¡Santa Cruz ya tiene Reina! Como no lo dijo Alexis, ni Soraya, lo dicen los clientes de mi cantina que, después de la Cabalgata de esta noche, ya podrán bailar en las calles Sara Cruz en Carnaval, como ha titulado Abubukaka, la versión de la Billo´s del himno de nuestra fiesta, obra del maestro Agustín Ramos.

Aunque ayer no había actos oficiales, perdí la cuenta de la gente que pasó por mi negocio, no solo a disfrutar de las garbanzas de mi madre, sino a preguntarme si me había gustado la Gala de Marco y María. Y a todos procuré darle la misma versión: No creo que haya sido la gala más "amarga" de la historia, pero estuvo lejos de ser la mejor. Probablemente la obertura sí que fue la peor que yo recuerdo; al desfile de las candidatas es imposible imprimirle más dinamismo porque da para lo que da; sí es verdad que faltó chispa, emotividad o humor, pero hubo Carnaval, y mucho, con nuestras murgas y comparsas luciéndose, lástima que en playback, en un escenario quizás demasiado grande para el espectáculo que vimos. El momento de las comparsas hubiese sido mejor fraccionarlo en tres porque con 20 minutos seguidos en mi cantina estuvimos al borde de la sobredosis. Cuadrarla en menos de tres horas fue de lo más positivo y lo peor, con diferencia, fue el lamentable espectáculo que dio Paulina Rubio quien, después de estar toda la tarde en mi cantina dándole al vino de Ravelo, se subió al escenario con una vocalización cercana al 0,25. Menos mal que tenía un micrófono de pie para agarrarse porque, por momentos, nos temimos lo peor. "¡Pues a mí me parece que estuvo muy bien puesta en su actuación!", me dijo algún cliente; a lo que yo respondí: "Sin duda".

Creo que ella disfrutó más en mi cantina que con el propio Carnaval de "Sara Cruz", y lo digo porque anoche, pasadas las diez y cuarto, tocaron en la puerta y al abrir me encontré a un joven que, con marcado acento mejicano, me dijo: Vengo a buscar el garrafón de Paulina.