El cadáver de una joven transexual fue encontrada en la madrugada de ayer en una zona común del centro comercial Chaparral, en la urbanización Costa del Silencio, en Arona. La víctima, de origen colombiano, fue hallada en avanzado estado de descomposición por el personal de limpieza del citado recinto pasadas las 6:00 horas. Los investigadores de la Guardia Civil tratan de determinar si hubo muerte violenta, si el fallecimiento ocurrió hace cinco o seis días en el interior de un club de karaoke de la planta baja del complejo y si, horas antes de que se localizara el cuerpo, este fue trasladado por uno o más individuos hasta un pasillo del edificio, porque el olor a putrefacción empezaba a ser insoportable. Varios trabajadores consultados por EL DÍA explicaron que, cuando cerraron sus negocios en la tarde-noche el pasado jueves, el cadáver no estaba allí.

La persona fallecida, de 29 años, tenía el pelo largo y los investigadores trabajan con la hipótesis de que, supuestamente, ejercía la prostitución para sobrevivir y frecuentaba el referido centro comercial, uno de los primeros que hubo en el Sur de Tenerife, en la confluencia de la avenida José Antonio Tavío y la calle Diana.

Por ahora, el asunto se analiza como un homicidio, pero para conocer las circunstancias reales del fallecimiento habrá que esperar al informe preliminar de la autopsia, que se efectuará mañana en el Instituto de Medicina Legal.

Tras la activación de los recursos de seguridad y emergencias, los primeros en llegar fueron policías locales de Arona, que acordonaron el exterior de lo que, hace años, fue un laboratorio fotográfico. Hasta el enclave se desplazaron agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife y del Equipo Territorial de Las Américas, así como profesionales del Laboratorio de Criminalística y dos forenses. El levantamiento del cadáver se llevó a cabo cerca del mediodía por orden de la jueza sustituta del Juzgado de Instrucción número 4 de Arona y la letrada de la Administración de Justicia de dicho órgano.

Y, a partir de ese momento, se hizo la inspección ocular del club de karaoke en el que se sospecha que pudo ocurrir la muerte de la joven. Al mencionado local se accede por un estrecho pasillo, junto a la rampa para la entrada de mercancías. Tras una puerta metálica de color negro existe un espacio en el que cualquier persona puede hacerse socia tras pagar una inscripción y una cuota mensual. En el citado establecimiento, los miembros de la asociación pueden consumir bebidas, bailar o cantar por dicho sistema de entretenimiento. La inspección del local por los agentes de Criminalística se prolongó tanto o más que el análisis del cuerpo, alrededor de unas tres horas y media. Mientras tanto, otros agentes de Policía Judicial recogían testimonios entre propietarios y trabajadores del centro comercial, así como de residentes en los apartamentos anexos y en el residencial Europa, al otro lado de la calle Diana. Los investigadores intentaban localizar a personas que conocieran bien a la joven fallecida para saber qué pudo ocurrir dentro del mencionado local hace casi una semana y por qué. La curiosidad de muchas personas motivó que la Guardia Civil cortara diversos accesos y varios negocios decidieran cerraran hasta por la tarde.