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Biodiversidad | Los ejemplares más especiales de la flora tinerfeña

Los ocho árboles más singulares de Tenerife

El descubrimiento en el Parque Nacional del Teide del árbol más viejo de Europa destapa el gran valor de otros ejemplares de la Isla

Pino Esrengado Andrés Gutiérrez

«Mi patria no es el mundo, mi patria no es Europa, mi patria es de un almendro; la dulce, fresca, inolvidable sombra». Canarias, uno de los poemas más célebres de las Islas, de Nicolás Estévanez, cita a un árbol. Ese almendro, que se cree estaba en una casona de la actual avenida de Los Menceyes de La Laguna –Casa Borges-Estévanez– donde el poeta, militar y político pasó parte de su infancia, ya no existe. Pero hay otros árboles en Tenerife que llaman la atención de los biólogos por su singularidad.  

El reciente hallazgo en la Isla del árbol más antiguo de Europa –en el Parque Nacional del Teide, un ejemplar de cedro de 1.481 años– y la presencia de dos ejemplares tinerfeños en el concurso del Árbol del Año en España –el Drago Milenario y el Pino Esrengado– refuerzan la riqueza de estas rarezas de la flora isleña. En toda la masa vegetal de Tenerife hay 292 árboles declarados singulares pero ocho sobresalen por encima del resto, según destacan los expertos. Estos son:

Pino Esrengado Andrés Gutiérrez Taberne

1. Pino Esrengado

En los altos de Arico, en el caserío de El Bueno, «sobrevive un pino aislado de extraño porte abanderado, un árbol de aspecto rectante cuya copa crece horizontalmente hacia el oeste». Así se describe al Pino Esrengado en el certamen del Árbol del Año de España 2022. «Deja entrever un enorme arco leñoso que ramifica en un laberinto de múltiples formas, algunas circulares, para acabar besando el árido suelo color crema», añade la referencia. Este árbol reptante representa a una especie autóctona de las Islas, el pino canario, único porque que resiste al fuego. Este característico ejemplar se diferencia del resto por su extraña forma, creada posiblemente por su adaptación al entorno ventoso de la zona. José Alberto Delgado, biólogo responsable de la Unidad de Biodiversidad del Cabildo de Tenerife, cree que «también podría haber sido doblado desde que lo plantaron». Mide 10 metros y, además, posee una copa que crece de manera horizontal hacia el oeste. Fue un aspirante al concurso Árbol del Año 2022. Quedó octavo entre once candidatos, con 1.081 votos.

Drago Milenario Andrés Gutiérrez

2. Drago Milenario

El Drago Milenario, junto a la plaza de San Marcos, en el municipio de Icod de los Vinos, es el ejemplar endémico de Dracaena draco más emblemático de Canarias. Aunque su nombre sugiere que tiene más de mil años, realmente se desconoce la edad de este ejemplar. El biólogo José Alberto Delgado afirma que «aunque no lo parezca, los dragos se encuentran en peligro de extinción». El Drago Milenario es tan admirado que se modificó la carretera general para resguardarlo del tráfico. Además de ser un árbol de enorme belleza, es una de las imágenes icónicas de Tenerife para los turistas que la visitan y muy importante de la economía de Icod. A su alrededor se creó un parque y crece la economía. Se trata de un jardín de endemismos donde se observan pequeños dragos, cardones y tabaibas. Tiene una altura de 20 metros y un peso de 40 toneladas. El interior de su tronco es ahuecado. Posee un gran espacio al que se puede acceder por una puerta, donde se encuentra un termómetro y un higrómetro para controlar la humedad. Así también permite la aireación de las raíces. La construcción de un muro de piedra generó una fuerte polémica entre los vecinos ya que impedía su observación desde la plaza de San Marcos. Finalmente se quitó. Para su protección, se creó una comisión de expertos. También fue aspirante en el concurso del Árbol del Año 2022. Quedó tercero con 5.091 puntos.

Tabaiba Dulce de Los Baldíos

Tabaiba Dulce de Los Baldíos

3. Tabaiba Dulce de Los Baldíos

En un solar de Los Baldíos, en el municipio de La Laguna, se encuentra un enorme ejemplar de tabaiba dulce (Euphorbia balsamífera), considerado por los expertos como uno de los árboles más singulares de la Isla. Posee una altura de 6 metros. Según cuenta el biólogo José Alberto Delgado, «crecer en el suelo correcto hace que tenga esas dimensiones». Presenta algunas cicatrices por cortes realizados en el pasado, ya que antiguamente se extraía látex de estos ejemplares, pero sobrevive. Pertenece a una especie nativa del norte de África y el ejemplar en cuestión está inclinado hacia el sur. Se presenta apoyado sobre un muro de piedra y una penca. La Asociación de Vecinos de Los Baldíos ha pedido la remodelación del lugar en el que se encuentra para destacar su importancia. 

‘Bárbol’, el más antiguo de Europa

‘Bárbol’, el más antiguo de Europa

4. ‘Bárbol’, el más antiguo de Europa

A finales de enero se descubrió la extraordinaria antigüedad de un cedro (Juniperus cedrus) del Parque Nacional del Teide, oculto en un paraje escarpado, al que se ha puesto el nombre de Bárbol por un personaje de la película El Señor de los Anillos. Está considerado el árbol más antiguo de Europa. Se estima que su edad ronda los 1.481 años. Sus descubridores han preferido no revelar su ubicación para evitar la acción de noveleros y vándalos. Un estudio de un grupo de investigadores del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de la Universidad de Valladolid, la Universidad Rey Juan Carlos y el Parque Nacional del Teide, publicado en la revista científica Ecology de la Ecological Society of America, realizó este descubrimiento.

Viñátigos Centenarios de Agua García

Viñátigos Centenarios de Agua García Delia Padrón

5. Viñátigos Centenarios de Agua García

En el monte de Agua García, dentro del municipio de Tacoronte, se encuentran los Viñátigos Centenarios, de la especie Persea indica. Se localizan en el Sendero de los Guardianes Centenarios, como también se les llama. Durante la ruta, se puede observar toda la riqueza de la variedad de especies del entorno. Se aprecian muchos laureles, brezos y follaos. En el pasado, estos últimos eran el sustituto del papel higiénico. Y, sobre todo, se encuentran estos ejemplares de viñátigos de gran riqueza. Sobresalen dos ejemplares. El primero está en el lado oeste de la ladera. Destaca por su gran porte, con un tronco de enormes proporciones y una altura de 8 metros. Además, sirve de base a otras plantas. El segundo y todavía más imponente se localiza en la ladera este. Este viñátigo se sitúa junto a unas cuevas artificiales. Cuenta con una altura aproximada de 10 metros. El viñátigo sirve de alimento a las ratas de bosque, que se emborrachan porque la savia contiene propiedades alucinógenas. Además, a estos antecesores del aguacate se les llamaba «la caoba de Canarias» por la excelente calidad de la madera, que se empleaba para fabricar muebles nobles.

Pino Gordo de Vilaflor

Pino Gordo de Vilaflor

6. Pino Gordo de Vilaflor

El famoso Pino Gordo o Pino de Las Dos Pernadas se encuentra en el municipio tinerfeño de Vilaflor. Este pino canario (Pinus canariensis) sobresale de entre los más de 21 millones de pinos canarios adultos que se estima hay en las Islas. Se encuentra a las afueras del casco histórico de Vilaflor, en una zona acotada a su alrededor a modo de mirador para destacar su valor, próxima a la carretera general TF-21. Tiene tanta importancia para el municipio que forma parte de su escudo. Las medidas que presenta son muy llamativas: mide 45 metros de alto y 9,6 metros de circunferencia. «Si no estuviera rodeado de árboles, podría haber crecido incluso mucho más», afirma el experto José Alberto Delgado. En su tallo se puede observar cómo el paso del tiempo ha dejado marcas, como los incendios. El Pino Gordo de Vilaflor presenta una ramificación particular que caracteriza su estructura: posee una copa muy abierta y se divide en tres grandes columnas a partir de los 5 metros. Este ejemplar está en muy buen estado de conservación, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de los pinos centenarios del Archipiélago. Nunca ha sido maltratado por el hacha. Se le considera el segundo árbol autóctono más alto de España.

Pino de La Victoria

Pino de La Victoria

7. Pino de La Victoria

Este ejemplar de pino canario (Pinus canariensis) tiene más de 500 años. Se encuentra en la parte trasera de la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en La Victoria de Acentejo. Su valía se encuentra, principalmente, en su interés histórico. Teniendo en cuenta los antiguos escritos de la conocida como Batalla de la Victoria de Acentejo, que enfrentó a los invasores castellanos con los guanches el 25 de diciembre de 1495, Alonso Fernández de Lugo y sus tropas castellanas oficiaron la primera misa en este árbol tras el triunfo. Poco después, el conquistador decidió construir una ermita al lado de este ejemplar. Todo ello, bajo la advocación de la Reina de Los Ángeles con el título de La Victoria junto al pino. El suelo de esta zona está muy comprimido y seco. Tiene una altura de 18 metros. En una de sus ramas, actualmente inexistente, se colgó la campana que oficiaría la eucaristía. En la primera ramificación, una de sus ramas principales fue cortada por alguna causa desconocida y aparece podrida su raíz. Su tronco posee una corteza que se desprende con mucha facilidad. Es todo un símbolo para el municipio victoriero por su valor histórico y porque, además, ha sobrevivido al paso del tiempo. Aparece en el escudo del municipio de La Victoria de Acentejo.

Madroño Centenario del Barranco de Ruiz

Madroño Centenario del Barranco de Ruiz

8. Madroño Centenario del Barranco de Ruiz

Este madroño canario (de la especie Arbutus canariensis) se localiza en el Barranco de Ruiz. En el municipio de Los Realejos, junto a una zona de huertas abandonadas. Por ello, se estima que fue respetado durante la actividad agrícola. Tiene una altura de 14 metros. Es uno de los mayores ejemplares que se encuentra en las Islas Canarias. Cuenta con tres ramas principales y una en su lateral. Un elemento muy característico de esta especie es su corteza. Esta tiene una textura bastante lisa y se resquebraja en grandes capas de forma continuada. Existen dos ejemplares cercanos que también son de notables dimensiones. Además, sus flores derivan en frutos comestibles de color naranja que poseen alcohol. Los guanches lo consumían habitualmente. Porque, cuando están maduros, tienen un sabor bastante dulce. De igual forma, algunos autores relacionan al madroño con el árbol de las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, nombrado en la mitología griega.

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