La madre de una niña de dos meses denuncia que la Generalitat le ha retirado de forma temporal la custodia de su hija por un posible maltrato si bien ella responsabiliza a una pediatra y al Hospital General de Castellón de los padecimientos de la pequeña.
Desde la Conselleria de Servicios Sociales confirmaron que se ha retirado la guardia y custodia de manera provisional, como medida cautelar para velar por la protección del menor, y que el caso está en manos del juzgado para la valoración y catalogación de las causas y mecanismos de protección, sin desvelar las causas.
La madre señala que el 18 de septiembre fue ingresada para prepararla para el día 19 poderle practicar una cesárea, aplicándole la raquídea y que le hicieron una maniobra --de Kristeller-- desaprobada por la OMS. Asegura que tras el alumbramiento su hija sudaba mucho y su llanto no era común ni normal, pero que le dijeron que era por cólicos o hambre y le daban suplementos o masaje, pero a la hora seguía con el llanto y sudoración. Una situación que, indica, continuó del 19 al 23 de septiembre en que recibió el alta.
Según explica la progenitora, el 4 de octubre acude al control rutinario con pediatría y que le comentan que el llanto y sudoración era normal y que no se alarmara, que era por cólicos de lactante. Sobre el día 8 de octubre a las 21.23 horas señala que acude a urgencias porque la notaba con llanto, sudor, fiebre, dificultad para respirar y las mucosas nasales tapadas, pero que le dan el alta.
El 19 de octubre, de nuevo control pediátrico, dice la mujer, le recetan paracetamol, por llanto y escasa movilidad de la pierna izquierda y le ordena un examen de cadera.
El 23 de octubre, por segunda vez, según su versión, acude por el mismo problema en la extremidad y porque lloraba de forma incontrolable y vomitaba en casi todas las tomas. "Me preguntaban si mi bebé se ha caído o se le realizó algún mal movimiento con su pierna, lo cual niego", asevera. Señala que le hicieron una exploración física y la bebé lloraba en cuanto le tocaban la pierna izquierda. Así, indica, le realizan pruebas (radiografía, ecografía abdominal y cultivo) para descartar alguna infección de cadera. Sale con sospecha de viriasis. El 31 de octubre regresan por tercera vez y un pediatra la ausculta y lo ve todo bien, señalando que los vómitos son regurgitaciones, asevera.
El 6 de noviembre acuden a Urgencias sobre las 3.56 horas donde la atiende una pediatra residente, que le realiza una exploración física. Según su versión, le genera movimientos bruscos con sus piernas hacia dentro y hacia fuera y en ese momento sus signos vitales se alteran y aumentan a 230, la niña llora y se queda morada, pero se calma al darle el pecho. Después con otra compañera vuelven a moverle las piernas y , tras un tiempo, llega personal de traumatología y le realizan otra exploración. Tras revisar el historial clínico le dicen que todo era normal y le dan un papel informativo sobre cólicos de lactante. El mismo día 6 sobre las 19.20 acuden por quinta vez a Urgencias, dice, porque la niña ha amanecido con un abultamiento en el fémur izquierdo y le preguntan si ha tenido algún golpe o maltrato. Una radiografía, apunta la madre, constata fractura de fémur izquierdo.
Protocolo
Le dicen que activarán un protocolo de maltrato para la bebé, que entonces tiene seis semanas. El 8 de noviembre señala que mencionan que van a tratar de descartar posible violación. Tras más pruebas, el 9 de noviembre, dice, le informan que el bebé tiene dos costillas rotas. Según indica, el día 10 le notifican la retirada provisional de la custodia. Desde Sanitat apelan a la protección de la menor y a que la decisión de la fiscalía se ha basado en preceptos legales.