¡Que acabe esto ya, por favor!

Buena imagen en Valladolid, ante el colista, con una undécima victoria que le da la permanencia al Iberostar Tenerife. Pésima actuación de esos mismos jugadores esta tarde en Sevilla, ante el equipo más joven de la Liga Endesa. Me viene a la menta dos frases de Alejandro Martínez en su última comparecencia ante los medios: «Este equipo jamás ha bajado los brazos» y «vamos a tratar de ganar los cinco partidos que restan de competición».

Con respecto a la primera comparto lo dicho pues en este equipo y con este entrenador el que lo haga tiene muy complicado volver a vestir esta camiseta. Días desafortunados, como el de hoy de Carl English, Levi Rost o Saúl Blanco, auténticos artilleros, si que se han visto en ese año 2014, pero bajar los brazos, no.

En cuanto a la segunda frase, es evidente que ofreciendo el nivel defensivo, la falta de agilidad mental en muchas acciones en el interior (permitiendo dobles tiros al no asegurar el rebote) y, con el flojísimo porcentaje de aciertos en ataque, además de los pases «a lo loco» y pérdidas infantiles, está claro, estimado lector, que va a resultar muy difícil volver a ganar en estas últimas cuatro jornadas.

El Iberostar Tenerife, plagado de veteranía y con mucha experiencia en sus hombres, se vio claramente superado en casi todos los aspectos por la joven plantilla que dirige Aíto García Reneses, quien cumplió hoy la friolera de 999 encuentros oficiales en la Liga ACB.

Comodidad para encontrar situaciones de tiro más allá del 6,75 sin un defensor arriba (lo que no le ocurrió al Canarias y cuando sucedía erraban, de ahí el raquítico 18%). Lectura plácida del juego por parte de sus bases. Ganar la posición bajo los aros para recuperar el balón y tener segundas opciones en un mismo ataque…

Sí, soy el primero que aplaudo el quehacer de Martínez. El primero que felicito y agradezco a estos jugadores aquella memorable primera vuelta que nos llevó a la Copa del Rey. Sí, soy el primero que reconozco el buen y serio trabajo ante rivales poderosos, cayendo, quizás por falta de mentalización ganadora, en los últimos minutos, casos recientes de Unicaja, Laboral Kutxa, la hombrada en el derbi, el partidazo en la pista del Madrid… Incluso  emociona casi un año después lo vivido en la 12/13, con la memorable segunda vuelta que llevó a la revista Gigantes del Basket a distinguir al Iberostar Tenerife con el premio de Equipo Revelación.

Y después de todos aquellos buenos momentos la pregunta es: ¿Acaso los Levi Rost, Saúl Blanco, Ricardo Úriz, Carles Viviá, Jaime Heras, Fajardo… se han olvidado de lo que es jugar al basket y tener continuidad en el juego? ¿Cuál es la razón para que se pase de una efectividad que roza el 45% a estar por debajo del 20% desde la línea del 6,75? ¿Qué motivo hace que los bases no sean ni la sombra del año pasado o de la primera vuelta? ¿Qué se está haciendo mal para que en esta campaña se esté originando tan excesivo número de lesiones musculares. Rost, Blanco, Gutiérrez (¿se acordará de jugar a esto cuando vuelva a pisar una pista de baloncesto?)…

Como no creo en la mala suerte, como tampoco cree el entrenador, entiendo que lo mejor es seguir apoyando a este veterano equipo en estas últimas jornadas, esperar a que el miércoles La Bruixa d’Or certifique matemáticamente su descenso y confiar en que al menos ante Valencia y Bilbao, las últimas citas en casa, los jugadores aurinegros  vuelvan a ser los guerrilleros que ni por asomo fueron esta noche ante chicos de 22 años.

Y cuando la Liga baja el telón, agradecerles a todos los servicios prestados, teniendo en cuenta que esto es un club de ACB y no una ONG y confiar un año más (y van diez) en la sabiduría y aciertos de Aniano Cabrera y Alejandro Martínez, encargados de designar a los hombres que formarán el Iberostar Tenerife 14/15. 

Postdata: Felicito a Luke Sikma por sus 16 tantos, pero debería ser más listo en el rebote defensivo, al menos ayer no lo fue, y dejar para el circo Toti el malabarismo. Felicito a Biviá por sus 16 tantos, pero no debería mostrar descontrol en muchas subidas del balón. Disculpo a Saúl por estar recién salido de una lesión y evidencia falta de ritmo. No disculpo, en absoluto, a Levi Rost, quien hace tiempo que no ejerce de americano tirador de raza blanca (bueno, esto último sí que la conserva). No disculpo a Carl English, ni a Úriz, ni a Richotti, ni a Fajardo… Entiendo que esto es un deporte y que un día se gana jugando mal y otro se pierde haciéndolo muy bien, pero en uno y otro casos jamás debe faltar LA GARRA POR GANAR. Y ante los chavalines de Aíto no vi mucho de esto en buen número de minutos.

AGUSTÍN ARIAS