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El mirador de La Atalaya, en el municipio de El Tanque, ofrece unas vistas espectaculares de Garachico y la Isla Baja.María Pisaca

Isla Baja

El Tanque tendrá este año el proyecto del mirador con plataforma suspendida

La alcaldesa, Esther Morales, confía en que el documento esté terminado en un plazo de cuatro meses | La iniciativa pretende convertir La Atalaya en un atractivo turístico

El Tanque tendrá este año el proyecto de mirador con plataforma suspendida que pretende dejar atrás la fallida actuación en La Atalaya y convertir este balcón sobre la Isla Baja en un atractivo turístico capaz de poner al municipio en el mapa de las visitas obligadas en Tenerife. La alcaldesa tanquera, Esther Morales (PSOE), estuvo esta semana en una reunión de coordinación con la empresa pública Gestur Canarias para analizar los últimos avances de un proyecto que confía que esté concluido en un plazo de unos cuatro meses, «si no surgen inconvenientes».

Morales reconoce que «se trata de una de las iniciativas más ambiciosas de los últimos años en El Tanque, debido a la orografía del terreno, que requiere una alta implicación técnica para poder potenciar un espacio con muchísima proyección turística y paisajística». Los trabajos se han encomendado a Gestur, gracias a una subvención de 50.000 euros del Gobierno de Canarias. La entidad pública trabaja en esta actuación desde julio de 2021.

El proyecto prevé acciones de limpieza del entorno; la mejora y acondicionamiento del acceso peatonal, que es uno de los grandes obstáculos a superar; el acondicionamiento de una cafetería mirador y de una plataforma-mirador flotante. La cafetería existente en el mirador de La Atalaya cumple 20 años cerrada en 2022. Toda la instalación costó unos 400.000 euros y, pese a que el Ayuntamiento lo ha intentado en varias ocasiones, el negocio nunca ha podido adjudicarse. Incluso se llegó a plantear su reconversión en un albergue para senderistas. Una idea descartada.

Tanto el Ayuntamiento tanquero como la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias comparten el convencimiento de que esta intervención sí permitirá «potenciar los principales activos turísticos locales gracias a un proyecto que aspira a transformar la zona en un lugar único en Tenerife», según ha subrayado el consejero regional José Antonio Valbuena (PSOE).

Esther Morales no ha escondido que la principal inspiración de esta idea es el mirador de Abrante, en el municipio de Agulo, en La Gomera. En La Atalaya, sus fortalezas están en las excepcionales vistas de la Isla Baja y del casco de Garachico, así como en sus vínculos con la historia de la comarca por los viejos lavaderos y por su uso durante siglos como puesto de vigilancia ante posibles ataques de piratas.

Los tres grandes problemas del mirador de La Atalaya son la lejanía, la accesibilidad y la falta de aparcamiento. Para llegar a La Atalaya desde Garachico es necesario conducir durante casi nueve kilómetros por la sinuosa y deteriorada carretera TF-421 o dar un gran rodeo de casi 13 kilómetros por Icod de los Vinos, San Juan del Reparo y El Tanque. Al llegar a la calle La Atalaya, estrecha y sin salida, no hay ni una plaza de aparcamiento reservada para acudir al mirador, que sólo es accesible a pie tras bajar unos 150 metros por un camino no apto para sillas de ruedas, carritos de bebé ni personas con movilidad reducida. Este proyecto pretende acabar al menos con los problemas de accesibilidad. Respecto a la distancia, se pretende compensar con el atractivo que ejercerá la pasarela suspendida, tal y como ocurre en el mirador de Abrante. El Consistorio trabaja de forma paralela en la búsqueda de fondos para la ejecución final del proyecto y para la adquisición de terrenos anexos a la TF-421 para aparcamientos.

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