«De copas», artículo de opinión

SECCIÓN: CRÓNICA AMARILLA

TITULAR: «De copas»

AUTOR: Cristo Hernández

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Después de su derrota en casa ante el Real Madrid, el CB Canarias salió de copas por la Gran Vía un 14 de diciembre y ha logrado encadenar cinco victorias consecutivas en una particular ruta del bacalao (aquí diríamos “del cherne”) que lo ha llevado hasta los aledaños del Pabellón Martín Carpena de Málaga.

Hasta el partido con los merengues, parecía inviable aspirar a otra cosa que no fuera la permanencia, objetivo que siempre ha tenido muy claro el club y su masa social desde principios de la temporada, pero las victorias foráneas ante Tuenti Estudiantes y Laboral Kutxa han dado un giro copernicano en las expectativas de los aurinegros.

La Copa del Rey surge ahora como un nuevo objetivo a añadir en el cuaderno de ruta de los laguneros ya con nueve victorias en su haber. Pocos equipos se han quedado fuera con nueve triunfos y uno más podría confirmar matemáticamente su presencia en Málaga además de garantizar casi la permanencia, de forma oficiosa, a falta de disputar toda una segunda vuelta. Ahora mismo son siete las victorias que separan al CB Canarias de la zona de descenso y sólo nueve hubieran bastado la temporada pasada para eludir el traslado a los sótanos de la LEB Oro. Muy bien lo tienen que hacer los de abajo y muy mal los nuestros para que en la segunda vuelta nos surja a todos la comezón de la lucha por el descenso.

Desde las oficinas del Santiago Martín se ha pregonado a los cuatro vientos cuál era el objetivo primordial de este club recién ascendido a la ACB. Pero en el corazón y la cabeza de muchos aficionados crece cada día la llama de la ilusión, y sobre todo de la ambición, refrendada no sólo por la estadística. Una prueba de ello es la asistencia al Santiago Martín, cuyo aforo ya no baja de los cuatro mil, sea cual sea el equipo rival.

Este club no ha dejado nunca de ser ambicioso a su manera, como así ha demostrado a lo largo de su historia de la que esta temporada se cumplen 75 años. Una gran ambición deportiva lo devolvió a la élite del baloncesto nacional, a pesar de los numerosos sinsabores que tuvo que afrontar por el camino. Una gran ambición social lo convirtió en Sociedad Anónima Deportiva gracias al apoyo de innumerables aficionados y amantes del deporte de la canasta.

A partir de ahora, el CB Canarias se debe postular como un equipo a tener en cuenta en todas las quinielas y cuando decimos esto no estamos erigiendo castillos en el aire. Estamos afirmando que el CB Canarias tiene equipo de sobra para dar la cara ante cualquier rival. Ha demostrado que con un presupuesto sencillo se pueden hacer grandes cosas y que no todo en el deporte se consigue a golpe de talonario. Hay otros aspectos como la buena organización, el espíritu de unión, la ilusión, el trabajo diario y otra serie de intangibles que pueden convertir a un equipo modesto en uno de los grandes de cualquier disciplina deportiva.

Después del Real Madrid, todavía invicto, el CB Canarias es uno de los equipos que mejor racha ha logrado realizar, gracias a la magistral batuta de Alejandro Martínez que ha sabido dirigir con maestría la sinfonía de estas cinco últimas estaciones. De hecho los tinerfeños han

despedido el año viejo entre los cuatro mejores clubs de la ACB por sus resultados sobre el parqué.

¿Y qué decir de los músicos? Desde la época del añorado Pepe Cabrera, el CB Canarias ha demostrado tener siempre buen ojo para los fichajes y la clave del actual roster canarista es que el equipo técnico ha sabido reunir a un grupo importante de jugadores en el mejor momento de su carrera deportiva. Empezando por el Big Three (Uriz-Blanco-Sekulic) y continuando por jugadores de la casa como Rost, Heras o Chagoyen, o promesas firmes como Richotti, Sikma o Biviá. Y no nos dejamos en el tintero a jugadores de la categoría del “Pipa” Gutiérrez y Lampropoulos que no han tenido la oportunidad de demostrar (esta temporada) todo el baloncesto que atesoran en sus piernas (el baloncesto es básicamente un deporte de piernas). Lo importante es que en este equipo todo el mundo suma. Hasta el propio Fajardo ha ido demostrando jornada a jornada que puede ser importante los minutos que está en cancha cuando se ciñe a hacer lo que él sabe.

Restan tres encuentros para terminar la primera fase de la competición contra rivales de sobrado mérito: Valencia, Bilbao y Manresa; los dos últimos inmersos en la lucha por buscar una plaza en la Copa del Rey. El último partido será en casa ante Manresa y, si no se alcanza antes, podría rubricar una primera vuelta antológica que permitirá estar a los aurinegros el próximo 6 de febrero en Málaga con la bendición de Pitágoras. Sería un gran premio a la gran odisea que ha sufrido el club durante las dos últimas temporadas para convertirse de facto en club ACB.

Algunos, siempre más románticos y ambiciosos, incluso nos empezamos a preguntar con la vista puesta en el horizonte: ¿y después de la Copa qué?

¡VAMOS CANARIAS!