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Nazaret Pérez, junto a su pareja, Ruymán, en la finca de Tejina que va a poner en producción como operadora ecológica. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Una apuesta ilusionada por la agricultura como forma de vida

Nazaret Pérez afronta como operadora ecológica la aventura en una finca en Tejina

Nazaret Pérez tiene 34 años y una enorme ilusión por afrontar la puesta en producción de una finca de 13.000 metros cuadrados en Tejina, La Laguna. Junto a su pareja, Ruymán Gómez, también de 34, espera acondicionarla antes de fin de año para cultivar hortalizas y frutas de temporada porque «cada época del año tiene su cultivo». Cuenta con el título de operadora ecológica y esa peculiaridad tendrán los productos que recolecte en el futuro. Ambos jóvenes tiene antecedentes familiares en el trabajo del campo. Optaron a la línea de ayudas de Gesplan para el asesoramiento en la creación de empresas para incentivar a creación de empresas para personas de entre 18 y 40 años. Les fue concedida la subvención y se lanzaron a la aventura. Están actualmente en el proceso de iniciar la reforma del terreno.

Ruymán es tejinero y Nazaret de Tegueste. Él tenía un taller de mecánica que cerró por la crisis y ella trabaja en una clínica de Medicina Estética. Tienen una niña en común, Aurora, que esperan ver crecer en contacto directo con la naturaleza.

En régimen de alquiler

En realidad se trata de tres fincas ubicadas en la zona de El Riego, la mayor ya mencionada y otras dos de 3.000 y 3.200 metros cuadrados respectivamente. Las van a trabajar en régimen de alquiler.

«Llevamos un poco de retraso –explica Nazaret–, porque hay que hacer obras como la reparación de los invernaderos y la tierra estaba muy abandonada». Añade: «Partimos desde cero y con el sello ecológico que concede el Gobierno de Canarias». Resume: «Es un reto y una ilusión».

Nazaret tiene un puesto en el Mercadillo de Tegueste donde comercializará sus productos de forma directa. Aseguran que «hay que tener dinero para lanzarse. Nos dan 45.000 euros pero es a posteriori y hay que justificar todos los gastos». La característica de ecológica «nos dio más puntos en el baremo para la subvención». Gesplan se ocupa de elaborar el plan de viabilidad.

Estos jóvenes que forman parte del tan necesario relevo generacional en la agricultura valoran el trabajo en el campo como «duro y sacrificado» pero «también da satisfacciones». Nazaret explica: «Me quedé embarazada cuando trabajaba en la clínica y quise huir de horarios para tener libertad». Aquí también lo hay pero es diferente». Reitera que «queremos que nuestra hija crezca pegada a la tierra porque eso da otros valores. Es una cultura y una forma de vida que nos gusta»

El proceso ha sido largo, de años, hasta llegar a vislumbrar muy cerca el final que, apuntan, «será el principio. Durante los últimos años han trabajado en otras fincas de la comarca Nordeste de la Isla de Tenerife.

Todos los días contemplan el cielo para ver si llueve «y no tener que ir ese día regar». Las vistas desde al finca son espectaculares con el mar y el Teide como paisaje de fondo. La filosofía es «pocos metros cuadrados pero calidad del producto», apunta la joven agricultora quien adelanta como novedad que «vamos a plantar papayas a ver cómo se da». Comentan como curiosidad que los periódicos les valen para sellar las atarjeas y que no se salga el agua tan preciada. Entienden Ruymán y Nazaret que «hay que quitar intemediación en el proceso de comercialización porque en esta situación de crisis es hora de que el agricultor tome el mando». Valoran que «no se trata solo de la ayuda, aunque sea fundamental, sino de continuar una cadena que viene de siglos atrás».

Consideran que «la tierra es fértil en esta zona; no da para hacerte rico pero sí para vivir con dignidad esforzándote». Van a recolectar tanto en medianías como cerca de la costa y apuntan que «el salitre le da un saborcito especial a los tomates».

Nazaret considera que «se está dado una vuelta al campo y se nota en la mucha gente que se presenta a estas ayudas». Respecto a la situación actual de crisis con el conflicto de Ucrania y los problemas del transporte valoran que «sin desear al daño a nadie, nos beneficia como se ha demostrado a lo largo de la historia, por ejemplo durante la I Guerra Mundial. Tenemos una posición geográfica estratégica en medio del mar y debemos aprovecharla».

El apoyo del Cabildo

El área de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo tinerfeño focaliza la solución a la falta de relevo generacional del campo en el refuerzo del apoyo técnico y la gestión económica para hacer más cómoda la incorporación de los jóvenes, así como el mantenimiento de su actividad empresarial, mediante el aumento de la profesionalización y la capacitación técnica. Más de 200 actividades formativas de la red de extensiones agrarias, con personal cualificado, permiten asesorarlos. Lo explica el consejero insular Javier Parrilla, quien menciona también los Premios Agro joven dotados con 20.000 euros o la novedad este año, la convocatoria de ayudas para la recuperación y puesta en cultivo de tierras en situación de abandono con un presupuesto de 48.730 euros. Sin olvidar las Becas Agroalimentarias José Luis Porcuna, con una partida de 21.600 euros, o la colaboración con los centros educativos de la Isla vinculadas a las profesiones agrarias. Un conjunto de actividades con una ficha financiera total de 200.000 euros este año.

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