El internacional JC Arteaga ya es «árbitro tinerfeño»

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«Todo esto ha sido como un mal sueño que quiero olvidar cuanto antes. No me dejan desarrollar una labor en la que siempre ha sido mi casa en estos 35 años. Me he tropezado con gente de una extraña estirpe y me siento avergonzado de mi Federación y de personas que no son nadie porque no pertenecen para nada al baloncesto«

«He vuelto a la que fue mi Federación cuando estudiaba en La Laguna. Lo que quiero es que esa otra gente me deje en paz y pueda aprovechar lo poco que yo sé para seguir trabajando por el arbitraje canario donde quieran y donde me dejen»

«Hay personas que no saben diferenciar las cosas. No miro nombres, miro el trabajo y el bien del baloncesto. En su día llegamos a un pacto general de arbitraje y me puse en contacto con todos los directores de cada insular para ponernos a trabajar en la misma línea. Esto no se ha querido entender así y optaron por no contar con esa labor ya iniciada»

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Foto: Juan Carlos es el único árbitro español en participar en tres mundiales consecutivos: Japón, Turquía y España. Además de dos olimpiadas. Tokio y Londres.  

Canarias ha sido cuna de grandísimos árbitros, con tres nombres propios que han sido referencia a nivel internacional, dirigiendo finales o partidos por el bronce, en Olimpiadas, mundiales, eurocopas final four… Ellos son el palmero Pedro Hernández Cabrera y los grancanarios Miguelo Betancor y Juan Carlos Arteaga.

El colegiado, que luce el dorsal 3 en la ACB, analizó la actuación arbitral en la fase regular.

El arbitraje, a nivel general, ha sido bueno, cumpliendo con la competición. Hay compañeros nuevos que han destacado, lo que es para alegrarse, como lo es cuando vemos en los banquillos a nuevos entrenadores o debutar a jóvenes jugadores.

¿Se asume con facilidad y acierto los constantes cambios que impone la FIBA?

Tratamos de aplicarlas lo mejor y más claro posible. Sería bueno que estos cambios se hicieran mediante un estudio previo, porque muchos, como el salto entre dos, posesión del balón, alternancias, llevan a las dudas y ocasionan despistes en los aficionados. Vivir una gran evolución en cuanto a las reglas es bueno, pero algunas generan incertidumbre y necesitan un reposo para ver cual es el resultado.

¿Cómo ve el nivel del arbitraje en Canarias?

Estamos en la etapa de asentarnos. Gente hay, desde luego, y muchos jóvenes, lo que ilusiona, sobre todo las ganas de progresar, pero hay que ponerse a trabajar. En estos últimos meses he ido a Tenerife y he olfateado que hay materia prima, con árbitros que apuntan calidad.

¿Cómo se entiende que el árbitro en activo más laureado del arbitraje canario no cuente para la Federación Canaria?

Bueno, así lo ha querido el nuevo presidente y, como comprenderá, respeto las decisiones que la gente toma. Siempre he estado para ayudar y por eso estoy ahora con la Federación de Tenerife para trasladar mi experiencia y los pocos conocimientos que pueda tener. Creo que debemos seguir luchando porque el arbitraje se respete y se permita trabajar con tantos árbitros que tiene el baloncesto. Politizar o manipular las cosas no beneficia a nadie; yo dedico mi tiempo por el cariño que le tengo a este deporte y al arbitraje canario.

¿Le pasó factura haber trabajado en etapas anteriores con Clemente Mesa, anterior presidente de la FCB?

Sin lugar a dudas. Hay personas que no saben diferenciar las cosas. No miro nombres, miro el trabajo y el bien del baloncesto. En su día llegamos a un pacto general de arbitraje y me puse en contacto con todos los directores de cada insular para ponernos a trabajar en la misma línea. Esto no se ha querido entender así y optaron por no contar con esa labor ya iniciada.

Lo triste es que también la «Grancanaria» le ha dicho no.

Todo esto ha sido como un mal sueño que quiero olvidar cuanto antes. No me dejan desarrollar una labor en la que siempre ha sido mi casa en estos 35 años. Me he tropezado con gente de una extraña estirpe y me siento avergonzado de mi Federación y de personas que no son nadie porque no pertenecen para nada al baloncesto.

La FIBT le ha acogido con los brazos abiertos.

Así es. He vuelto a la que fue mi Federación cuando estudiaba en La Laguna. Lo que quiero es que esa otra gente me deje en paz y pueda aprovechar lo poco que yo sé para seguir trabajando por el arbitraje canario donde quieran y donde me dejen.

¿Es justo que un grupo reducido de personas castiguen al arbitraje cerrándole a usted las puertas?

Justo es poco, me parece vergonzoso, pero cada uno manda en su casa. Yo estaba trabajando sin cobrar, dedicando mi tiempo y mis conocimientos a mis chicos. Pero llegaron estas personas, con un estilo y unas maneras de gobernar que no me gusta, cuando deberían trabajar por el baloncesto y, que yo sepa, al mismo siguen perteneciendo los árbitros y comisarios de mesa.

Tiene ya su licencia con la Tinerfeña.

Esta misma temporada me he dado de alta en la Federación de Tenerife y seguiré con esta licencia hasta que me retire del arbitraje. Me gusta la filosofía de trabajo y el proyecto social que se aplica para el arbitraje.