La situación de los casinos, casi todos en números rojos, resalta la falta de idoneidad de hacer aflorar ‘mini casinos’ en hoteles. La recaudación del sector del juego en las islas Canarias se ha desplomado un 40 por ciento desde que comenzó la crisis económica en 2008, lo que ha reducido los ingresos que el Ejecutivo canario se embolsa por este concepto en 41,3 millones de euros en apenas cuatro años.

Las tasas sobre el sector del juego han caído velozmente desde los 111,8 millones de euros del 2008 hasta los 70,48 millones de euros de los últimos datos disponibles, los de 2012, según consta en los desgloses de ingresos consolidados en manos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas a los que ha tenido acceso Europa Press.

El primer año que el sector del juego notó la crisis económica –si tomamos como referencia del volumen de actividades los impuestos recaudados– fue 2009, con una caída que rozó el 5 por ciento. Los descensos que siguieron a continuación fueron de manera general de dos cifras y superando el 20 por ciento.

En concreto, 2010 registró un descenso del 21,9 por ciento en la recogida de tasas y, aunque 2011 se comportó algo mejor, rápidamente le siguió otro gran descenso del 20 por ciento en el pasado ejercicio 2012.

Fuentes del sector del juego en Canari, han ratificado el mal momento que pasa el juego en las islas, aquejado de varios males, como el juego ilegal y la impunidad de los locales de apuestas deportivas a pie de calle, pero también por el creciente éxito del juego ‘online’.

Así, explican, por ejemplo, que se “cuentan con una mano” los casinos con cifras en positivo, algo que pone en cuestión la idoneidad de iniciativas impulsadas por el sector hotelero, que aspira a cambiar el régimen regulador para acoger ‘mini casinos’ en los propios recintos hoteleros.

Desde Ashotel abogan por la liberación de los casinos en las islas para que los hoteles que quieran puedan abrir una sala de juegos en sus salones.

La región canaria alberga una considerable riqueza natural, con hábitats singulares y muy frágiles, que proporcionan refugio a varios miles de invertebrados, mas de 600 plantas vasculares y una docena de vertebrados endémicos. Todo ello se encuentra enmarcado en un entorno paisajístico limitado, donde también viven un millón y medio de habitantes.

La fragilidad de los valores naturales y los impactos derivados del desarrollo socioeconómico de la población han determinado que muchas de estas especies, algunos de los hábitats y determinadas porciones del paisaje, se encuentren seriamente amenazados. El recurso natural, por otra parte, se revela cada día como la mejor apuesta de futuro. Pero ello pasa por una decidida ordenación de las actuaciones en el teritorio, con las medidas de prevención de posibles impactos, de seguimiento y control de los usos y aprovechamientos y de concienciación de la ciudadanía ante los problemas y riesgos ambientales.

Estas actuaciones han de combinarse con un desarrollo armónico y compatible con la conservación, especialmente en los casos de poblaciones rurales cuya calidad de vida ha de elevarse sin que ello suponga un compromiso para la preservación de los recursos naturales. Así pues: restauración y conservación, corrección de impactos y educación son los ejes prioritarios del Plan canario de Medio Ambiente. El Plan que se presenta, pretende ofertar primordialmente un debate sobre las líneas prioritarias de actuacíon, que modifique los hábitos y actuaciones, tanto individuales como colectivos, particulares y públicos, que tienda a satisfacer las necesidades presentes sin superar la capacidad de regeneración de los recursos naturales.

El Gobierno de Canarias, apuesta decididamente porque la variable medioambiental constituya una presencia permanente y destacada en cada una de sus acciones y proyectos. El Programa Medioambiental de Canarias es solo el inicio y una pieza más de un enorme engranaje.