Aitor Núñez debutaba ayer en Liga con el Tenerife. 50 partidos habían pasado, pero esa conquista personal no le servía de consuelo. Acabó exhausto. "Yo quería, pero las piernas no podían", confesó. Y muy afectado por la derrota. "Es un día triste. Es un pasito más atrás que damos. Otra oportunidad en nuestro campo que nos está costando muchísimo", admitió. Eso sí, luego recordó que aún "hay oportunidades" para lograr la permanencia y el equipo está obligado a "agarrarse a ellas". "Aunque es verdad que es muy difícil conseguirlo", puntualizó. La clave, prosiguió, es que el equipo recupere la confianza en si mismo. Y en el Heliodoro les es más difícil lograrlo. "Nos cuesta enlazar juego y somos más timoratos", apuntó, antes de dejar claro que en ningún caso han sentido vergüenza, "sino frustración y tristeza" al ver que no revierten la dinámica negativa en la que están inmersos.