La Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá celebran 59 años dando la murga y, aunque estrena director, Agustín Marrero -que no había nacido cuando la institución de Enrique González Bethencourt ya paseaba y actuaba en Santa Cruz-, mantiene y potencia el sonido tradicional. Su ritmo, sus voces... vienen a ser al Carnaval lo que el Tamborilero de Raphael a la Navidad.

El lunes pasado grabaron su CD para la edición de Los coquetos años 50, que tuvo lugar en su ermita murguera, en la calle de La Noria, por donde han pasado cientos de murgueros y hasta directores que tomaron el testigo al maestro, como Lorenzo Marichal, Pedro Mengíbar, Ulises Noda, José Antonio González, Cándido Acuña y Agustín Marrero, murguero que vivió en propia carne los concursos con Los Que Son y recaló hace dos años en la Afilarmónica.

Junto al ronco acento de sus letras, que arrancan con repique en la percusión, la Fufa tiene la red que le tienden sus letristas Chalo Caravallo, Javier Guadalupe, Berto González Pérez y Nicolás Mingorance, albaceas del estilo de toda la vida: las referencias al canarión, el doble sentido e insinuar sin dar. Todos son conocedores de esa casa, desde el mismo Mingorante, contemporáneo de Enrique González, o el hijo de Mama Lala, fundadora de Triqui-Traques.

La Afilarmónica, con unos cuarenta componentes, comenzó el 2 de septiembre sus ensayos, como las murgas de concurso y en la segunda semana de diciembre acabaron de montar la docena de canciones; hasta en eso mantienen el estilo de la minifalda: canciones cortas y que enseñen mucho, mientras las todopoderosas reinas del concurso más esperado hacen cuatro canciones. Los grupos del concurso hacen un tema en el que abordan doce asuntos y la Ni Fú-Ni Fá se mantiene fiel a hacer una canción por cada asunto que interpreta.

En la retaguardia de la percusión, Cándido Acuña, director de la Fufa hasta la pasada edición, marca el compás con el bombo que apuntala si cabe su experiencia como el componente más antiguo de la Afilarmónica, con 45 años en ejercicio y que amenaza con una próxima jubilación. El propio Cándido Acuña presenta a José González Socorro -padre del cantante José Manuel González-, que a sus 75 años asegura recordar los primeros pasos de la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá con Enrique González al frente, en los sesenta.

Empresario del sector de la hostelería que regentó una cafetería en la lagunera avenida Trinidad hasta que decidió dar un giro radical en su vida para trabajar como masajista, el jovial José González recuerda con emoción cuando hace tres años Cristóbal Reyes le invitó a subirse a la fila. Siempre vio a la Afilarmónica con admiración y acudía casi a diario a tomarse un vino a la cantina. Casi sin habla se quedó cuando lo invitaron a salir en la murga, hasta el punto que al día siguiente de recibir la oferta llamó a su interlocutor para preguntar si aquello era de verdad.

Destaca la alegría y la cohesión del grupo, dejando en el olvido épocas pasadas. Otra seña de identidad: además de cantar un repertorio de doce canciones, tardan apenas una hora y media en repasarlas, con repeticiones incluidas para corregir fallos. La Fufa rinde tributo al Chicharrero, con algún recado murguero a la alcaldesa, entre varios políticos; cantan goles al Tenerife o piensa mal y acertarás... Agustín Marrero está ilusionado. La Fufa tiene asegurado el pase a la final, pero quiere sorprender y entusiasmar. Se estrena el viernes 7 de febrero.