantasía de Santi Castro, el mismo diseñador que en 2023 los llevó a lo más alto del pódium por su disfraz.

La comparsa madre estrenó a Kirenia Cantín como coreógrafa y a Juanjo Monzón compartió los arreglos con Kiko Marrero, también codirector musical. En el coro destacó la voz de Juliet, de La Papina de Cuba, que traía al recuerdo a la mismísima Celia Cruz; lo peor, la saturación del sonido dificultaba disfrutar de la actuación. En la actuación, mejor la segunda parte de su actuación que los primeros pases; igual que mucho más atractivo el traje granate, segundo cambio que mostró Rumberos en el escenario. Y los flecos que colgaban de sus antebrazos siempre dan realce y en este particular aportan elegancia. Un acierto.

La incorporación de Kirenia Cantín ha permitido una actuación mucho mejor que el año pasado y un baile compacto, con mejor ejecución en su segunda parte.

En su despedida, más nostalgia. “Otra vez, atrévete, Santa Cruz de Tenerife tiene magia”, y Rumberos también. Las transiciones tiemblan por momentos, con el sonido como peor enemigo por la saturación.

Rumberos han sido enérgicos, intensos, de principio a fin. Hasta en las voces de la parranda.

2.- Cariocas (1969).

Sin término medio, las presentadoras pasaron de la intesidad 'a gasoil' para acabar gritando, contagiadas tal vez por el ritmo y el color de las comparsas. Ganadores del segundo premio de Interpretación y siempre en el mano a mano con Joroperos, los eternos rivales. Con Cariocas también llegó el público que ya llenaba el recinto ferial, salvo la grada de autoridades, con clareas.

Impresionante arranque con un sensacional vestuario que cobra realce con la escenariografía que por momento simulaba las olas del mar, obra e ingenio de Ezequiel Dibelo. Y llegaron los efectos del baile, con unos bastones que sustentaban en el aire y que se transformaron en abanicos de telas dando mayor realce, acorde con la parranda que dirige Chano Mujica.

Los de José Manuel González sorprendieron con el vestuario y la actuación, a la par de limpios, y hasta sorprendieron con alguna acrobacia en el cuadro final de algunas de las canciones; y hasta fueron antesala del tema que interpreta Naiara en la gala Operación Triunfo de este lunes.

Y más efectos, cuando integran la luz negra y resalta más si cabe la fantasía naranja, en una arriesgada transición que muliplica y gana enteros. Y cartones. Eran los segundos de la noche y... Cariocas enamoran y sorprenden con una actuación del baile que desborda escenario, con formas y movimientos milimétricos. Treinta segundos restaron para agotar los 15 minutos de actuación sobre escenario y Cariocas se bajaba del escenario con la percepción de haberse garantizado un cartón.

En su inicio, Cariocas evidencia coordinación, con movimiento marcado; transiciones que integran elementos dentro de la actuación, como los abanicos, que añaden un extra de dificultad, con una selección musical más actual, que rema a su favor. El vestuario y el juego con la técnica, la gran sorpresa.

3.- Bahía Bahitiare (2002)

Tomar el testigo a Cariocas siempre va en demérito de quien afronte ese reto. Y el sorteo que depara el orden de actuación de esta edición dejó esa misión a Bahía Bahitiare, de Zara Díaz Mendoza, que en el Carnaval de julio ya cosechó un accesit en Interpretación, siempre en la búsqueda de la mejoría musical.

Partieron el concurso en su empeño de agotar los los diez minutos que tiene cada grupo para preparar su actuación, tiempo en concurso, con un tiempo máximo de quince minuto. Con José Ruymán Pereira estrenándose en la dirección del coro, que interpretó en su presentación la canción de Aladin, bailaron la coreografía montada por Carlos Javier Domínguez; y en la percusión, Roy Giménez.

El diseño lleva el sello de la alma mater de Bahía Bahitiare, Zara Díaz Mendoza, que inventó una fantasía morada y dorada, hasta que evolucionó a azul celeste.

En su puesta en escena se echaron de detalles más cuidados en las transiciones de entradas y salidas del escenario para dejar en el olvido la descoordinación y la falta de precisión por momentos. Entre los mejores momentos, las recreaciones de figuras circulares con cierres en espiral, lo que permite dar mayor realce en esos momentos.

4.- Danzarines Canarios (1971)

Empezaron con una versión rock de Shakira, que estuvo presente también en los movimientos de los bailarines inspirados en el propio videoclip.

La puesta en escena deja entrever por momentos descoordinaciones y distribución del espacio sucia en posiciones,

En la segunda parte de su actuación, “Arriba con la samba”, con unas fantasías plateadas que dieron paso a un nueco cambio de vestuario, donde predomina el blanco y negro y tocado rosado. Cambio de vestuario para entrar en parejas entre las que no se aprecia mucha sincronía.

Las dos primeras actuaciones -Rumberos y Cariocas- se sucedieron con agilidad, no así con Bahía Bahitiare y la propia Danzarines, lo que pasó factura al concurso al ralentizar la sucesión de las comparsas. Y ya en la recta final de la actuación de Danzarines, clásicos como 'Me sube la bilirrubina', de Juan Luis Guerra, o 'La mano arriba', en un viaje retrospectivo a 2008 en el que intentan contagiar fuerza en los últimos minutos de la actuación... pero no llega. Acoples de sonido deslucen a una parranda que hizo gala de afinación.

5.- Abenaura (2021)

En busca de la ansiada evolución como premisa de Domingo González, apuestan por el afro y lo tribal, donde se echa de menos más ganas y hasta fuerza en la defensa del repertorio, en particular más coordinación para garantizar el número grupal.

Cambios de posiciones carente de orden y sentido aparente dificultan esas figuras que solo se adivinan, pero no se aprecian, siempre en el intento de innovar y contagiar el recuerdo realizado para salir. Lo cual merece todo el reconocimiento y admiración.

6.- Tropicana (1994)

Desde la actuación de Cariocas el concurso había entrado en un letargo; se confiaba en la comparsa de Candelaria para remontar vuelo. Con las coreografías de Loren Díaz y con Juan Carlos Fariña en la dirección musical, presumen de renovación, con Juan López en la coordinación de un equipo que tiene la solera de cuarenta años haciendo Carnaval. Lucen la fantasía de Javier Aguilar,

Se plantan sobre el escenario con una formación numerosas con fantasía que combina malva y verde; se esperaba mucho de su segundo cambio y la espectativa superó la realidad, con una fantasía de baile con predominio de negro y negro, con tocados blancos.

Se esperaba más de Tropicana, que cuenta con una parroquia incondicional que no fue recoroso y no le tomó consideración cuando en la recta final, en busca del cuatro, cantan a tantas voces como componentes. Apuestan por versiones rockeras latinizadas y la afinación de la parranda quedó en busca y captura. Cánones que son lo que son y no mero fallos de coordinación.

Y es que los de Candelaria fueron más efectistas que efectivos con los juegos de luces iniciales mientras no se cuidaba la uniformidad de la distribución del espacio del escenario.

Al finalizar, Tropicana puede presumir de, pese a los altibajos que presidieron la actuación, entusiasmar al público; parecía que había más entrega y entusiasmo entre el público que sobre el escenario, transmitiendo el ansiado calor.

7.- Tabajaras (1983)

Con Vanderson Baobá en la percusión, en el trabajo que inició desde hace ya dos años para consolidar la escuela del Carnaval de los Tabajaras, apostaron también por una fantasía en el que predominaba el morado con blanco y plata, con especial relevancia en los abanicos de plumas blancas con los que realizaron su coreografía por momentos; precisamente la integración del abanico de plumas que favorece el número con la contrapartida de que realza pasos a destiempos. La fantasía 'made in' Creaciones Tabajaras.

⁠El repertorio deja una buena cohesión, respeto de los espacios y estructura en bloques bien definidos.

Al término, preguntan al público qué tal la actuación y... son ⁠correctos a falta transmitir algo más de ilusión o entusiasmo.

Su intervención deja una sensación agridulce por los cuatro segundos que superaron los quince de actuación; su premio, la mejoría. Sin embargo, el jurado habría entendido que ya abandonaba la comparsa el escenario y no cabía la descalificación.

8.- Valleiros (1976)

Lucen una fantasía diseñada por Marcos Rodríguez, donde predomina el blanco y plata, con el contraste del rojo que incorporaron los bailarines. Obertura plana, a juego con el vestuario blanco inicial, con estradas y salidas del escenario a su manera a pesar de la coreografía grupal, que intentan dejar en el olvido en la recta tinar con energía y limpieza en la samba.

9.- Joroperos (1972)

La apuesta por canciones de grandes del espectáculo marcó su repertorio: de Madonna a Beyonce en un inicio marcado por el 'efectismo efectivo' con juegos de luces y figuras

La comparsa que dirige Fernando Hernández sorprendió con una obertura en la que echaron mano de luces y que entusiasmó la cuidada fantasía de Borja Abreu, en especial también para los hombres, y en las que basó su apuesta en el blanco y azul, y en el primer cambio un arriesgado lila.

Y es que el vestuario se convirtió en un componente más de Joroperos, con un diseño que va a favor de la actuación en todo momento.

Cerraba la velada la gran favorita, junto a Cariocas. Se volvió a llenar el recinto ferial para disfrutar con las coreografías montadas por Juan Carlos Mera y la dirección musical y del coro de José Antonio Afonso, mientras Julio González marcó el ritmo.

La comparsa aporta ⁠dinámicas corporales jugando con el ritmo que suman a la actuación y permote permite una reflexión en medio de ese frenesí: no siempre añadir más pasos es sinónimo de éxito (menos es más limpio).

Al término de su actuación, Joroperos parecía haberse bajado con el primero de Interpretación bajo el brazo. Los de Fernando Hernández son una maquinaria bien engrasada y coordinada con alguna pieza suelta discordante, capaces de protagonizar una ⁠exhibición de habilidades físicas que añade dificultad a la propuesta. Deja ese regusto propio de la actitud performática ‘estoy encantado de conocerme y me encanto’, como si estuviera a punto de caer un telón pone la guinda a su propuesta. A Joroperos los distingue su fuerza y energía, sus figuras con portés. Salen a competir con unas ganas se agradecen y see echa de menos en otros grupos.