«Volví a mi casa». Con esta frase define Agustín Expósito Papuchi una decisión mucho más trascendental que su regreso a Triqui-Traques, afilarmónica en la que militó seis años desde 2012. Arremangados, murga que se estrenó en 2019 bajo la dirección musical, artística y letras de Marco González, decide un año sabático por la falta de componentes, ya que con una treintena no llega al mínimo de cuarenta que fijan las bases.

Precisamente en la edición en la que Arremangados, con sede en Candelaria, se beneficiaría del pago del cien por cien de la contratación –porque coincidía con los cinco años para optar al total de la ayuda–, Papuchi se ha decantado por freno y marcha atrás; un año sabático sin cerrar la sociedad a la espera de mejores tiempos. Para ello, tanto el propio presidente fundador como Iván Morales Bobi se suman a la disciplina de Triqui, con la que ya están ensayando desde hace dos semanas y suman a otra decena de arremangados que matarán el mono murguero en la formación en concurso más antigua y un grupito saldrá en la Canción de la Risa a las órdenes de Marco González para reivindicarse de cara al futuro, con la complejidad que supone el regreso.