Argeo Peña es un emprendedor de 38 años que hace unos meses decidió unir una pasión, la caza con perros, y un trabajo, la carnicería, para montar un negocio que ya empieza a dar sus frutos. Después de intentar consolidarse en el mundo empresarial con dos carnicerías convencionales que tuvo que cerrar "por las vacas locas y por una mala elección de la ubicación del local", Argeo Peña ha decidido buscar unos clientes más fieles que los humanos y ahora se dedica a vender, únicamente, carne para perros.

Hijo del propietario de un matadero, que ya vendía a pequeña escala carne para los perros de caza, Peña ha optado por crear un servicio pionero de venta a domicilio de carne en perfecto estado, adecuada incluso para el consumo humano, pero destinada a alimentar a perros, la mayoría dedicados a la actividad cinegética.

Embolsa y reparte

Peña compra, embolsa y reparte carne que no tiene mucha salida para el consumo de las personas, como los cuellos de pollo. En la actualidad, este emprendedor tinerfeño dispone de dos camiones frigoríficos con los que realiza el reparto de su carne para perros por el Norte y el Sur de la Isla, donde, curiosamente, tiene más clientes que en su zona de residencia.

De momento, la empresa de Peña reparte semanalmente carne para los perros de casi un centenar de clientes, la mayoría cazadores, "que prefieren la carne al pienso, no sólo porque es más barato, sino porque los piensos industriales dan mucha sed a los animales y eso se nota cuando salen al campo".

Peña, que montó su primer negocio con sólo 25 años de edad, subraya que su actividad ofrece un servicio novedoso que, además, permite aprovechar una carne en perfecto estado que, en la mayoría de los casos, estaría condenada a terminar en la basura por la falta de clientes dispuestos a comprarla.

La idea de esta curiosa iniciativa surgió de una apuesta en un día de caza en el sur de la Isla. Un amigo le planteó un reto a Argeo Peña: "Si me consigues 500 kilos de carne, te regalo una buena perra de caza". Este emprendedor cumplió con creces su parte y ahora, cada semana, reparte por la Isla miles de kilos de carne para alimentar a centenares de perros, que, según sostiene, "ahora comen y cazan mejor".