Más rápida que lentamente la legislatura está adoptando su formato propio. Una narrativa con escasas variaciones y poca originalidad que se asemeja a la trama de una serie de televisión de sobremesa. Es tan previsible como La que se avecina, pero sin gracia ni personajes maravillosamente repugnantes. Y eso que existen, indudablemente, algunos aspirantes dignos de Mariscos Recio. Al principio el presidente del Parlamento, Gustavo Matos, que pronto superará a Mónica Bellucci por impacto en las redes sociales, lee una declaración institucional. La que toque ese día, ciegos, sordos, selvas amazónicas, tatuadores de encías, diseñadores de piezas de metacrilato, víctimas del síndrome de Dawn, lo que fuera.

Después aparecen las preguntas, que en su gran mayoría consisten en breves pero apasionadas cartas de amor al Gobierno de Ángel Víctor Torres. Descubrir a los diputados aplaudiendo al presidente o a los consejeros por las respuestas no es un rasgo original de la Cámara canaria, pero indica bien a las claras lo muy pocho que está el parlamentarismo. Los diputados de la mayoría aplauden a Torres con la unción con la que los invitados a la boda en Casa Juanito aplauden la llegada de la tarta. Una pequeña explosión de felicidad y orgullo pastelero. Que el presidente Torres, por lo general, no diga nada concreto, no afecta para nada la satisfacción repostera de las señorías que sustentan al Ejecutivo.

Finalmente llegan las comparecencias, que son discursos del presidente o los consejeros por voluntad propia o a solicitud de un diputado o un grupo, para el lucimiento retórico y escenográfico de la autoridad en cuestión. Finalmente llegan las resoluciones y demás baratijas reglamentarias a las que nadie da importancia pero que se hacen por cierto sentido de higiene, como se lavan los usuarios las manos al salir del mingitorio.

Ayer el pleno se adaptó a este guión, aunque con un ligero retraso. Como es costumbre Casimiro Curbelo y sus dos compañeros llegaron primero - "acaba de bajarse del taxi un grupo parlamentario", como dijo un chistoso diputado de la oposición - porque para el líder de la ASG alguien que se levanta después de las siete de la mañana es un gandul irremediable. Los más tardones, socialistas y coalicioneros y, por supuesto, los consejeros y consejeras del Gobierno, que son gente realmente importante, y si no se retrasan un fisco parece que no estuvieran trabajando. La epidemia del sincorbatismo es arrasadora. Mientras las diputadas visten -y argumentan y discursean cada vez mejor- a la mayoría de los diputados apenas se les entiende al hablar y por su aspecto dan ganas de soltarles cinco euros para un bocadillo y una birra en La Garriga.

José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica, es un pavoroso ejemplo. No solo llega sin corbata, sino con la camisa fuera de los pantalones y unas zapatillas deportivas caras, pero incuestionablemente espantosas, con los cordones de un rojo fosforito, tal vez una expresión de la altura de sus convicciones socialdemócratas. Quizás sea una estrategia adaptativa. Balbuena tiene ahora que tratar con ecologistas, que suelen llevar zapatillas y prescinden de camisas ajustadas y corbatas elitistas. Todos los altos cargos terminan mimetizándose con su entorno, como la oruga verde o el sapo hoja malayo. El consejero de Obras Públicas adquiere aspecto de tractor o se inclina como una grúa, el consejero de Sanidad parece un enfermo o un matasanos, el de Educación que se está copiando de alguien, el de Hacienda que las perras son suyas, el de Asuntos Sociales tiene los ojos llorosos todo el día o la indignación puesta como una peineta. Es inevitable.

La declaración institucional de la quincena versaba sobre las Mujeres Rurales. Folio y medio. A continuación Gustavo Matos señaló que el presente pleno era histórico, porque por primera vez se aplicaba el reglamento para autorizar el voto delegado por parte de la diputada palmera Nieves Lady Barreto. Esta gente se ha acostumbrado a incesantes chutes de historicidad, que son muy estimulantes, pero que generan un síndrome de abstinencia terrible cuando faltan. Todo es profundamente histórico, porque como ya dijo Benedetto Croce, toda la Historia es historia contemporánea. Para confirmarlo se comenzó con una pregunta de Manuel Marrero, portavoz de Sí Podemos, sobre la aplicación de la ley de la Memoria Histórica y la ley de Menores Robados. Es muy curioso que Marrero -y su organización política- insistan en que fueron robados "muchísimos niños" en la dictadura franquista, e incluso hasta el año 2001, pero que sea incapaz de precisar una cifra, siquiera aproximada. Por supuesto, el presidente Torres respondió que ambas leyes contarían con financiación en los presupuestos generales de la Comunidad canaria para 2020.

Instante histórico

También reclamó su porción de instante histórico Casimiro Curbelo, reprochándole incluso a Matos que olvidara que ese día comenzaba a funcionar en plenitud el grupo parlamentario de la Agrupación Socialista Gomera. Matos se apresuró a pedirle excusas, y a partir de ese momento, todos los grupos lo hicieron. Curbelo le preguntó al jefe de Gobierno sobre la financiación autonómica y Torres demostró por enésima vez su habilidad - ligeramente mareante, eso sí - para no precisar nada. "Estoy seguro que el Gobierno que salga de las elecciones se sentará para diseñar una financiación autonómica que tendrá en cuenta las circunstancias y singularidades de Canarias". Bueno. No es imposible, desde luego. Aplausos.

Una de las ventajas de la amplia mayoría que sostiene al Gobierno es que achica los espacios de intervención de la oposición. CC y PP solo pueden formular cuatro preguntas cada uno y Ciudadanos dos. Los partidos de la mayoría suman catorce o quince preguntas. Para colmo coalicioneros y conservadores suelen desaprovechar sus oportunidades miserablemente. Carecen de cualquier cosa similar a un liderazgo, mientras enfrenten tienen a cuatro líderes sólidamente instalados.

Un presidente tan coriáceo como Torres los torea con facilidad y recibe la bendición de los aplausos de los suyos una y otra vez. Fue particularmente duro contra Manuel Domínguez, que en su pregunta mostró cierto asco por el ambiente parlamentario, aunque declaró que no estaba arrepentido de ocupar un escaño, para tranquilidad del personal dentro y fuera de la Cámara. María Australia Navarro nunca ha sido una buena oradora. Vidina Espino siempre tira de argumentario mesetario y telegenia. José Miguel Barragán interviene como si estuviera comentando las incidencias de una carrera de caracoles, y se ha empecinado en dar cancha a diputados jóvenes sin ninguna capacidad de golpear con eficacia crítica y discursiva al Gobierno. Para Torres y sus consejeros el equipo de Clavijo sigue siendo, casi cinco meses después de las elecciones, "el Gobierno saliente". Parece no salir nunca. En realidad el presidente del Gobierno y sus compañeros no quieren que terminen de salir, al menos, hasta dentro de un par de años. Si las cosas pintan bien. Sin pintan mal Torres no dejará salir al Gobierno de Clavijo del todo hasta la primavera de 2023.

Nada de nada

¿Proyecto presupuestario para 2020? Nada. ¿Financiación autonómica? Nada. ¿Reprogramación del Fondo de Canarias para su venturosa reorientación "social"? Nada. Casi como desde el primer día. Pero eso no significa que cese la lluvia de confeti, aunque sea una precipitación disparatada. Es como lo de Dolores Corujo, que aparte de felicitar a Gustavo Matos -en la mayoría parlamentaria actual si no felicitas eres felicitado o viceversa- habló de la despreciable manipulación de los pacientes oncológicos de Lanzarote con un centro especializado que se anunció como de inmediata construcción para el primer semestre de este año "y no hay nada, no hay nada de nada". La consejera de Sanidad le dijo que estaba el proyecto, pero que no se había licitado, y que se haría inmediatamente. Entre la nada y un proyecto técnicamente aprobado va un abismo, pero Corujo no pestañeó. No pestañear es una de sus especialidades. También fue emocionante el diálogo entre Francisco Déniz, diputado de Sí Podemos, y Sebastián Franquis, consejero de Obras Públicas y Vivienda. Recordó un pasaje de Misión Imposible:

- ¿La retirada de fondos para el nuevo puerto de Agaete fue el primer paso para abandonar el proyecto?- inquirió Déniz.

- Sí, lo fue- contestó Franquis, y se volvió a sentar.

-Eeeh? ¿Y hay un tercer paso en el horizonte?

-Sí, pero lo contaré todo la próxima vez.

Después llegó una larga, prolija, a ratos torturante comparecencia de Román Rodríguez sobre la situación crítica de la Unión Europea y las disputas para la definición de su marco presupuestario para los próximos cuatro años. Rodríguez no es Jean Monnet, pero se las apaña. Por la tarde la consejera de Derechos Sociales también fue larga y prolija en sus dos comparecencias y, como es habitual, dejó claro que si respondía a la oposición es por pura generosidad y altura de miras, porque menudo es esta gente para exigir nada ni pretender un control de la acción de Gobierno.