Santiago del Teide afronta «un proyecto de renaturalización del espacio con el que pretendemos no solo legalizar la situación de la plaza, sino devolver a su estado natural esa franja de la costa», explica el alcalde del municipio, Emilio Navarro. Habla del proyecto de la plaza y entorno de Puerto de Santiago, zona para la que «se diseña una solución competitiva, que responde a los estándares de calidad turística y sostenibilidad que exigen los programas de financiación regional, nacional e internacional».
El ámbito de actuación tiene una superficie aproximada de 10.000 metros cuadrados y se plantean cinco acciones: la conexión vertical con el núcleo tradicional; la regeneración del talud con vegetación endémica, captadores de agua y diseño de itinerarios de conexión vertical; el rediseño de la plaza, incorporando un aparcamiento bajo superficie (con 200 estacionamientos distribuidos en dos plantas) y una zona de intercambio modal con la lanzadera de conexión litoral Puerto de los Gigantes-Plaza de Santiago; la proyección de un espacio libre que incorpore dotaciones públicas como quioscos, oficinas de turismo, etc.; y la adecuación de la cala existente como zona de baño.
El nuevo espacio multifuncional y urbano resultante permitirá acoger las actividades y necesidades no solo de los residentes, sino que enriquecerá la oferta turística. Para ello, se propone una gran plaza como elemento conector entre la trama urbana y la costa, que además de articular, estructurar y ordenar las actividades y usos del lugar, conectará –en la medida de lo posible– este nuevo espacio con los existentes generando un paseo marítimo.
Se dispone de un intercambiador al nivel de la avenida, para la llegada y salida de visitantes en guaguas, taxis, bicicletas y peatonal. Asimismo, se construirá un nuevo parking de dos plantas bajo rasante, ocupando la sección actual del viario y resolviendo la necesidad de aparcamientos.
El proyecto básico, con el que ya cuenta el Ayuntamiento de Santiago del Teide, articula equipamientos integrados para la plaza y las zonas verdes: dotaciones públicas, como quioscos y oficinas de turismo, así como pequeñas zonas comerciales vinculadas al ocio y la restauración.
La construcción.
Le edificación proyectada en tres niveles «podría recordar las formas naturales de las coladas volcánicas de la Isla en contacto con el mar». El primer nivel, el de la cota superior, es el que «resuelve el problema del aparcamiento, la apertura real de un frente marítimo que vincule adecuadamente el entorno y que invite al paseo y a la estancia».
El segundo nivel, el de la cota intermedia, facilita la recuperación del litoral incluyendo el aparcamiento subterráneo, que libera la cota superior de los automóviles, así como un gran área donde se puedan celebrar todo tipo de eventos, tal y como ocurre en la actualidad. Entre ambos usos, se introduce una línea de comercios que garantizará la actividad y complementará las necesidades del entorno.
El tercer nivel, el de la cota inferior, es el espacio de transición entre lo construido y el mar. Para ello, se generan unas áreas de estancia para uso del bañista así como una accesibilidad a la playa actualmente casi en desuso.
Conectividad.
La Avenida Marítima tendrá a este nivel solo un carril de carácter rodonal, con regulación del tráfico exclusivamente para el transporte público (taxis), vehículos de emergencia y residentes que accedan a sus garajes. Para ello, la vía se reduce a sentido único en dirección sur-norte hacia Los Gigantes y se desviará el tráfico creando un anillo por las calles Antonio González Barrios y Caleta Jurado, en el frente de la plaza de Puerto Santiago, transformándola en una gran vía de un solo sentido, reduciendo la sección de la calzada y eliminando los aparcamientos en superficie.
La costa.
La regeneración litoral pretendida abarca desde Puerto de Santiago hasta La Hondura. La recuperación de las calas para el uso público, potenciar el tráfico peatonal y el disfrute de las personas, la reconstrucción de las coladas del lugar para facilitar el paso de las personas, preparar pequeñas plataformas de conexión con el mar para su disfrute y el aprovechamiento de las vistas de este frente costero es el propósito en esta materia. De hecho, se plantea dragar el barranco porque ello acercaría el mar al pueblo.
A 9.132.500 euros asciende el presupuesto estimado de esta obra. Emilio Navarro entiende que «estamos ante un proyecto de gran importancia para el municipio y su economía y por su repercusión en la revalorización de nuestra zona turística».
