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Un mural con ocho historias

En la obra se representan las imágenes de vecinos elegidas tras recoger sus historias en un documental que completa el proyecto

Michel Díaz ante una panorámica de una obra que concluirá en tres semanas. Mercedes Menéndez

El trabajo duro, la lucha por salir adelante, las partes atávicas del ser humano, la colaboración entre marineros y la crudeza de la profesión en tiempo de posguerra son la esencia del proyecto que desarrollan Michel Díaz y Natalia Real en el muelle del pueblo pesquero de Los Abrigos

Michel Díaz y Natalia Real están a punto de culminar el reto de completar el mural «de un puerto con mucho romanticismo y tradiciones muy atávicas en este marco del Sur»: Los Abrigos. En los 385 metros cuadrados del muro de su muelle pesquero, esta pareja –asturiano y tinerfeña– pinta «la vida» del pueblo a través de ocho personas que representan ocho historias especiales. Las mismas que sus protagonistas o allegados cuentan ante las cámaras para el documental que se graba en paralelo y que completa el proyecto que respalda el Ayuntamiento de Granadilla de Abona. «La obra parece acabada, pero falta definir», trabajo en el que emplearán tres semanas.

El mural ya es un foco de atracción y un punto de paso de los vecinos y hasta de sus protagonistas. Como Sebastián, un marinero y pescador de 83 años de quien Michel Díaz se muestra admirador: «Tiene una historia preciosa desde su nacimiento». Cuenta que su madre, esposa de pescador, caminaba la comarca hasta Vilaflor vendiendo pescado. «Se puso de parte en Atogo, donde dio a luz, partió el cordón umbilical con dos piedras y lo envolvió con las mantas del pescado». Es una de las figuras del mural.

Antonio Celso Marcelino, de 89 años, es uno de los últimos carpinteros de ribera. «No sabe ni leer, ni escribir y es de los mejores en una profesión que en otros puntos, como Asturias y Bilbao, estudian en Estados Unidos». Es otra de las figuras y habitual del muelle.

Juanita tiene 86 años. Su imagen también destaca en el mural porque aparece, además, junto a su cuñada y su hija María «como en una foto de hace 40 años, cuando vendían pescado».

Albert, un joven de 20 años, acudió un día hasta el muelle de su pueblo a limpiar el barco de pesca. Mientras lo hacía, resbaló, se dio un golpe en la cabeza y se ahogó. «Es un hecho muy sentido por los pescadores de Los Abrigos y en respuesta a su petición, está retratado en el mural».

Un mural con ocho historias

Como Manuel Díaz, «el jefe de la Cofradía». Definido como «un hombre que hizo muchísimo por el pueblo y el puerto de Los Abrigos y del que todos hablan maravillas», dice Michel, quien agradece su colaboración y del que afirma que es «de los que tiran para adelante por este lugar en un momento tan complicado».

Y Blas, un marinero fallecido hace cinco años, a los 53, «muy querido por Los Abrigos», que aparece con dos pulpos en la mano subido a su barco.

Como en todo pueblo pesquero, la Virgen del Carmen está muy presente y eso se reflejará en el documental. Michel y Natalia la incluyen como parte de esta obra que reserva un rincón especial para los marineros. «Desde el frontal no se visualizará, pero sí lo verán los pescadores al salir y llegar. Ahí pintamos a San Blas, el protector de los ahogados», otra referencia a las devociones de Los Abrigos.

El trabajo de campo permitió a Michel y Natalia un conocimiento más personal y profundo de la historia y el modo de vivir de esta localidad de Granadilla de Abona. En el mural del muelle de Los Abrigos se refleja «un estilo de vida que se está acabando. Tratamos de contar cosas que las generaciones actuales están eliminando de sus vidas, como los poemas perdidos porque las mujeres del mar que los transmitían ya no están». Michel agradece la vivencia porque «en este mundo de tecnología y de una vida veloz, la experiencia de pintar el muelle y de estar en contacto con la gente de este pueblo te pausa y te devuelve a lo humano, a la normalidad».

Antonio Celso Marcelino, de 89 años y uno de los últimos carpinteros de ribera. Mercedes Menéndez

Comienzo y condiciones

Desde mediados de diciembre de 2021 está en marcha este proyecto. Comenzó con las entrevistas a los habitantes de la zona y subsanando los deperfectos del muro para crear la superficie, labor que hicieron Michel y Natalia. En todo este tiempo, residen en una furgoneta debidamente acondicionada en el muelle de Los Abrigos. «Nos levantamos a las siete de la mañana para aprovechar las primeras horas del día para pintar y avanzar». Lo cuenta Michel sin que ello sea una queja.

«Hay mucho trasiego y muchos turistas que preguntan muchísimo y te entretienen. Eso nos hace estar muy contentos, porque refleja que la obra interesa y gusta, pero nos ocasiona muchos parones». Lo suplen alargando la jornada iluminándose con focos, «aunque ahora las tardes empezarán a ser más largas por el cambio de horario».

Michel Díaz se muestra entusiasmado con este proyecto y su resultado pero, de forma especial, con la experiencia del contacto con la población de Los Abrigos. «Casi siempre pinto fachadas, espacios en los que estás un poco apartado de la gente. Aquí acuden, te preguntan, te pican y te felicitan, pero uno está trabajando y no es lo mismo». Sin embargo, vivir en el propio puerto «nos hace sentir la amabilidad de los vecinos hasta el punto de crear un vínculo. Todo los días nos vienen a ver, nos traen comida... Es muy emocionante, nos cuidan mucho. Son gente maravillosa. Nos hacen sentir uno más del pueblo. Eso se plasma en el mural».

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