Protestaban besándose, frente al parlamento, contra una ley que va a prohibirles hacerlo. Pero la protesta no ha durado mucho. Ha habido golpes, empujones, insultos y cabezazos contra ellos. Y todo porque se oponen a una ley que, si se aprueba, castigará con una multa a los homosexuales que se besen en lugares públicos y prohibirá cualquier campaña de apoyo a los derechos de gays y lesbianas.