Estaban a un paso de salvar su vida. Tan solo unos pocos centímetros separaban la patera pintada de blanco con casi medio centenar de personas de la embarcación de Salvamento Marítimo. Había algo de marejada, varios se pusieron nerviosos, se colocaron todos en la misma banda para que los sacaran lo antes posible y la barca se giró completamente hasta quedar con el casco hacia el cielo. No es la primera vez que pasa un hecho de estas características. La tragedia de ayer frente a las costas de Arico, en el Sur de Tenerife, se saldó, al menos por ahora, con el fallecimiento de dos mujeres y un hombre, todos mayores de edad y de origen subsahariano, que perecieron ahogados. Pero, por si hubiera más cuerpos en el mar, se estableció un dispositivo de búsqueda en la zona donde se produjo el suceso y sus inmediaciones. El hecho ocurrió en el momento más crítico de cualquier rescate en el mar para migrantes en situación irregular: el de subir a bordo del barco que los llevará a puerto de forma segura. Es el último paso, pero, muchas veces, el más peligroso si no existe la calma suficiente.

De hecho, a lo largo la actual crisis migratoria, los profesionales de Salvamento Marítimo han optado casi siempre por permitir que el cayuco o la patera, si tiene buena flotabilidad y gasolina, siga por sus medios hasta el muelle más próximo, con el objetivo de evitar riesgos y problemas como el de la mañana de ayer.

Un pesquero, el Fanny, detectó una embarcación a lo lejos, cuando se hallaba a unas 2,7 millas del Faro de la Punta de Abona, frente a El Porís. Al aproximarse, los dos ocupantes del barco de pesca comprobaron que era una patera con casi 50 ocupantes, por lo que avisaron de forma inmediata a la sala operativa del 1-1-2, que, a su vez, activó al Centro Coordinador de Salvamento de Tenerife. El patrón del Fanny, Manuel Cabrera Barroso, y su marinero permanecieron en el lugar hasta que llegó la Salvamar Alpheratz, unos 40 minutos después, según las estimaciones de Cabrera. En ese tiempo trató de calmar a los migrantes y les dio la comida que pudo.

Una vez que llegaron los profesionales de Salvamento Marítimo, empezó la maniobra para pasar de la patera a la embarcación del Ministerio de Fomento. Tras salir los seis menores, hubo momentos de nerviosismo, todos se pusieron en la banda más próxima a la Alpheratz y se produjo el vuelco. Había viento de 15 nudos, de dirección Sur-Suroeste, y marejada del Noreste, según los datos que trascendieron.

Todos cayeron al agua. El personal de Salvamento Marítimo logró poner a salvo a 38 personas, de forma concreta a 17 varones adultos, 14 mujeres, seis menores y un bebé. Además, trasladó a Los Cristianos a un hombre que falleció en el accidente.

De forma paralela, los pescadores del Fanny sacaron del agua a siete personas: tres mujeres y cuatro hombres. Dos de las féminas murieron por ahogamiento y la tercera, que está embarazada, pudo ser salvada. A esta última la reanimó mediante el llamado “boca a boca”, uno de los jóvenes subsaharianos que pudo salvarse gracias a Cabrera y su marinero.

A partir de ese momento, la Salvamar Alpheratz se dirigió con el fallecido y el grupo más numeroso de supervivientes hasta su puerto base, mientras que el pesquero se trasladó al muelle de El Porís, tras avisar al 1-1-2 de que enviara ambulancias.

La mujer embarazada fue trasladada en un helicóptero desde el citado pueblo costero de Arico hasta un centro hospitalario, debido a su estado. Un médico saltó al pesquero, pero ya no se podía hacer nada por las otras dos mujeres. En cuanto a los cuatro varones, sufrieron hipotermia leve y fueron asistidos en el lugar.

Personal de Cruz Roja Española atendió en Los Cristianos a 17 varones, 14 mujeres, seis niños y un bebé. Dos adultos tuvieron que ser evacuados a centros sanitarios por afecciones leves. Su estado era el habitual para personas que han estado cinco o siete días en el mar.

Según EFE, la portavoz de la ong Caminando Fronteras, Helena Maleno, afirmó que la patera que volcó ayer frente a El Porís supuestamente partió de Dajla el pasado lunes y que era una de las que buscaban los servicios de rescate. Para ello se basa en que coincide el número de mujeres (17) y menores (6) que iba en su interior.

A expensas de que aparezcan o no más cuerpos, en lo que va de año han muerto 32 migrantes en la llamada Ruta Atlántica, que parte desde la costa noroccidental africana y acaba en Canarias, según las cifras de Acnur.

En el Archipiélago existe constancia de la muerte de 22 personas; unos llegaron dentro de cayucos o pateras, otros fallecieron después de llegar a tierra y en otros casos sus compañeros dijeron que los tiraron por la borda en la travesía.