Que mal lo pasé anoche. Pasadas las nueve y media empecé a sentirme raro, como decaído, con escalofríos, con algún que otro golpe de tos y sensación de tener algo de fiebre. En mi Cantina, mis clientes no paraban de pedirme platos de garbanzas de las de mi madre y, cuantos más platos servía, peor me encontraba. El remate me lo dio Pancho "El Fogalera" cuando, al servirle una cuarta de vino, me dice: ¡A ver si vas a tener el coronavirus chino ese que tiene a medio mundo en alerta!. Me empecé a poner nervioso y según cerré mi negocio me fui a urgencias.

Después de oscultarme y hacerme unas placas del pecho, me atendió un médico cubano medio cachondo que me dijo: "¡Mira mi hermano!... con esos síntomas, a estas alturas del año, tú lo que tienes es un virus de Carnaval, lo que en medicina se conoce como "Carnavalitis". Menos mal que me explicó que no era grave porque me quedé medio traspuesto cuando vi que, la retahíla de cosas que me recetó, era más larga que las de Bambones: Dos comprimidos, uno por la mañana y otro por la noche de "murgatón complex", un sobre de "comparsatina" antes de acostarme y tres cucharadas de "rondallastel 50" antes de cada comida. Con lo que no le voy a poder hacer caso es con lo de guardar reposo; cerrar mi cantina en estas fechas es algo que ni se me pasa por la cabeza. El doctor me mandó estar tres días en cama y que procurase ver una final de murgas por la mañana y una Gala, de las de Sergio García, por la tarde. También me recomendó que, si me noto con algo de bajona, que coja el coche, que ponga un CD de la Billo's Caracas Boys y baje pa' la Plaza Candelaria a echarme un pinchito. Se ve que el médico es buena gente porque me dijo que, si el único sitio donde comérmelo era uno de esos kioscos grandes que vienen de la península, que fuera de su parte que me dejarían pagar el pinchito de tres veces.

Y aquí estoy que no se lo que hacer. Si mantener mi cantina abierta o cerrar y guardar reposo, a ver si se me pasa pronto esta "Carnavalitis".