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JUICIO POR VIOLENCIA MACHISTA EN MIRAMAR

María Tatiana: "Si lo hubiera denunciado me hubiese matado a mí y a mis tres hijos"

La víctima del intento de asesinato afirma en el juicio que vivía en un "auténtico infierno"

El acusado ante los magistrados de la Sección V de la Audiencia Provincial

La víctima de un intento de asesinato por parte de su pareja en el barrio de Miramar, en el Distrito de Ofra, en Santa Cruz de Tenerife, declaró este jueves que tenía miedo a denunciar al acusado, pues "me hubiese matado a mí y a mis hijos". Así se expresa la mujer que en la mañana del 3 de mayo del 2020 estuvo a punto de morir tras ser apuñalada y degollada por parte de la persona con la que mantenía una relación sentimental desde hacía una década y con quien tenía tres hijos en común, de nueve y siete años en aquel momento.

Hoy comenzó el juicio por los hechos en la Sección V de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Y, a preguntas de la fiscal, la perjudicada comentó que los problemas de pareja, siempre por motivos de celos, existieron desde el comienzo, pero se convirtieron en algo "feo" desde dos años antes y, durante los doce meses previos al suceso, se volvieron "un infierno".

Las discusiones presuntamente iniciadas por Moby M., de origen nigeriano, eran continuas, tanto a solas como si los menores se hallaban delante. La afectada explicó que su novio la acusaba de estar con otros hombres por dinero, de tener otra relación, de que trabajaba y de que tenía amigas. Por ese motivo, Tatiana cortó su vínculo con amistades y dejó de tener una relación tan cercana con su familia. En el momento en que ocurrió la violenta agresión con arma blanca, ambos se hallaban desempleados. A raíz de la declaración del estado de alarma, ella se quedó sin trabajo.

La víctima relató que, a comienzos de mayo del año pasado, en pleno confinamiento, el ahora acusado no quería ir al supermercado por miedo a contagiarse del covid-19, pero si su pareja acudía a comprar comida a dicho establecimiento y se estaba treinta minutos, le echaba en cara que tardaba mucho y estaba con otro hombre.

Las discusiones en la semana previa al día del suceso fueron constantes, hasta el punto de que el presunto autor no la dejaba dormir, para repetirle las mismas acusaciones de siempre, según afirmó la afectada. Para evitar aumentar la ira del individuo y favorecer que se tranquilizara, era ella la que, en ocasiones, le pedía perdón a él. Y varias veces el individuo le había dicho que, "si lo dejaba, me mataba a mí y a mis hijos".

El viernes 1 de mayo, Tatiana salió por la tarde-noche y decidió dormir en otro domicilio para poder descansar de manera adecuada durante varias horas seguidas. Regresó al domicilio familiar en la mañana del sábado. En esa jornada no hubo discusiones y Moby se mostró tranquilo. Ya por la noche, la mujer le expresó, de manera sutil, su intención de dejar la relación y que fuera el varón quien se quedara al cargo de los tres niños.

Tras prometerle que iba a cambiar, el varón le realizó tocamientos a su pareja para intentar tener relaciones sexuales, pero ella lo advirtió de que le había dicho algo "muy serio" y que no deseaba las mismas.

A las 6:45 horas del domingo 3 de mayo, Moby M. se levantó y fue a la cocina, donde cogió el cuchillo más grande, de mango rosado y usado para cortar la carne. Después, presuntamente cerró con llave la puerta de la vivienda. A continuación, se dirigió al dormitorio donde se hallaba Tatiana y cerró la puerta. Tras no dejarla salir del cuarto, el ahora acusado sacó el arma blanca. Y le dijo: "primero te mato antes de que te vayas con otro". La víctima reculó hacia una ventana y, cerca de la pared, le asestó la primera cuchillada en el abdomen. La afectada comenzó a gritar y hasta la habitación se acercaron los niños, que también empezaron a dar gritos y pedir a su padre que no atacara a su progenitora.

A partir de ese momento, entre los adultos se produjo un fuerte forcejeo, en el que Tatiana luchaba por salvar la vida. En un momento dado, la afectada logró salir por el pasillo corriendo, donde se cayó. Durante ese tiempo, el implicado no dejó de provocarle cortes y puñaladas en el cuello, el abdomen y el tórax, así como en los brazos. Y después la perjudicada alcanzó la puerta del piso, donde comprobó que estaba cerrada y que no podía huir ni pedir auxilio. Ese momento fue aprovechado por el varón para agarrarla por el pelo y provocarle un importante corte en el cuello al estar situado a su espalda.

Después, el individuo cogió ropa y a la niña pequeña y huyó de la vivienda. La mujer y sus dos hijos mayores salieron al pasillo para pedir ayuda. La víctima tocó el timbre de la vecina, que no abrió en un primer momento. Y después fue uno de sus hijos quien pidió la ayuda de otra residente en el edificio. Esta ciudadana abrió la puerta y el niño le dijo: "Mi padre ha matado a mi madre". Y le mostró el lugar donde se hallaba su progenitora. Tatiana estaba sentada junto al ascensor, con un profundo corte en el cuello, por el que perdía gran cantidad de sangre.

Al escuchar los gritos de la víctima y los pequeños, varios vecinos del edificio en el que ocurrieron los hechos acudieron al lugar, auxiliaron a Tatiana y varios de ellos avisaron a la sala del 1-1-2, así como al 091 (la Policía Nacional).

Fue uno de los hijos de la perjudicada quien habló con un mando de la Policía Local, sacó una fotografía para identificar a su padre, le dijo cómo iba vestido y las características físicas. Y, además, señaló que su progenitor había escapado en un coche, un Seat Ibiza de color rojo. Uno de los agentes municipales señaló que, gracias a esa información, pudo ser interceptado y detenido Moby M. unos 20 minutos después de que produjera la alerta.

Fueron dos motoristas de la Policía Local quienes le dieron el alto. Mientras uno de los funcionarios le apuntaba con su pistola reglamentaria, el otro le leyó sus derechos y le pidió que le enseñara las manos. Entonces, el segundo agente comprobó que tenía un corte profundo en una de ellas.

El mismo menor explicó a la Policía Local dónde comenzó el violento ataque y cuál fue el recorrido de su madre hasta salir de la vivienda. El mando que recogió su testimonio certificó que el rastro de sangre coincidía con las precisas indicaciones del pequeño.

Respecto a Moby M., hace unos 14 años, fue detenido como presunto autor de un delito por la distribución de droga al menudeo. A raíz de dicho arresto, fue condenado a tres años y medio de prisión.

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