«Alta tensión», la crónica de Cristo Hernández

SECCIÓN: CRÓNICA AMARILLA

TITULO: Alta tensión

AUTOR: Cristo Hernández

Las gradas del Pabellón Santiago Martín bullían como un tendido de alta tensión. Cuarenta minutos de emoción contenida, de energía acumulada en cápsulas de nerviosismo, culos inquietos y uñas mordisqueadas, que revientan en una ovación catárquica cuando Troy DeVries yerra el triple final. CB Canarias, 81 ; Assignia Manresa, 78.

Los dos equipos querían ganar. Debían ganar. Tal vez el partido más importante de esta campaña. Necesitaban la victoria como el aire. Sobre todo el visitante, un buque insignia de la Liga ACB, que sólo ha sumado dos victorias en lo que lleva de campeonato y permanece anclado en el pozo del descenso. Reedición de un clásico de la época de las casetes TDK. De la época de los Joan Creus, De la Cruz, Harper Williams, un mítico George Gervin… Y tantos otros. Pero sólo puede quedar uno.

Partido igualado. Ninguno de los dos equipos quiere poner tierra de por medio. Alternancia en el marcador. Bipartidismo sobre el parqué de Los Majuelos. Unas veces, los aurinegros arriba. Otras veces toman el relevo los “rossoneros”. Seis puntos arriba el CB Canarias. El Assignia Manresa se va de cuatro. Esas fueron las máximas diferencias del partido. Chico a chico. Hasta que los nuestros lograron el triunfo en el arrastre final.

Un héroe que vale un MVP de la jornada. 38 puntos de valoración. A la altura de los más grandes. Los 202 centímetros de pívot mejor aprovechados del baloncesto europeo. Jakim Donaldson. 18 rebotes. 22 puntos.

El juego interior venció al juego exterior. El Assignia Manresa salió a jugar como el CB Canarias (12/25 triples) y el CB Canarias cogió prestado el uniforme a los manresanos (49 puntos de nuestros pívots). En la previa insistíamos en la importancia de frenar el juego interior de los visitantes. Ramsdell tuvo que salir fuera para anotar. A Óliver Arteaga le faltaron quesadillas. Asselin, conmocionado por los efectos del ciclón Chagoyen, nunca terminó de entrar en la cancha. Jaume Ponsarnau, joven maestro de entrenadores, hoy se equivocó en las rotaciones. Malas caras de los jugadores al retirarse al banquillo. A veces el jugador siente que tiene que seguir en cancha.

Discutíamos con un vecino de asiento sobre la necesidad que tiene al Canarias de un cinco nato, un tío alto que juegue dentro de la zona y acapare el rebote. El baloncesto moderno ya no es así. Se necesitan pívots versátiles que la sepan jugar en el poste bajo, pero que también corran la cancha y tiren de tres. A veces nos cabreamos con Sekulic porque coquetea demasiado con la “vicetriple”, pero en el montenegrino reside el germen del jugador moderno de baloncesto. El sábado lo demostró, a sus treinta primaveras.

Y Johnny cogió su fusil. Regresó nuestro Levi Rost entonando el One de Metallica desde la línea de 6,75. El hombre sonriente. Un seguro de vida desde el tiro libre, la línea desde la que se pierden demasiados encuentros. Ya lo dijo una vez el maestro Monsalve, hablando de las claves de un partido: rebotes, pérdidas de balón y tiros libres. El CB Canarias estuvo a la altura en esos tres aspectos del juego.

El próximo viernes, la Universidad Católica de Murcia. Partido importante para corroborar las aspiraciones de un equipo que no debe conformarse con espantar los fantasmas del descenso. Lo venimos diciendo desde principios de temporada. En este equipo hay madera. Profesionalidad y experiencia a espuertas. Otra cita multitudinaria en el Santiago Martín, que ante el Manresa acogió a más de 4500 personas. Casi lleno. Buena iniciativa empresarial del club rebajando las entradas por estas fechas. Otros las regalaban y no llenaban medio aforo. Hay ilusión en el baloncesto tinerfeño. Cuando se hacen las cosas bien hechas.

Contra el UCAM Murcia será el viernes porque el sábado vienen los Reyes. Yo envié mi carta desde principios de temporada y sólo pedía una cosa.

¡VAMOS CANARIAS!

 CRISTO HERNÁNDEZ