Coincidiendo con la celebración de la VI Feria Tricontinental de Artesanía que bajo la organización del Cabildo de Tenerife llegó ayer a su fin después de una semana de celebración en el recinto ferial, el Aula de Cultura del Carnaval de Santa Cruz ha puesto sobre la mesa un viejo anhelo que ya reiteró el pasado mes de marzo a los responsables insulares: el reconocimiento específico del carné de artesano del Carnaval.

El presidente del Aula de la Cultura del Carnaval, Pedro Mengíbar, ya solicitó a la directora insular de Desarrollo Socioeconómico del Cabildo de Tenerife, Ermita Moreira, la ampliación de los criterios de concesión del carné de artesano para que abarque la realidad del Carnaval, que de cobertura a cuantos artistas se dedican a la creación de cualquier utensilio o instrumentos utilizados por los diferentes grupos de la fiesta de la máscara y que son realizados de forma manual y/o artesanal.

Mengíbar hace suya la inquietud de cuantas personas se han iniciado de forma altruista en esta dedicación, «creando auténticas maravillas que luego utilizan o usan nuestros grupos para poder desarrollar su labor».

«Hablamos de la confección de instrumentos de percusión de uso por parte de las murgas desde hace mas de medio siglo, como pudiera ser la peculiar sandunga, u otras réplicas o imitaciones de instrumentos de viento como pudieran ser las trompetas, los fagots, clarinetes, trombones de vara, tubas y un largo etcétera, instrumentos que son confeccionados de forma siempre artesanal con material de diversa índole como el cartón, latón, plástico o PVC, añadiendo además la adaptación de otros utensilios como el fonil o embudo, pelotas de tenis, trabas de la ropa... para una vez trabajados, formen parte de cualquiera de los instrumentos antes mencionados».

No limita la solicitud del carné de artesano a la condición de los manitas de las réplicas de instrumentos que se utilizan en las murgas, sino que también desde el Aula de la Cultura del Carnaval se solicita el reconocimiento para aquellos que se han especializado en la confección de atrezzos de disfraces, tocados, cabezas, guantes, pies simulados, zapatos, botas, gorros y un sinfín de accesorios, que se han convertido en piezas indispensables para complementar las fantasías creadas por los diseñadores de los grupos que en ocasiones son también quienes los llevan a término.

«Sería interminable la mención de los materiales de todo tipo que suelen utilizar para la confección de estos complementos, desde telas a toda clase de materiales de cualquier tipo, tales como el corcho, la goma espuma...». Pedro Mengíbar pone en valor de forma especial a los diseñadores de los grupos del Carnaval que, a pesar de no haber diseñado una fantasía de reina, sí que de su creatividad y de sus manos han salido los disfraces de innumerables agrupaciones de nuestra fiesta, algunos de ellos laureados y que han hecho posible disfraces que permanecen en la memoria colectiva por su belleza, dificultad, originalidad, grandeza y ejecución de la fantasía. Algunas de esas piezas singulares quedan recogidas en el dossier remitido a la Dirección Insular de Desarrollo Socioeconómico como soporte que permita avanzar en la consecución del reconocimiento del carné de artesano del Carnaval.

Para ello, y después de los contactos mantenidos con la directora insular Ermita Moreira, se plantea una comisión técnica creada al efecto para que avance y decida en la viabilidad de la presente solicitud y que pueda establecer los requisitos técnicos y de cualquier tipo que han de cumplir los artesanos y/o diseñadores para acogerse a tal reconocimiento que dé cobertura tanto a los miembros del Aula de la Cultura del Carnaval que se quieran acoger a esta condición como a cuantos se quieran acoger, aunque no tengan este vínculo pero sí desarrollen una actividad de estas características que contribuya a engrandecer el Carnaval con la elaboración de piezas artesanales.

La consecución de este reconocimiento «atendería una reivindicación de muchos artesanos; es de justicia y vendríamos a honrar el enorme trabajo, tiempo y dedicación con la que han obsequiado a nuestra fiesta, tanto aquellos que en la actualidad permanecen en activo como los que permanecen en vida pero han cesado su actividad, especialmente la memoria de aquellos grandísimos artesanos del Carnaval tristemente desaparecidos como Luis Gangueu, un enrome murguero que sembró la semilla en la época de la fiesta prohibida, iniciando la elaboración artesanal de instrumentos musicales de imitación en los años sesenta, como Enrique González, fundador y director de la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, o José Manuel Lis Armas, creador de disfraces y caretas de Miss Peggy, artesano de reconocido prestigio durante casi cuarenta años, un referente dentro de los personajes de nuestro Carnaval».

La directora insular de Desarrollo Socioeconómico asegura que desde que se han mantenido las conversaciones con los representantes del Aula de la Cultura del Carnaval se han intensificado los contactos desde el Cabildo de Tenerife con administraciones superiores como el Gobierno de Canarias, donde se ha planteado ya la necesidad de revisar el catálogo que ampara el carné de artesano, solicitando que se incluya el reconocimiento explícito de la figura del creador del Carnaval que venga a reconocer esta entrega y dedicación, una solicitud en la que se avanza en la actualidad.