El proceso de negociación de pactos postelectorales para conformar el Gobierno de Canarias y los gobiernos insulares y locales entra en la recta final con la mayoría de las incógnitas aún por despejar y con movimientos importantes todavía en fase de desarrollo, de cuyo resultado dependerá el panorama final. Los contactos entre los diferentes partidos se juegan a varias bandas y en distintos niveles, pues no solo hay conversaciones cruzadas entre sus líderes, sino que a las reuniones formales y públicas hay que sumar múltiples contactos secretos para tratar de ganar la posición respecto a los rivales. Además, la partida se complica aún más por el hecho de que también está en juego la formación del Gobierno central y la previa investidura del ya candidato oficial Pedro Sánchez, líder del PSOE, que acaba de recibir el encargo del Rey tras la ronda de consultas con las distintas formaciones políticas con representación en el Congreso.

En este marco, la pugna entre el PSOE canario y CC, las dos formaciones más votadas en las pasadas elecciones del 26M en las Islas y únicas con posibilidades de conformar una mayoría para liderar el Gobierno regional, ha propiciado varios escenarios y se cruza ahora con las negociaciones que Sánchez emprenderá la próxima semana en el Congreso para tratar de mantenerse en la Moncloa. Aunque todos los partidos canarios han reiterado que ambas situaciones y procesos negociadores no tienen relación y que pactarán en Canarias de forma autónoma a lo que pase en Madrid, lo cierto es que la baza de que CC cuente con dos escaños en el Congreso y que estos pudieren ser relevantes en la investidura de Sánchez siempre ha estado presente mental y políticamente entre los negociadores isleños y en las direcciones nacionales de los partidos estatales.

Sin embargo, frente a la situación reconocida implícitamente por todos en las últimas semanas de que, efectivamente, los votos de las dos diputadas de CC, Ana Oramas y Guadalupe González Taño, podrían ser decisivos en la investidura de Sánchez para que éste no necesitara a los independentistas catalanes o de Bildu, un giro en las negociaciones de otros territorios han cambiado el panorama. El peón que hasta ahora tenía CC en el Congreso pasa a manos de Navarra Suma, la coalición formada en la comunidad foral por UPN, PP y Cs.

El veto a Podemos

La posibilidad de que el PSOE deje gobernar, con su abstención, a la derecha en Navarra, renunciando así a presidir un Ejecutivo de izquierdas, que necesitaría a su vez la abstención de Bildu, convierte en clave el voto de los dos diputados de esa coalición en Madrid (Sergio Sayas y Carlos García), cuya abstención garantizaría la presidencia a Sánchez independientemente de lo que hagan Oramas y González Taño.

En teoría, este cambio no altera el proceso negociador en Canarias, ya que parece descartado un acuerdo entre el PSOE y CC para el Gobierno regional que estuviera condicionado a lo que los nacionalistas hicieran en el Congreso, pero la importancia para el PSOE federal de la negociación estatal mantenía ese peón activo en manos de quien lleva 26 años ininterrumpidos gobernando en las Islas. Oramas, además, insiste en que nunca apoyarán a Sánchez si éste alcanza cualquier tipo de acuerdo con Podemos, lo que parece inevitable si el líder socialista quiere mantener la presidencia.

La portavoz de CC ha llegado a asegurar que, ante la posibilidad de un bloqueo político en el Congreso si Sánchez no logra la investidura no le importaría que hubiera que ir a nuevas elecciones. Tal situación se daría si PP (66), Cs (57), Vox (24), ERC (15), Junts per Catalunya (4), Bildu (4), Navarra Suma (2) y CC (2) suman sus 174 escaños conjuntos en contra del candidato, ya que superarían los 173 votos a favor que le otorgarían PSOE (123), Unidas Podemos (42), PNV (6), Compromís (1), y el PRC (1), siempre sobre la base de que los tres diputados presos e inhabilitados de Junts per Catalunya no renuncien a sus actas y no sean sustituidos, y por lo tanto se mantenga viva aún la posibilidad de que la abstención de dos diputados, de CC o Navarra Suma, cambie el signo de la votación.

Sin nacionalistas

Sánchez confía en todo caso en que la falta de alternativa a su candidatura le facilitará la investidura y trabaja por ese acuerdo con el centroderecha navarro al que la dirección nacional del PP ya ha autorizado a una abstención. "O gobierna el PSOE, o gobierna el PSOE", ha dicho el líder socialista antes de iniciar las negociaciones, el próximo martes, con las diferentes formaciones. Lo hará él personalmente en el Congreso y por este orden: con los líderes de Unidas Podemos (Pablo Iglesias), del PP (Pablo Casado), y de Cs Albert Rivera); continuará luego la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, con las demás formaciones parlamentarias.

CC irá a esa cita con una actitud política y mental de oposición porque da por hecho que habrá algún tipo de acuerdo programático entre PSOE y Unidas Podemos.

De confirmarse ese escenario, se trataría la primera vez en democracia que se conforma un gobierno en Madrid sin el apoyo de alguno de los grupos nacionalistas catalanes o canarios, ya que tanto el PSOE como el PP, incluso con mayoría absoluta, siempre han logrado en la investidura de sus respectivos candidatos, algún tipo de voto de confianza o bien de la histórica CiU, o bien de Coalición Canaria, y en muchas ocasiones, el de ambas formaciones.

Los nacionalistas canarios apuestan en este momento, en todo caso, por un gobierno en minoría, que estarían dispuestos a apoyar, que no conlleve ninguna complicidad con el partido de Pablo Iglesias y que la investidura fuera posible por la "abstención responsable" o del PP o de Ciudadanos. "No seremos los culpables del bloqueo político", asegura Oramas, quien niega que no apoyar a Sánchez signifique pasar a la oposición ni teme que su papel en la legislatura pase a ser irrelevante.

Paralelamente a esta situación, el socialista Ángel Víctor Torres, candidato a formar Gobierno en Canarias, intenta amarrar los apoyos de NC, Podemos y ASG, y adelantarse a los movimientos del candidato de CC, Fernando Clavijo, quien, por su lado, cree tener mayor complicidad y capacidad de seducción con el partido de Casimiro Curbelo y, junto al PP y Cs, conseguir una mayoría antes que los socialistas.

Mientras la dirección de Ferraz cae sobre Casimiro Curbelo, el candidato a renovar la Presidencia, Fernando Clavijo, y su mano derecha, José Miguel Barragán, han estado en Madrid tratando de convencer a la cúpula nacional de la fomación naranja para que le levante el veto por el hecho de estar imputado por el caso Grúas, una de las líneas rojas de Ciudadanos para la negociación. El Partido Popular nacional, a su vez, ha rechazado las veleidades de su líder en las Islas, Asier Antona, de un pacto con los socialistas, y la hipótesis de un Gobierno de Coalición Canaria, PP, Cs y Agrupación Socialista Gomera, alternativo al que pretende Torres, no parece imposible. El signo del futuro gobierno en el Archipiélago determinará a su vez las relaciones entre Canarias y el Estado en los próximos cuatros años, así como el propio papel que vayan a jugar los nacionalistas en la política estatal.