"En principio parece no haber víctimas". Este es el esperanzador mensaje del presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, en redes sociales, a última hora de la tarde de este sábado, después del espectacular desprendimiento de tierra que produjo en el acceso a la playa de Argaga, en Valle Gran Rey (La Gomera). El dispositivo de tierra permanecerá toda la noche y está formado por efectivos de Protección Civil, de Ayuda en Emergencias de Anaga, Guardia Civil, bomberos voluntarios de Valle Gran Rey y un equipo de rescate de la Cruz Roja.

Parte del acantilado que se ha precipitado frente al puerto de Vueltas (Valle Gran Rey) pertenece a Vallehermoso. En la zona había aparcadas autocaravanas y, en ese momento, según testigos presenciales, un número indeterminado de personas disfrutaba de un día de playa, si bien un cartel advierte en el lugar, en tres idiomas, del peligro de desprendimientos: "Este lugar está sometido a riesgos naturales y contrastados de desprendimientos. El que se aventure a pasear por este lugar asume un riesgo que será de su exclusiva responsabilidad".

El Ayuntamiento de Valle Gran Rey ha ordenado cerrar la carretera entre el puerto de Vueltas y la playa de Argaga. El Cabildo de Tenerife ha informado de que ha movilizado el equipo de Rescate del Destacamento de Montaña de la Cruz Roja en el Parque Nacional del Teide. Antes de caer la noche, un helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento de Canarias (GES) ha evacuado a cinco personas que se habían quedado aisladas tras el derrumbe, según informe el 1-1.2. 

En la zona han intervenido hasta la caída del sol dos helicópteros del GES, Guardia Civil, Policía Local, Bomberos Voluntarios de Valle Gran Rey, Protección Civil, AEA, además de personal de los ayuntamientos de Valle Gran Rey y Vallehermoso.

La boca de la dársena interior del puerto de Vueltas, situado en el suroeste de La Gomera, suele servir de abrigo a embarcaciones de pequeño porte. Después de la ampliación se ha configurado una nueva dársena (exterior) también abierta hacia el sureste con mejores condiciones de acceso, sin los problemas de las bajamares, que permite el atraque de buques comerciales y cruceros de hasta 200 metros de eslora.