Una historia que comenzó como un cuento de hadas para una joven enamorada se tornó en un final dramático con unos cuernos inesperados. Lauren Wall siempre había deseado celebrar una boda por todo lo alto. Todo era perfecto. Tenía un novio estupendo y la relación de la madre con su pareja era inmejorable, algo que escondía un secreto que se escapaba a los ojos de la joven.

La madre de Lauren le prometió que le pagaría la boda de sus sueños. Un enlace con un precio de 15.000 libras (unos 17.600 euros). Sin embargo, ocho semanas después de la ceremonia, el marido de ella se mudó a la casa de su suegra y nueve meses después, la madre de Lauren dió a luz al bebé de ambos, según informa el periódico británcio The Mirror . "Paul siempre se llevaba muy bien con mamá. Sin embargo, nunca me pareció extraño, ya que ella era su suegra y él solo estaba siendo amable. "Se reían mucho juntos. No pensé en preocuparme en absoluto", señalaba Lauren al medio inglés. "No podía esperar para casarme, pero la tinta de nuestro certificado apenas estaba seca cuando Paul se volvió protector con su teléfono. Cuatro semanas después de que darnos el "sí quiero", descubrí por qué", confiesa. Poco tiempo después de la boda, Paul se mudó.

"No podía creer que las dos personas que amaba y en las que más confiaba en el mundo pudieran traicionarme así. Está enferma. Es una de las peores cosas que una madre puede hacerle a una hija. Puede que Paul haya sido un mal novio, pero ella es mi madre. Ella debe amarme y protegerme por encima de todos los demás. En cambio, ella robó a mi esposo, destrozando a mi familia y mis sueños. Por eso, nunca la perdonaré", confiesa Lauren.

La joven apenas mantiene el contacto con su madre, que trabaja en servicios infantiles y que sigue casada con su exyerno. Lauren ha logrado seguir adelante y recientemente ha encontrado un nueva pareja. Pero ella admite que su camino no ha sido fácil. "Lo que sucedió todavía tiene un impacto en mí y en cualquier relación que haya tenido. Me dará problemas de confianza por el resto de mi vida. El tiempo es un gran sanador, y mamá y yo hemos tratado de tener una relación normal. Pero nunca estaremos tan cerca como lo estuvimos, y nunca volveré a confiar plenamente en ella ".